Para entender lo que est¨¢ ocurriendo
Es ¨¦sta una colecci¨®n importante, cuidada, de la que se pueden valorar no s¨®lo los cuatro vol¨²menes que han sido publicados sino las expectativas de los que se van a editar a continuaci¨®n. Entre los primeros -complementarios, interconectados- hay dos historias profundas sobre la globalizaci¨®n financiera y, directamente imbricado con ella, un desarrollo de la Bolsa de Nueva York, como paradigma del capitalismo
popular, y una interpretaci¨®n -fuera de las corrientes dominantes- de las ¨²ltimas crisis financieras que han afectado a mercados emergentes como los asi¨¢ticos, Rusia, Brasil o Argentina. El conjunto aporta un an¨¢lisis pol¨¦mico sobre lo que est¨¢ ocurriendo, sobre los antecedentes de la crisis econ¨®mica global que se caracteriza por afectar al mismo tiempo a todo el planeta (quiz¨¢ con la excepci¨®n de China), y que est¨¢ atravesada transversalmente por una crisis de seguridad global tras de los atentados del 11-S, que ha tenido que ser a?adida a los libros en cuesti¨®n, en ediciones posteriores a la original.
El primer volumen de la colecci¨®n, Un mundo perfecto. El desaf¨ªo y la promesa secreta de la globalizaci¨®n, es obra de dos periodistas de The Economist. En este sentido, es coherente con la versi¨®n que de la globalizaci¨®n da, de forma permanente, esa publicaci¨®n semanal considerada como una de las biblias del neoliberalismo. Quiz¨¢ es el libro, de los cuatro, m¨¢s superfluo por tard¨ªo. Hay pocas aportaciones originales. A pesar de ello, su rigor, los ejemplos sobre los que trabajan, lo hacen atractivo. La reflexi¨®n a?adida del efecto Bin Laden sobre la globalizaci¨®n teoriza lo que ya es una tendencia incipiente: la globalizaci¨®n es un fen¨®meno c¨ªclico, y despu¨¦s del 11-S manifiesta un retroceso relacionado con la creciente debilidad de la alianza transatl¨¢ntica y con el hecho de que han disminuido de frecuencia los intercambios de bienes, personas y servicios. Micklethwait y Wooldridge opinan que despu¨¦s de pasado lo que ha pasado, quiz¨¢ un t¨ªtulo objetivo del libro ser¨ªa el de El futuro
contingente, m¨¢s que El futuro perfecto. Demuestran c¨®mo el ciudadano ha pasado a segundo t¨¦rmino en la globalizaci¨®n en beneficio del consumidor. Un consumidor que ha puesto l¨ªmites al Estado y a los gobiernos. El mayor poder de la globalizaci¨®n y buena parte de su eficacia se funda en su capacidad para seguir admitiendo sus imperfecciones; superar la aparente paradoja de la globalizaci¨®n y su fragilidad subyacente es el desaf¨ªo central del siglo.
Para sentar la tesis de que la globalizaci¨®n no es el futuro econ¨®mico indiscutible, sino que puede sufrir marchas atr¨¢s, Harold James, el autor del segundo libro (El
fin de la globalizaci¨®n. Lecciones de la Gran
Depresi¨®n) se apoya en la historia. No en vano es el gran historiador de la econom¨ªa pol¨ªtica del periodo de entreguerras.
A finales del siglo XIX hubo una gran etapa globalizadora, que termin¨® dram¨¢ticamente con la Gran Depresi¨®n de 1929 y, m¨¢s en general, con las dos guerras mundiales. A partir de los a?os sesenta del siglo XX, y con m¨¢s intensidad en su ¨²ltimo decenio -cuando desaparece el socialismo real-, se accede a otro momento acelerador de la globalizaci¨®n, que frena en 1999, cuando se hizo oficial la fortaleza del movimiento antiglobalizador en la asamblea general de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio, en Seattle. Desde entonces, han emergido tres grandes v¨ªas de desintegraci¨®n globalizadora: la movilidad absoluta de los capitales, que genera crisis profundas en muchos pa¨ªses; los resentimientos generados en la poblaci¨®n por la injusticia de la econom¨ªa global (las crecientes desigualdades, no s¨®lo econ¨®micas sino de g¨¦nero, la brecha digital...), y la incapacidad de los seres humanos y de las instituciones que ellos crean, para manejar las consecuencias psicol¨®gicas e institucionales de un mundo interconectado. Si a los mal llamados antiglobalizadores no les faltase argamasa intelectual y un modelo espec¨ªfico de viabilidad nacional, los peligros para la globalizaci¨®n, tal como la conocemos, ser¨ªan muy superiores.
Una de las manifestaciones
m¨¢s potentes de la globalizaci¨®n de este siglo son las bolsas de valores. Y entre ellas, la m¨¢s paradigm¨¢tica: la de Nueva York. Un experto en bolsa, empleado superior de bancos de negocios como First Boston o Goldman Sachs, B. Mark Smith, cuenta en el tercer libro de la colecci¨®n c¨®mo los mercados de valores han pasado de ser, en el ¨²ltimo siglo, clubes absolutamente minoritarios de ciudadanos millonarios a depositarios del capitalismo popular que naci¨® en la d¨¦cada de los a?os ochenta. M¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n de Estados Unidos posee, directa o indirectamente, acciones. Ello supone que el bienestar financiero de la poblaci¨®n est¨¢ relacionado con los precios de ¨¦stas. Muchos millones de personas dependen de los rendimientos de las bolsas para financiar sus jubilaciones. La idea de que incluso los fondos de la Seguridad Social deber¨ªan ser invertidos en acciones ha ido ganando un grado de aceptaci¨®n que era impensable hace mucho tiempo. Si las bolsas fuesen v¨ªctimas de burbujas irracionales que terminen mal (como creen muchos analistas conductistas), surgir¨ªa en el horizonte un desastre potencial para la generaci¨®n del ba
by boom y para el Gobierno Federal, a quien se le pedir¨ªa una intervenci¨®n para que salvase un crash inducido por un d¨¦ficit de fondo de la Seguridad Social.
Es tan importante el papel de
la bolsa en la marcha de la econom¨ªa real que el presidente de la Reserva Federal (Fed), Alan Greenspan, ha declarado: "Podr¨ªa dejar de hablar del mercado de valores, pero si lo hago, no sabr¨¦ c¨®mo funciona el proceso... No hay manera de entender qu¨¦ est¨¢ sucediendo en esta econom¨ªa sin hacer referencia a los precios . El efecto
riqueza, el hecho de que los ciudadanos de Estados Unidos hayan depositado sus ahorros en la bolsa o se hayan endeudado para comprar acciones, explica que un crash a c¨¢mara lenta como el que sufren los mercados de valores desde marzo de 2000 haya tenido tanta significaci¨®n para la marcha de la econom¨ªa mundial. Seg¨²n alg¨²n analista, el dinero volatilizado entre esa fecha y la actualidad en todo el mundo supera los 13 billones de d¨®lares, una cantidad muy superior a los presupuestos nacionales de las principales naciones del mundo.
Insisto: el conjunto de estos cuatro libros da una interpretaci¨®n rigurosa y al tiempo pedag¨®gica de fen¨®menos que determina lo que sucede en el mundo en este periodo de nueva econom¨ªa. Los pr¨®ximos vol¨²menes, entre los que destacan una historia de la Fed y otra del banco de inversi¨®n Goldman Sachs, adem¨¢s del ya cl¨¢sico Exuberancia irrac
ional, de Shiller, completar¨¢n el panorama.
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