El TSJC obliga al Ayuntamiento de Barcelona a cambiar el escudo de la ciudad por ser "ilegal"
El gobierno municipal anuncia un recurso, pero se muestra abierto a cambiar la simbolog¨ªa
El escudo de Barcelona, con la Cruz de Sant Jordi integrada en las cuatro barras y que fue aprobado tras una agria pol¨¦mica en 1996, puede tener los d¨ªas contados. El Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a ha prohibido a la corporaci¨®n municipal que utilice "en lo sucesivo" la actual simbolog¨ªa de la ciudad al desestimar el recurso presentado por el Ayuntamiento en octubre de 2002 contra la sentencia del Alto Tribunal que, en julio de 2002, la declar¨® "ilegal". El consistorio anunci¨® ayer un nuevo recurso, pero se mostr¨® abierto a cambiar la simbolog¨ªa si hay consenso.
En 1996, todos los grupos del Ayuntamiento de Barcelona acordaron cambiar el escudo de la ciudad, caracterizado por la corona de los condes de Barcelona, las cuatro barras y la cruz de Sant Jordi. En su lugar aprobaron otro escudo de l¨ªneas m¨¢s simples en el que desaparec¨ªa la corona y la cruz se integraba en las cuatro barras.
Poco despu¨¦s, la Sociedad Catalana de Genealog¨ªa, Her¨¢ldica y Sigilograf¨ªa present¨® un recurso al considerar que el nuevo escudo no respond¨ªa a la realidad hist¨®rica de Barcelona y que en su confecci¨®n no se hab¨ªa tenido en cuenta la tradici¨®n her¨¢ldica de la ciudad.
La resoluci¨®n conocida ayer remite a la sentencia ya dictada por el Alto Tribunal catal¨¢n, seg¨²n la cual, "el expediente administrativo pone de relieve que, en lo relativo a la aprobaci¨®n del sello oficial y del s¨ªmbolo de la ciudad, se omitieron los tr¨¢mites m¨¢s esenciales del procedimiento", ya que "s¨®lo consta la adopci¨®n del referido acuerdo, pero no la apertura de un periodo de informaci¨®n, lo que de hecho priv¨® a los ciudadanos de la posibilidad de intervenir en un asunto de gran relevancia p¨²blica".
El portavoz del equipo de gobierno, Ferran Mascarell, anunci¨® ayer que el consistorio recurrir¨¢ contra la sentencia, aunque tambi¨¦n se mostr¨® "abierto al di¨¢logo" con todos los grupos pol¨ªticos para una posible modificaci¨®n del escudo, impreso en millones de documentos, elementos del mobiliario urbano, edificios p¨²blicos y veh¨ªculos municipales. "Si hay consenso se puede cambiar", afirm¨®.
El consistorio impugn¨® en octubre de 2002 la decisi¨®n judicial de invalidar la actual simbolog¨ªa alegando una "imposibilidad legal" para cumplir dicha sentencia. El equipo de gobierno argumentaba que la Carta Municipal, aprobada en 1998, otorg¨® "validez" a los acuerdos de 1996 pese a los defectos formales en la tramitaci¨®n de los expedientes referentes a la bandera y el escudo.
Sin embargo, en el auto de 19 de junio de 2003, el TSJC considera que la Carta Municipal no especifica ni describe las caracter¨ªsticas de la bandera y del escudo de Barcelona y remite expresamente al acuerdo de mayo de 1996, que seg¨²n el tribunal tiene defectos de procedimiento.
El Alto Tribunal asegura que la ¨²nica bandera correcta es la que contiene la Cruz de Sant Jordi y las cuatro barras, puesto que en "el s¨ªmbolo" aprobado en 1996 se var¨ªan los cuatro palos rojos en campos amarillos, propios de los condes de Barcelona, por dos palos blancos en campo rojo, "lo que priva de cualquier relaci¨®n identificativa con la se?al hist¨®rica de dichos soberanos".
Los diferentes grupos municipales evaluaron ayer con prudencia la resoluci¨®n judicial, ya que todos ellos votaron en 1996 la adopci¨®n de la actual simbolog¨ªa. CiU, sin embargo, pidi¨® que la corporaci¨®n municipal adopte para el nuevo escudo los "s¨ªmbolos hist¨®ricos" de Catalu?a, entre ellos la senyera. El PP, en cambio, pidi¨® volver a adoptar el escudo vigente hasta 1996. Un portavoz de la formaci¨®n conservadora dijo: "A Barcelona no le hace falta ninguna otra guerra de banderas".
Tampoco quiere otra pol¨¦mica como la de 1996 Iniciativa per Catalunya Verds, formaci¨®n que se conformar¨ªa con un nuevo escudo "similar al actual". Desde Esquerra Republicana, en cambio, s¨ª se apuesta por una renovaci¨®n a fondo. Jordi Portabella considera que el pacto de 1996 sobre los s¨ªmbolos de la ciudad fue "un mal acuerdo" y que, tras la decisi¨®n del TSJC es necesario reabrir el debate para propiciar un nuevo acuerdo.
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