El ca?¨®n de Faura

El pelotari del momento, ?lvaro Navarro Serra, hincha su caja tor¨¢cica, aguanta el aire en sus pulmones y resopla como un b¨²falo enfadado entre quinze y quinze. El pelotari del momento tiene un cuello rocoso y un ca?¨®n en su brazo izquierdo que descarga con una potencia tremenda: flexiona las piernas, dobla el espinazo, gira la mu?eca y suelta la extremidad como un l¨¢tigo. No hay actualmente un jugador en el circuito que pueda plantarle cara al zurdo de Faura, que ayer consigui¨® en el trinquete de Pelayo su cuarto Individual de escala i corda, el torneo m¨¢s prestigioso de pelota valenciana, tras derrotar a Ribera, el aspirante de Carcaixent (60-20).

La final fue un fiasco de punta a punta. ?lvaro, de 29 a?os, vapule¨® a Ribera como quien masca chicle. Quiz¨¢ nadie esperaba que el resto de La Ribera Alta fuera a desplomarse tan pronto. En el segundo juego, Ribera, hijo del jugador del mismo nombre contempor¨¢neo de Genov¨¦s, ya despotricaba contra todo, impotente ante la manifiesta superioridad de su rival, que ayer gan¨® por tercera vez consecutiva el torneo.

Siempre podr¨¢ contar Ribera que jug¨® una final del Individual ante ?lvaro, el hombre llamado a marcar una ¨¦poca en la pelota: ha ganado cuatro de las seis finales que ha disputado. "No esperaba que fuera a ganar tan r¨¢pido. He salido a tope desde el principio, sin escatimar fuerzas", afirm¨® el zurdo de Faura, cuyo triunfo era previsible: ya hab¨ªa derrotado a Ribera en las semifinales (60-40).

La partida se rompi¨® enseguida. Los ca?onazos de ?lvaro hicieron estragos en Ribera, que sucumbi¨® pronto. Encomendado a su volea de derecha, el diestro de Carcaixent careci¨® de otros recursos: con la izquierda fue un desastre; el rebote le super¨®; en el dau estuvo fatal... El chico no sab¨ªa d¨®nde meterse. Ya pod¨ªa arremeter contra su feridor que nada arreglaba.

Entre ?lvaro y Ribera hay una distancia sideral, la misma que separa al campe¨®n del resto de jugadores del circuito. Por ah¨ª asoma Genov¨¦s II, hijo del m¨ªtico pelotari. El joven ha alcanzado este a?o las semifinales del torneo, ratificando las expectativas que ha creado. Pero nada, le separa todav¨ªa un mundo del pelotari del momento: el hombre del cuello de boxeador, el torso recio y las piernas musculadas. El hombre que ayer sum¨® su cuarto Individual a costa de un desafortunado Ribera.