Javier Calvo fabula acerca de la "personalidad art¨ªstica" en su primera novela
La idea rom¨¢ntica del artista como un ser alejado de la realidad y conectado directamente con las musas est¨¢ superada, pero s¨ª existe algo que el escritor y traductor Javier Calvo (Barcelona, 1973) denomina "personalidad art¨ªstica". De eso, y de las secuelas que esa personalidad art¨ªstica deja en las personas que rodean al creador, habla su primera novela, El dios reflectante (Mondadori).
Autor del libro de relatos Risas enlatadas, Calvo escribe en esta ocasi¨®n sobre un director de cine japon¨¦s, Matsuhiro Takei, que acaba de romper con su pareja y se propone rodar una pel¨ªcula de supermonstruos titulada Estupidez terminal. "Hab¨ªa visto bastantes pel¨ªculas y le¨ªdo bastantes libros sobre rupturas y quer¨ªa hacer algo distinto, que la pareja s¨®lo se viera en dos ocasiones, al principio y al final". En medio, el rodaje de la pel¨ªcula. "Un d¨ªa, viendo La noche americana, tuve una especie de revelaci¨®n. Me pareci¨® que situar la acci¨®n en el rodaje de una pel¨ªcula serv¨ªa para mostrar al artista en pleno proceso creativo", explica.
"Hay pocos ejemplos de pel¨ªculas o libros, quiz¨¢s salvo La informaci¨®n, de Martin Amis, que retraten el desastre que es la vida del artista", contin¨²a Calvo. "En general, se trata de gente mani¨¢tica, con problemas psicol¨®gicos, traumas...". Mat, el protagonista artista, ha sufrido en sus propias carnes el delirio de un padre conocido como el Salinger japon¨¦s. La imagen del artista como un vampiro que chupa la sangre y la vida de la gente que tiene a su alrededor es central en toda la novela, y de aqu¨ª que Mat ruede una pel¨ªcula de monstruos: "La imagen con la que quer¨ªa comparar al artista era la de Godzilla aplastando Tokio. Un personaje que fuera un desastre, y que eso lo pagaran los dem¨¢s".
Montada a partir de cap¨ªtulos que son como secuencias de pel¨ªculas, El dios reflectante est¨¢ escrita con un estilo que tiende a la repetici¨®n de estructuras gramaticales y a la profusi¨®n de adverbios. "Desde un punto de vista acad¨¦mico mis libros est¨¢n mal escritos, pero me da bastante igual. Intento jugar con dos idiomas, y espero que la gente se d¨¦ cuenta porque procuro provocar extra?eza", explica.
Babelia
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