La plaza imaginaria
La exposici¨®n 'Mientrastanto' recoge las propuestas de seis j¨®venes artistas para transformar el patio norte del Conde Duque
"Personaliza tu ¨¢rea de descanso", o, lo que es lo mismo, s¨¢quese una silla plegable al fresco, con ola de calor o sin ella. ?sta es una de las propuestas que la exposici¨®n Mientrastanto plantea al vistante en el patio norte del centro cultural Conde Duque. La muestra, que permanecer¨¢ abierta hasta el 31 de agosto, pretende recuperar el patio de este antiguo cuartel como espacio art¨ªstico. Transformar lo que hasta ahora serv¨ªa como lugar de tr¨¢nsito en una plaza.
"No quer¨ªa una sala de exposiciones al uso, donde los visitantes, una vez vistos los cuadros o esculturas, se van. Se trataba de crear un espacio m¨¢s participativo que embaucara al espectador y le convenciera para pasar un tiempo dentro de este sitio", explica Mar¨ªa Bella, comisaria de la muestra. Fabricar flores de papel junto a la artista Lisa Cheung, hojear publicaciones de arte, arquitectura o dise?o con poca difusi¨®n en Espa?a tendidos en las Flying carpets (alfombras voladoras) de Ana Mir y Emili Padr¨®s, o tumbarse en el c¨¦sped artificial de la instalaci¨®n de Phil Coy son algunas de las actividades que aspiran a retener a los visitantes en esta plaza.
Los seis artistas que participan en este proyecto se han propuesto jugar con la idea y las posibilidades que ofrece de este espacio urbano. Para ello se han apropiado de las distintas salas de la Caja suiza, una estructura desmontable de dos plantas que se alza en el centro del patio.
Salas descubiertas
En una de las dos salas descubiertas de este edificio ef¨ªmero se encuentra el Campo de f¨²tbol de Maider L¨®pez. A pesar del nombre de esta pieza, no conviene llamarse a enga?o: las l¨ªneas de este futbito no s¨®lo son naranjas, en vez de blancas, sino que adem¨¢s son tridimensionales. "Es un espacio de juego no convencional. Un laberinto. Las nuevas formas y vol¨²menes obligan a inventar nuevas reglas y nuevos juegos. El que quiera puede traer un bal¨®n, pero tendr¨¢ que jugar a otra cosa que no sea f¨²tbol", explica la artista donostiarra.
"Elige tu silla aqu¨ª". ?sta es la propuesta de Tamara Arroyo, que pone a disposici¨®n del p¨²blico sillas plegables de playa y de jard¨ªn que el visitante puede sacar al exterior del patio. Las puertas de acceso a la Caja suiza est¨¢n decoradas con im¨¢genes que se corresponden con estos muebles. "Representan un edificio de la plaza de Espa?a y tambi¨¦n playas y parques que no existen en la ciudad. Ante la ausencia de playa, la dibujo", explica esta joven madrile?a, que reconoce que la vieja costumbre de sacar las sillas a la calle, que tanto la llam¨® le atenci¨®n en su infancia en la Dehesa de la Villa, parece casi perdida en Madrid, "excepto quiz¨¢ en Lavapi¨¦s".
El toldo de tiras de papel rojo que cubre el exterior del patio y proporciona sombra a los improvisados vecinos de esta plaza se convertir¨¢ en un frondoso jard¨ªn el 7 de agosto si se cumplen los planes de Lisa Cheung. Esta artista nacida en Hong Kong ha montado su Invernadero
en la planta superior de la Caja suiza. Se trata de un taller de fabricaci¨®n de flores de papel abierto a la participaci¨®n del p¨²blico, donde cada uno puede fabricar la flor que quiera. "Es una actividad que har¨¢ a la gente m¨¢s creativa, un espacio para hacer algo muy sencillo que se volver¨¢ inmenso", asegura. Ella aprendi¨® a realizar estas flores con su madre y est¨¢ dispuesta a transmitir algunas de las t¨¦cnicas de papiroflexia, aunque insiste en que se trata de obtener la mayor variedad posible y que cada cual haga flores distintas. La idea de organizar esta instalaci¨®n se le ocurri¨® tras visitar un templo en Corea en el que, con motivo del cumplea?os de Buda, todo la comunidad fabricaba flores de papel que luego colgaban. En el patio norte del centro Conde Duque, las flores que los madrile?os fabriquen tendr¨¢n dentro bombillas que dar¨¢n al espacio un matiz "m¨¢s org¨¢nico", explica la artista. "Al igual que el verano, las flores se marchitar¨¢n una vez colgadas, y quien quiera puede venir a retirar las suyas, o se las llevar¨¢ el viento".
Una pradera, que no jard¨ªn
Es el espacio que ha hecho suyo el brit¨¢nico Phil Coy dentro de esta singular plaza. Lo ha bautizado Directive II, y el objetivo que se ha marcado con esta instalaci¨®n es expresar la resistencia a las redes corporativas que atrapan al ciudadano. Para ello ha izado en un m¨¢stil una bandera negra con la inscripci¨®n "Mine" (M¨ªo) en el c¨¦sped artificial que recubre la sala que le fue asignada dentro de la Caja suiza. El primer sitio donde plant¨® su bandera fue en una isleta de tr¨¢fico en Birmingham hace ya tres a?os, y asegura que actualmente su trabajo sigue tratando sobre la idea de territorio y propiedad, aunque ya no emplea los mismos medios. "Una ciudad con tantas banderas como Madrid enfatiza el lado m¨¢s ir¨®nico de esta instalaci¨®n, que, al fin y al cabo, est¨¢ montada dentro de un espacio institucional", explica la comisaria Mar¨ªa Bella, que dice haber recurrido a artistas internacionales para fomentar "la mezcla que falta en la escena espa?ola".
Mezclados, un espa?ol y un brit¨¢nico, Juan Linares y Alex Bowen, forman el grupo Blake and Gray. Tres grandes pantallas y un televisor muestran la grabaci¨®n de su trabajo Ocho horas. El t¨ªtulo de su pieza hace referencia a la jornada laboral que ellos han convertido en ocio remunerado para ciudadanos an¨®nimos.
Arte para disfrutar es la filosof¨ªa que se ha impuesto en la nueva plaza de Mientrastanto.
Un sueldo s¨®lo por pasear
"?Tienes tiempo libre? Siete plazas disponibles
", rezaba el anuncio que los d¨ªas 20 y 30 de mayo se public¨® en distintos peri¨®dicos. La oferta de 100 euros de salario m¨¢s 10 de dietas, por pasear por el parque, sentarte en un banco, charlar en un chiringuito o pasar el rato en una barca durante ocho horas, tuvo una gran acogida.
Unas sesenta personas se presentaron a las entrevistas para este peculiar empleo, en el que se valoraba "la inclinaci¨®n al tiempo libre" y la experiencia no era necesaria. "No hubo ning¨²n criterio fijo de selecci¨®n, pero no quer¨ªamos actores", explica Juan Linares, uno de los dos integrantes de Black and Gray, el grupo que firma la obra Ocho horas.
Los anuncios, el v¨ªdeo de las entrevistas, un extracto del formulario que los candidatos tuvieron que rellenar y la grabaci¨®n de la peculiar jornada laboral de los siete escogidos
est¨¢n expuestos en el Centro Conde Duque. El visitante puede escribrir adem¨¢s sus propuestas para futuras jornadas remuneradas de c¨®mo disfrutar el tiempo libre.
"La idea surgi¨® en la Bienal de Liverpool, donde montamos una oficina de empleo", explica Linares, y aclara que la obra trata acerca del "ocio predefinido".
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