La inmigraci¨®n satura la escuela de Puigcerd¨¤

La Cerdanya vive inmersa en una fiebre inmobiliaria y su consiguiente incremento demogr¨¢fico. Los inmigrantes suramericanos acuden a Puigcerd¨¤ para incorporarse a las tareas vinculadas a segundas residencias: construcci¨®n, hosteler¨ªa, jardiner¨ªa o empleo dom¨¦stico. Los trabajadores no vienen solos. Sus hijos han desbordado previsiones y saturado una moderna escuela que hace ocho a?os empez¨® siendo id¨ªlica. Durante los ¨²ltimos seis a?os, la escuela ha recibido cada curso entre 20 y 40 nuevos alumnos, y ello ha obligado al Ayuntamiento a habilitar otros locales.

La escuela Alfons I, la ¨²nica p¨²blica, ha ido saliendo del apuro reconvirtiendo en aulas -cada a?o una nueva- espacios destinados al refuerzo escolar, la ense?anza de m¨²sica, los idiomas o la psicomotricidad, pero se plant¨® cuando el Departamento de Ense?anza le propuso tocar el ¨²ltimo espacio que les quedaba: el gimnasio. "No podemos hacer gimnasia en el patio. En invierno hace fr¨ªo y nieva a menudo. Adem¨¢s, eso significaba quedarnos sin espacio para las reuniones de padres o espect¨¢culos teatrales", explica Antoni S¨¢nchez, director de la escuela. Al final, el consistorio les cedi¨® unos locales que el pr¨®ximo curso deber¨¢n convertirse en tres clases para los alumnos de sexto.

"Durante los primeros a?os pens¨¢bamos que el siguiente dejar¨ªan de llegar tantos nuevos alumnos, pero ahora no veo s¨ªntomas de que remita", explica S¨¢nchez. El director, conocedor del flujo de inmigrantes, aventura que durante el pr¨®ximo curso podr¨ªan llegar al municipio entre 30 y 40 nuevas familias con hijos.

La ampliaci¨®n del centro con seis nuevas clases y una aula de m¨²sica, que deb¨ªa haberse terminado este curso, todav¨ªa no se ha iniciado. La direcci¨®n del centro tiene el compromiso de Ense?anza de que las obras se adjudicar¨¢n en oto?o y durar¨¢n ocho meses.

A pesar del creciente flujo de la inmigraci¨®n, el colegio no tiene elevados porcentajes de extranjeros y dista mucho de los guetos en que se han convertido las escuelas de algunos barrios inmigrantes de Catalu?a. Los alumnos que llegan son de distintas edades y se reparten entre diversos cursos. No obstante, el equipo del centro lamenta que la inmigraci¨®n suramericana reciba menos apoyos para la integraci¨®n, al considerar que no existen problemas graves de comunicaci¨®n. Los profesores aseguran que la tarea de integrar a alumnos monoling¨¹es castellanos a la ense?anza en catal¨¢n tambi¨¦n requiere un gran esfuerzo. Puigcerd¨¤ ha ganado 2.000 habitantes en los ¨²ltimos dos a?os.