Diferencias

Se ha hablado y escrito sobre la similitud de genomas entre chimpanc¨¦s y humanos: s¨®lo 1,5% de componentes diferentes. En Sevilla hemos tenido conferencias sobre el tema y hay profesores que lo investigan. Tambi¨¦n nos han hablado sobre el abismo que separa a ambas especies a trav¨¦s del lenguaje; no de la capacidad de comunicaci¨®n sino del lenguaje con el que nos expresamos y somos capaces de hacer literatura, poemas y met¨¢foras. Es una opini¨®n de G¨®mez Pin con la que se puede estar o no de acuerdo, pero, en cualquier caso, lo que resulta chocante es que se mezclen, se comparen y se metan en el mismo saco esas teor¨ªas con las diferencias entre hombres y mujeres que no sab¨ªa que estaban en discusi¨®n, pero que, en el estudio comparativo con los chimpanc¨¦s, hasta ahora ambos entraban en el gen¨¦rico humanos.

Eso es lo que dice Vicente Verd¨² que ha ocurrido en la Universidad de Washington de San Luis: que han llegado a la conclusi¨®n de que la cantidad de genes diferentes entre hombre y mujeres no es alta -un dato, por cierto, poco preciso-, pero es tan importante como entre un mono y un hombre o una mona y una mujer. El t¨¦rmino importante tambi¨¦n deja que desear: ?qu¨¦ importancia tiene y para qui¨¦n? Por otro lado, esa separaci¨®n de g¨¦nero entre ambas especies tambi¨¦n debe ser una novedad pero tampoco sabemos con qu¨¦ objetivo.

Opina Verd¨² que el hombre, tan vilipendiado en tantas esferas y en todos los medios, se levanta con su nuevo cromosoma Y -que parec¨ªa una birria- como un superman. Despu¨¦s define a ese nuevo macho como producto de la administraci¨®n Bush. Sea producto de lo que sea, esa actitud de Ave F¨¦nix no deja de producir cierta intranquilidad. Al fin y al cabo, con algunas excepciones, ellos son m¨¢s grandes y fuertes, por lo que, puestos a ponerse chulos en combate cuerpo a cuerpo, tienen las de ganar. Lo que en USA calificaron de un trofeo reci¨¦n descubierto, en los medios europeos comentaron la noticia como un fracaso de la condici¨®n masculina. Si hasta ese momento no acababa de encontrarle sentido a la novedad, cuando llegu¨¦ a ese p¨¢rrafo se me cruzaron los cables y me qued¨¦ en Europa, claro, en el sur y cerca de ?frica. Me pregunto c¨®mo llegar¨¢ esa noticia tan rara a los medios locales de Sevilla.