Buen comienzo y final blando

Comenz¨® la corrida muy bien y conforme avanzaba e iban desfilando los toros el rumbo cambiaba y el tono art¨ªstico de la tarde se perd¨ªa en un mar de blandura y desesperanza.

Luis Miguel Encabo le cort¨® una oreja a su primero por una faena de muleta en la que ligaz¨®n y distancia pertinentes fueron unidas. Hab¨ªa puesto banderillas sin demasiado acierto, pero supo ver las condiciones del toro en ese tercio, el c¨®mo se arrancaba y el tranco que ten¨ªa el buen toro de Gavira. Por lo tanto, brind¨® al respetable y desde un principio hizo las cosas bien, o sea que remat¨® los pases por debajo de la pala del pit¨®n, despu¨¦s de templarse, y al ritmo de sus muletazos le puso gusto y limpieza. Y lo mejor de todo lleg¨®, adem¨¢s, en el momento de ejecutar la suerte suprema, en donde marc¨® los tiempos a comp¨¢s: la pierna izquierda arrastras, la muleta al morro del toro y ese realizar la cruz en toda su pureza.

Se torci¨® sin embargo la peque?a historia de tan excelente tarde hasta aquellos instantes para el torero de Alcal¨¢ de Henares, que no pudo hacer mucho con su segundo, el cual sali¨® quebrantado de un fuerte puyazo y fue imposible hacerle faena alguna. Hab¨ªa saludado con una larga cambiada comprometida en el tercio y unas buenas ver¨®nicas en las que lleg¨® a embraguetarse con torer¨ªa y sabor.

Jes¨²s Mill¨¢n no comprendi¨® a su primero, y por lo tanto el toro termin¨® no queriendo saber nada del torero ma?o. El toro se raj¨® al poco de que le pretendiera torear por ambos pitones, el trapo rojo dispuesto y las ideas como en otro mundo, ya que nunca pis¨® el terreno adecuado delante del noble y distra¨ªdo burel. Larga e in¨²til porf¨ªa fue la de Mill¨¢n en su segundo, tan blando e inv¨¢lido como manso. Estuvo tremendamente voluntarioso y mejor colocado. Mas en donde no hay energ¨ªa ni sustancia es poco el alimento que puede conseguirse.

Sergio Mart¨ªnez gust¨® en el toro de su confirmaci¨®n al realizar una faena, ajustada a las condiciones del toro, noble y con las fuerzas medidas. Hab¨ªa quitado por chicuelinas suaves y con su aqu¨¦l de paladar. Las series de naturales, base de su trasteo, fueron de buen trazo, cortas y sentidas y los pases de pecho ligados sin enmendar. La emoci¨®n que no puso el toro la sustituy¨® Sergio Aguilar con esos apuntes de buen toreo, quietud y naturalidad. En su segundo toro volvi¨® a lucir buen gusto y un corte de torero pausado. Aunque pec¨®, eso s¨ª, de citar desde la pala del pit¨®n y rematar por las afueras.