Cada partido en su sitio

El emparedamiento del debate sobre el estado de la comunidad entre las elecciones municipales reci¨¦n celebradas y las auton¨®micas que se tienen que hacer como muy tarde en los primeros meses de 2004, pero que no es descartable que se celebren en los ¨²ltimos de 2003, ha dado como resultado un debate de una intensidad pol¨ªtica superior a los de los tres a?os anteriores de la legislatura. Los actores principales del debate dispon¨ªan este a?o no de los resultados de unos sondeos, sino de un pronunciamiento del cuerpo electoral con traducci¨®n en cuotas de poder municipal y sab¨ªan por tanto con m¨¢s precisi¨®n que en ocasiones anteriores cu¨¢l era el terreno que pisaban. Tambi¨¦n sab¨ªan que el debate era un momento singularmente importante de cara a las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas. No tanto por lo que se pod¨ªa ganar como por lo que se pod¨ªa perder: transmitir una sensaci¨®n de fragilidad a estas alturas del gui¨®n hubiera sido extremadamente peligroso.

El anuncio de una eventual opci¨®n electoral de Pimentel obliga al PP a cerrar filas en torno a Te¨®fila Mart¨ªnez

Es obvio que la posici¨®n de partida de cada uno de los actores del debate condiciona y casi me atrever¨ªa a decir que predetermina su intervenci¨®n inicial. Para el presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, tras casi catorce a?os de ejercicio del poder, se trataba de poner de manifiesto que todav¨ªa ten¨ªa proyectos de futuro que poner en circulaci¨®n con la finalidad de que los ciudadanos andaluces volvieran a depositar su confianza en ¨¦l en las pr¨®ximas elecciones. Y de ah¨ª que, en esta ocasi¨®n, a diferencia de lo que ha ocurrido en ocasiones anteriores, haya sido en el discurso inaugural con el que se abre el debate, y no en las r¨¦plicas a las intervenciones de los partidos de oposici¨®n, donde haya puesto el ¨¦nfasis. El presidente ha hecho un esfuerzo notable por dotar de contenido al discurso, incorporando al mismo las propuestas m¨¢s llamativas en materias muy sensibles, como las pensiones de viudedad o la vivienda. ?Puede considerarse el discurso como una suerte de anteproyecto del programa electoral del PSOE y, si as¨ª fuera, se podr¨ªa deducir de ello que se est¨¢ barajando seriamente la opci¨®n de un adelanto electoral?

La presidenta del PP iniciaba el debate en mejores condiciones de las que ella misma pod¨ªa imaginar hac¨ªa unos meses. Los resultados de las elecciones municipales, cuando se los analiza detenidamente, no han sido buenos para el PP, pero como la perspectiva con la que se contaba es con la de que iban a ser peores, pol¨ªticamente le han dado un respiro a Te¨®fila Mart¨ªnez y ha permitido poner sordina a las dudas que exist¨ªan acerca de su liderazgo en el partido y de su posici¨®n como candidata a la presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa. Ha entrado, en consecuencia, en el debate sinti¨¦ndose reafirmada en el interior de su propio partido y con m¨¢s seguridad personal. Aunque parezca extra?o, es probable que haya contribuido a ello el anuncio esta misma semana de su eventual opci¨®n electoral por parte de Manuel Pimentel. Esta opci¨®n, parad¨®jicamente, obliga a cerrar filas en el PP en torno a Te¨®fila Mart¨ªnez. El PP no puede permitirse el lujo de exteriorizar dudas acerca de su liderazgo interno, aunque las tuviera. En el debate ha resultado muy visible. Hac¨ªa mucho tiempo que no se ve¨ªa a la presidenta del PP tan segura del apoyo de sus compa?eros de partido. Y ¨¦sta es la primera condici¨®n para hacer un debate con garant¨ªa.

A pesar de sus tensiones internas, es la primera vez en bastantes a?os en que IU entraba en el debate en una posici¨®n c¨®moda. IU ha tenido un buen a?o. Es el partido que m¨¢s coherentemente ha podido mantener su discurso pol¨ªtico en un a?o marcado por la invasi¨®n de Irak y por la regresi¨®n en materia de derechos y en usos parlamentarios por parte del Gobierno. IU no ha tenido que hacer ning¨²n ajuste. Lo que ha dicho este a?o es lo que ha venido diciendo desde hace muchos. Es algo que han entendido, adem¨¢s, los ciudadanos. Ese es el esp¨ªritu que ha presidido su intervenci¨®n en el debate y que, presumiblemente, si consigue mantener sus tensiones internas dentro de un orden, va a presidir su discurso electoral de los pr¨®ximos meses.

Completamente distinta es la posici¨®n de los andalucismos, que han acudido al debate en una posici¨®n muy dif¨ªcil. Hace unos meses califiqu¨¦ de "crisis terminal" lo que estaba sucediendo en el interior del PA. Lo que ha ocurrido desde entonces no ha hecho m¨¢s que confirmar mi diagn¨®stico de aquel momento. El PA tiene votantes, pero no tiene una direcci¨®n capaz de darle una expresi¨®n pol¨ªtica a los mismos. Esa es la tragedia del andalucismo. A pesar del oficio y de la indiscutible capacidad intelectual de su portavoz en el debate, el diputado Calvo Poyato, la posici¨®n del PA ha quedado muy desdibujada.

Menci¨®n aparte merece Pedro Pacheco, que se est¨¢ deslizando por una pendiente que le puede acabar conduciendo a algo peor que al fracaso pol¨ªtico. No se puede poner fin a una dilatada vida pol¨ªtica entrando en contradicci¨®n con lo que se ha hecho a lo largo de la misma. Pedro Pacheco ha sido una de las figuras de la pol¨ªtica democr¨¢tica andaluza. Y lo ha sido por m¨¦ritos propios. Las faenas, dec¨ªa El Viti, hay que acabarlas como se empiezan. En el mundo de la pol¨ªtica tambi¨¦n.