El cliente tipo del 'burdel' de la Casa de Campo es un treinta?ero con empleo
M¨¢s de 230 meretrices van de noche al gran parque, seg¨²n un estudio de la Comunidad
Var¨®n de 35 a?os, que se desplaza en un veh¨ªculo de precio medio y mantiene relaciones sexuales de cinco minutos en la parte posterior del coche. ?se es el perfil medio del cliente de las prostitutas de la Casa de Campo, seg¨²n un informe de la Direcci¨®n General de la Mujer. La mayor¨ªa, el 59%, tiene de 31 a 45 a?os y es gente con trabajo y relaciones sentimentales estables. La masiva afluencia de hombres en busca de sexo hace que por la noche la presencia de prostitutas se duplique en la Casa de Campo, junt¨¢ndose al menos 230 meretrices, sobre todo subsaharianas.
"En esto es como en todo, la primera vez es la que m¨¢s te cuesta, hasta que te decides". "Busco tener buen sexo con j¨®venes atractivas". "Suelo ir los fines de semana, normalmente en domingo". "Primero les miro la cara y luego el culo". ?stas son algunas de las opiniones de los clientes que frecuentan la Casa de Campo y que se recogen en el estudio Una aproximaci¨®n al perfil del cliente de prostituci¨®n femenina en la Comunidad de Madrid, editado por la Direcci¨®n General de la Mujer del Gobierno regional.
La investigaci¨®n fue realizada el verano pasado por Mar¨ªa Jos¨¦ Barahona y Luis Mariano Garc¨ªa, profesores de la Escuela Universitaria de Trabajo Social de la Universidad Complutense. El proyecto est¨¢ basado sobre todo en la prostituci¨®n que se ejerce al aire libre, en concreto en la Casa de Campo. Adem¨¢s de este gran parque, los investigadores se?alan la calle de Montera, el pol¨ªgono industrial de Villaverde y la carretera de Perales del R¨ªo (t¨¦rmino municipal de Getafe) como zonas con una gran concentraci¨®n de meretrices.
El estudio concluye, por ejemplo, que la mayor¨ªa (el 59%) de los clientes de las prostitutas de la Casa de Campo tiene entre 31 y 45 a?os. Hay otro 27% que no ha superado la veintena y un 14% con m¨¢s de 46 a?os. Muchos tienen un trabajo estable y mujer o novia.
Gran parte de los clientes se desplazan en coche hasta estos grandes prost¨ªbulos al aire libre, y el 18% lo hace utilizando el veh¨ªculo de la empresa donde est¨¢ empleado. De esos que utilizan el coche del trabajo, un 88% acude a la Casa de Campo durante su horario laboral. El 27% de los hombres van a buscar prostitutas en veh¨ªculos que valen m¨¢s de 24.000 euros.
El modo en el que se establece el contacto con la prostituta es casi siempre el mismo: el cliente para a la altura de la mujer y ambos negocian las condiciones del servicio a trav¨¦s de la ventanilla. Se llega a un acuerdo sobre el precio (como m¨ªnimo son 12 euros) y la mujer se introduce en el coche, que suele quedar estacionado en un aparcamiento cercano. Por la noche tambi¨¦n hay autom¨®viles aparcados en los laterales de las carreteras pr¨®ximas.
La mayor¨ªa de los clientes mantiene la relaci¨®n sexual en el asiento trasero del veh¨ªculo, del que antes han retirado todo tipo de objetos (portafolios, chaquetas, corbatas e incluso alguna silla de las que se emplean para llevar a los ni?os bien asegurados dentro del autom¨®vil). El encuentro sexual dura, como media, unos cinco minutos, seg¨²n el estudio. La mayor¨ªa de los clientes tratados por los autores de la investigaci¨®n utilizaron preservativo. El estudio descubre, por ejemplo, c¨®mo una mujer latinoamericana en avanzado estado de gestaci¨®n tiene much¨ªsimo ¨¦xito entre los clientes habituales de la Casa de Campo. O c¨®mo una chica de Europa del Este, que durante el d¨ªa llevaba vaqueros y top blanco, por la noche cambia rotundamente de apariencia y se pon¨ªa un pantal¨®n de campana blanco y un cuerpo abierto por la espalda y el escote muy bajo.
