La riqueza de la Encarnaci¨®n
Por fin los sevillanos pudimos ver con asombro gozoso lo que ocultaban las vallas. Como profesores sabemos que el af¨¢n de conocimiento se impulsa a partir del descubrimiento. No hay nada m¨¢s satisfactorio para un docente que el estallido de la chispa en los ojos de un alumno que por primera vez acude al teatro, observa a trav¨¦s de un microscopio o descubre la materialidad real de una imagen que solo conoc¨ªa por un libro de texto.
Hoy, tras la decisi¨®n de la Comisi¨®n de Patrimonio, puede iniciarse una nueva v¨ªa para el desarrollo y la modernizaci¨®n de nuestra ciudad. Se abre la posibilidad de recuperar un espacio p¨²blico, hacer un modelo de museo urbano sobre los propios restos, compatibilizarlo con un mercado en superficie. ?sta s¨ª que es la gran oportunidad para un proyecto que refleje la nueva Sevilla que es posible: habitable, culta, sostenible. Un proyecto que pude convertirse en la imagen universal de la ciudad.
Durante a?os, Sevilla ha buscado darse a conocer mediante los grandes eventos, ahora podemos reflexionar sobre la gran riqueza que hemos estado pisando. En nuestro subsuelo est¨¢ nuestro petr¨®leo, una fuente de energ¨ªa renovable a¨²n por descubrir. La Encarnaci¨®n ha sido el centro, pero esa riqueza est¨¢ en muchas partes, est¨¢ en el los aparcamientos de Cristina y el Paseo de Col¨®n. Est¨¢ en los s¨®tanos de las nuevas construcciones. Hay ciudades en las que los restaurantes, establecimientos comerciales, bancos, edificios de viviendas integran los restos y los ponen en valor. Es un signo de su identidad, de su modernidad y su nivel cultural.
La Sevilla hist¨®rica es un patrimonio de la ciudad, de la humanidad. Queremos verlo, conocerlo y disfrutarlo. Las nuevas generaciones tienen derecho a ello.
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