Una despedida poco brillante

El de ayer no fue probablemente el debate parlamentario que m¨¢s le hubiera gustado a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar para su despedida. En lugar de una sesi¨®n triunfal, casi de homenaje a un presidente del Gobierno que se retira voluntariamente despu¨¦s de dos legislaturas, el ¨²ltimo debate sobre el estado de la naci¨®n al que asist¨ªa Aznar se convirti¨® en una especie de requisitoria de la oposici¨®n en la que reiteradamente se puso en duda su palabra y se le acus¨® de manipular la verdad y de cobijar la mentira como instrumento pol¨ªtico habitual.

El secretario general del Partido Socialista, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, que en teor¨ªa acud¨ªa al debate debilitado por el esc¨¢ndalo de la Comunidad de Madrid, se emple¨® a fondo para mantener esa idea: el presidente del Gobierno y su partido han mentido y mienten porque creen que para gobernar "vale todo". "As¨ª lleg¨® usted al Gobierno -dijo Zapatero- y as¨ª se marcha usted de ¨¦l, con el todo vale como lema". "Rodeado de mentiras", insisti¨®.

El l¨ªder de la oposici¨®n pidi¨® por activa y por pasiva al presidente del Gobierno que comprometiera su palabra en que nadie del PP ha tenido algo que ver en la traici¨®n de dos diputados socialistas madrile?os. Aznar le reproch¨® utilizar un ventilador y querer trasladar las culpas del PSOE a otro partido, pero qued¨® patente que en ning¨²n momento llegaba a aceptar ese compromiso en nombre de los populares.

Al abrirse la sesi¨®n, pareci¨® que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar hab¨ªa dise?ado su ¨²ltimo debate sobre el estado de la naci¨®n como una mezcla de dos cap¨ªtulos. El primero era l¨®gico: un juicio satisfecho sobre su balance como presidente del Gobierno durante dos legislaturas. El segundo, un poco m¨¢s extra?o: se trataba de dejar claro que gobernar¨¢ "hasta el ¨²ltimo d¨ªa", que disolver¨¢ el Parlamento "a primeros de a?o" para celebrar las elecciones en marzo y que las l¨ªneas b¨¢sicas del programa de su sucesor en el Partido Popular ya est¨¢n decididas. El discurso de despedida se convirti¨® as¨ª en el discurso de apertura de la nueva campa?a electoral. Aznar desgran¨® su intervenci¨®n, algo m¨¢s breve de lo esperado, con un tono de moderaci¨®n, como ya es habitual en ¨¦l, dejando los momentos m¨¢s duros para la primera y segunda r¨¦plica.

El debate no se desarroll¨®, sin embargo, de acuerdo con este gui¨®n. Por extra?as circunstancias, sin duda no deseadas por ninguno de los dos, el protagonista no fue ayer Aznar sino Rodr¨ªguez Zapatero. Muchos asistentes ten¨ªan m¨¢s curiosidad por ver si el dirigente socialista era capaz de superar el compromiso que por escuchar la despedida parlamentaria de Aznar. En la tribuna de p¨²blico aparecieron incluso dos invitados poco frecuentes: los socialistas Pasqual Maragall y Marcelino Iglesias, presidente de Arag¨®n. "Vienen a dar apoyo moral a Zapatero", explicaban en voz baja algunos diputados socialistas del PSOE.

Rodr¨ªguez Zapatero se esforz¨® en responder a esa expectaci¨®n y desde las primeras frases de su discurso se not¨® que el tono iba a ser inusitadamente duro y que girar¨ªa en torno a la credibilidad del presidente del Gobierno. Las razones que dio Aznar para apoyar la invasi¨®n de Irak (la existencia de unas armas de destrucci¨®n masiva que ahora no aparecen) se convirtieron en la primera prueba de esa manipulaci¨®n, sobre todo porque, seg¨²n el jefe de la oposici¨®n, Aznar dispon¨ªa de informes propios muy ambiguos en ese sentido. Zapatero no dijo palabra, sin embargo, sobre el env¨ªo de tropas espa?olas a Irak

Las repetidas acusaciones de mentir debieron hacer mella en el presidente del Gobierno, pero Aznar intent¨® enfocar sus r¨¦plicas en otra direcci¨®n. Pas¨® sobre ascuas por el tema de Irak, asegurando que las armas qu¨ªmicas y bacteriol¨®gicas "terminar¨¢n apareciendo". (En cualquier caso al presidente del Gobierno espa?ol no parece preocuparle que pase mucho tiempo antes de que se encuentren, puesto que ¨¦l no se presenta a las pr¨®ximas elecciones, al contrario que su colega brit¨¢nico Tony Blair). Aznar mantuvo incluso que se limit¨® a reproducir lo que dec¨ªan los informes de los inspectores de la ONU, explicaci¨®n que fue abucheada por los diputados socialistas. "O nos est¨¢ llamando tontos a nosotros o se lo llama a los parlamentarios norteamericanos y brit¨¢nicos que tambi¨¦n tuvieron esos informes de los inspectores y que, sin embargo, ahora exigen explicaciones a sus respectivos Gobiernos", protestaron despu¨¦s en los pasillos algunos diputados socialistas.

Dividido entre la necesidad de defender su mandato y de lanzar la nueva campa?a electoral, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar hizo lo posible por huir de los escenarios que le planteaba Zapatero y buscar otros m¨¢s propicios. Los encontr¨® en la econom¨ªa, campo al que recurri¨® una y otra vez para mostrarse satisfecho de lo logrado y para advertir a los electores de futuros peligros si llegan a votar al PSOE. La econom¨ªa y la defensa cerrada de la Constituci¨®n (el PP no aceptar¨¢ ni la menor modificaci¨®n, anunci¨® Aznar) se perfilan as¨ª como los grandes ejes de la campa?a del sucesor del l¨ªder popular. Rodrigo Rato y Mariano Rajoy, presentes en el hemiciclo, fueron casi m¨¢s fotografiados que el propio Aznar al sentarse juntos en el banco azul.