La afluencia de hombres a la Casa de Campo aumenta de forma considerable durante la noche, cuando este gran parque llega a ser escenario de aut¨¦nticos atascos. Tras la ca¨ªda del sol, el n¨²mero de prostitutas se duplica: si por el d¨ªa al menos hay 125 mujeres haciendo la calle, ese n¨²mero aumenta, como m¨ªnimo, a 230. El mayor contingente lo representan las mujeres subsaharianas, seguidas de las meretrices de Europa del Este y de las espa?olas.
Por la noche, las subsaharianas ocupan zonas como la glorieta del Trillo, el paseo de los Rodajos y el Camino de San Pedro. Las latinoamericanas, que no son muy habituales en la Casa de Campo, ya que suelen ejercer la prostituci¨®n en clubes de carretera, aunque a veces se colocan en las proximidades de la carretera del Telef¨¦rico y en el paseo de la Torrecilla.
Las meretrices de Europa del Este, por su parte, toman la glorieta de los Patines, el paseo de los Pl¨¢tanos y el del Robledal, entre otros lugares. Y las pocas espa?olas que quedan captan su clientela en el Camino del Pr¨ªncipe.
Dejar las f¨®rmulas m¨¢gicas
Seg¨²n In¨¦s Saban¨¦s, portavoz municipal de IU, es indispensable luchar contra las mafias e impedir el acceso de menores al ejercicio de la prostituci¨®n. "Hay que dejarse de f¨®rmulas m¨¢gicas. Tenemos que proteger a las mujeres d¨¢ndoles voz y creando programas de asistencia", se?ala Saban¨¦s.
El estudio pretende responsabilizar al cliente de la existencia de las meretrices. "El papel del cliente siempre queda difuminado en todo el entramado de la prostituci¨®n. Pero si no hay demanda, no hay oferta", denuncia Asunci¨®n Miura, directora general de la Mujer de la Comunidad de Madrid, .
La investigaci¨®n se?ala que la mayor¨ªa de las meretrices culpan a la pareja del cliente de que ¨¦ste quiera mantener relaciones sexuales con ellas. Consideran que si el hombre requiere sus servicios es porque su esposa o su novia no le da "todo lo que ¨¦l necesita". Adem¨¢s, todos los clientes a los que preguntaron los investigadores confesaron que alguna vez se hab¨ªan enamorado de una prostituta.
"Sentirse amado aunque sea mentira"
Jorge tiene 77 a?os, es alba?il, est¨¢ casado y es un habitual de las casas de citas. "A los hombres nos gusta cambiar de montura", confes¨® a los autores del estudio de la Direcci¨®n General de la Mujer. Siempre mantiene relaciones sexuales de pago con la misma chica -"cuando puedo, porque el aparato est¨¢ hecho polvo"- y "para desahogarse". Vicente, venezolano de 31 a?os, frecuenta meretrices porque "el sexo por el sexo es sano". Tres veces por semana contacta con se?oritas de compa?¨ªa.
Juan, tabernero de 31 a?os, lo hace porque quiere "sentirse amado aunque sea mentira". A Jos¨¦ Luis, de 56 a?os e inform¨¢tico, le gustan las mujeres de Europa del Este y las menores de 30 a?os. Otros, como Fernando, no tienen ning¨²n reparo en decir que contratan sexo "porque hay ciertos servicios que dentro del matrimonio son muy dif¨ªciles". Sobre las prostitutas, hay opiniones para todos los gustos. "Yo creo que todos tenemos derecho a ganarnos la vida", "Es una cosa que no puede desaparecer", "Son simplemente trabajadoras sociales", son algunas opiniones de los clientes.
Y algunos prefieren hacerse los sordos cuando se les pregunta por la explotaci¨®n a la que est¨¢n sometidas la mayor¨ªa de las meretrices que ejercen en la regi¨®n. "Me gustan las rusas, las ucranianas, las subsaharianas, las marroqu¨ªes, las colombianas... pero no, no, yo nunca he estado con mujeres traficadas", asegura Pedro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Casa de Campo
- Secretar¨ªas auton¨®micas
- V Legislatura CAM
- Gobierno Comunidad Madrid
- Direcciones Generales
- Parques y jardines
- Parlamentos auton¨®micos
- Prostituci¨®n
- Explotaci¨®n sexual
- Areas urbanas
- Madrid
- Gobierno auton¨®mico
- Comunidad de Madrid
- Parlamento
- Delitos sexuales
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Comunidades aut¨®nomas
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Urbanismo
- Delitos
- Espa?a
- Justicia
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n p¨²blica
- Problemas sociales