La escritora norteamericana Siri Hustvedt mezcla el arte y la violencia en 'Todo cuanto am¨¦'
La mujer de Paul Auster presenta la novela y asegura que la pintura va m¨¢s lejos que las palabras
A la norteamericana Siri Hustvedt, autora de tres novelas y de un libro de ensayos sobre el mundo del arte, se la conoce hasta ahora por ser "la esposa de Paul Auster", uno de los escritores m¨¢s importantes de Estados Unidos, pero una publicaci¨®n francesa ya ha lanzado el aviso: si mantiene el nivel de su ¨²ltima novela, Todo cuanto am¨¦ (Circe), que trata de las complejas relaciones entre la vida y el arte, podr¨ªa darse el caso de que Auster pasara a ser "el marido de Siri Hustvedt".
Comparaciones y matrimonios aparte, hay que convenir que en esta ¨²ltima novela Hustvedt ha dado un gran paso adelante. "Quer¨ªa ir lo m¨¢s lejos posible al tratar este tema", explica, "y no era f¨¢cil escribir sobre la violencia y la muerte. Reescrib¨ª el libro hasta cuatro veces, hasta que vi que hab¨ªa expresado lo que quer¨ªa".
Hustvedt no oculta que siempre le ha interesado el mundo del arte y apunta que Todo cuanto am¨¦ empez¨® con una imagen mental en la que ve¨ªa a una mujer muerta en una habitaci¨®n. "Pens¨¦ que mi parte masculina podr¨ªa abrir una puerta y encontrarse con esta mujer", se?ala, "y eso fue s¨®lo el primero de una serie de cuadros que aparecen en mi novela. Es algo que sali¨® de dentro hacia fuera". En la novela, un cr¨ªtico de arte, Leo Hertzberg, narra en primera persona un periodo de 25 a?os en el que su vida y la de su familia se ven unidas a la de un pintor al que admira, Bill Wechsler.
"El arte es siempre una traducci¨®n de las experiencias que vivimos", afirma Hustvedt. "En mi novela, el personaje de Bill sabe m¨¢s de ¨¦l, de su familia y de su mundo a trav¨¦s de su arte de lo que nunca podr¨ªa decir. Creo que el arte va siempre m¨¢s lejos de lo que se puede expresar con palabras. Hay varias formas de expresi¨®n que cuando son buenas nos permiten reconocernos en ellas, y creo que la verdad sobre nuestra existencia no podr¨ªa reconocerse sin el arte. Puede ser a trav¨¦s de un libro, de una pieza musical, de una pintura...".
"No hay reglas en el arte"
"Creo que no hay reglas en el arte", a?ade. "Dicen los cr¨ªticos que una novela se tiene que construir seg¨²n unas normas, pero no. Es est¨²pido. El arte es un organismo que puede crecer en cualquier direcci¨®n. Yo cuando escribo me dejo llevar por la corriente. Me gustar¨ªa poder planear un libro, pero no va conmigo". A prop¨®sito de las escenas de violencia y muerte presentes en Todo cuanto am¨¦, apunta Hustvedt: "Fue terrible escribirlo. Casi me mata. Sufr¨ª mucho escribiendo este libro, pero quer¨ªa ir tan lejos como pudiera y no era un tema f¨¢cil". Al apuntarle que tambi¨¦n resulta duro para el lector, sonr¨ªe y dice: "Esto es bueno. En Inglaterra, cuando la gente me dec¨ªa que hab¨ªa llorado con mi libro, yo me pon¨ªa muy contenta. Supongo que escribimos un libro para buscar una respuesta, porque un libro es otra forma de expresi¨®n interna. Creo que escribir es el arte m¨¢s ¨ªntimo, y es bueno que puedas tocar un libro, sostenerlo, cosa que no puedes hacer con un cuadro".
Acerca de su matrimonio con Paul Auster y sobre el hecho de compartir algunas obsesiones literarias, comenta: "Cuando conoc¨ª a Paul, hace ya 22 a?os, ambos vimos enseguida que ten¨ªamos mucho en com¨²n, pero tambi¨¦n hay ¨¢reas que se desprenden. Por ejemplo, a m¨ª me apasiona m¨¢s la novela del XIX. Adem¨¢s, nuestra manera de trabajar es muy distinta. Nos leemos mutuamente y a m¨ª me importa mucho lo que ¨¦l dice sobre mis borradores, pero ¨¦l escribe mucho m¨¢s deprisa. Yo me tomo m¨¢s tiempo para acabar un libro".
Sobre su estancia en Barcelona, donde reside desde hace unas semanas como invitada de la Instituci¨® de les Lletres Catalanes, Hustvedt se muestra encantada. "Mi jornada consiste en levantarme pronto y en escribir un ensayo sobre distintos pintores, entre ellos Goya", explica, cuya obra le fascina. "Fue un lujo visitar el Museo del Prado", se?ala con los ojos encendidos de emoci¨®n. "Permanec¨ª una hora ante el cuadro de Los fusilamientos del Dos de Mayo y al final descubr¨ª algo sorprendente. En la parte izquierda hay oculto un peque?o autorretrato de Goya. Fue muy emocionante descubrirlo. Si no fuera porque tuve tres testigos, pensar¨ªa que me he vuelto loca, pero el autorretrato est¨¢ all¨ª".
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