El diablo S¨¦rpico
Cuando la Corte Suprema aprob¨® su extradici¨®n a Espa?a, Ricardo Miguel, Miguel ?ngel, Marcelo, S¨¦rpico... Cavallo, llam¨¦mosle as¨ª para simplificar, envi¨® un escrito al director de la c¨¢rcel, estaba preocupado porque los medios informativos, "por razones que desconozco, se han encargado de crear respecto de mi persona una imagen mefistof¨¦lica y una reputaci¨®n consecuencia de tal imagen".
?Qui¨¦n desconoce las razones que han generado esa imagen diab¨®lica sobre su "persona"? ?El empresario que fue detenido en M¨¦xico, Miguel ?ngel Cavallo, ex director del Registro Nacional de Veh¨ªculos, o Ricardo Miguel Cavallo, ex oficial de inteligencia de la Armada argentina, o el capit¨¢n Marcelo, responsable de la "pecera" en la siniestra Escuela de Mec¨¢nica de la Armada, o S¨¦rpico, el torturador? Tambi¨¦n ¨¦l, como el diablo, tiene varios nombres. Y varios documentos, como los tantos que oblig¨® a falsificar a un detenido de la ESMA, pasaportes, c¨¦dulas de identidad, permisos de conducir, t¨ªtulos de propiedad, para perpetrar sus delitos y los de sus c¨®mplices.
Quiz¨¢s por esa multiplicidad se vea obligado a decir "mi persona", m¨¢scara en griego. Mis personas, debi¨® decir, pero quedar¨ªa raro. M¨¢scara de hombre de negocios, m¨¢scara de empresario especialista en "seguridad inteligente", m¨¢scara de oficial de la Marina condecorado en Francia, m¨¢scara de oficial de inteligencia, m¨¢scara de torturador, de secuestrador.
Pero las m¨¢scaras han ido cayendo y ya no es el director del RENAVE, seguro en sus turbios negocios en Latinoam¨¦rica, sino Marcelo, integrante del grupo de tareas 3.3.2 de la ESMA que particip¨® en cientos de secuestros, robos, quien teme que se deje entrar a la prensa ya que "las agresiones y humillaciones continuar¨ªan", y S¨¦rpico, el torturador, quien afirma: "Se me expone al escarnio, a agresiones y humillaciones de toda ¨ªndole y hasta a ataques a mi integridad f¨ªsica y mi vida". S¨¦rpico sabe de escarnio, de humillaciones, porque los ha infligido sin l¨ªmites a sus v¨ªctimas; los testimonios de los pocos que sobrevivieron a sus torturas as¨ª lo demuestran. Tal vez tiemble en este momento asimilando su extradici¨®n, su traslado a Espa?a, a los "traslados" que ¨¦l mismo dispon¨ªa (trasladar a un detenido del campo de detenci¨®n de la ESMA significaba asesinarlo). Pero no es un vuelo y el fondo del mar, la muerte, lo que le espera a Ricardo Miguel Cavallo, sino la justicia. ?l tendr¨¢ la oportunidad que jam¨¢s otorg¨® a sus v¨ªctimas: un juicio justo.
Y es de celebrar que la posibilidad de que este juicio se realice en Espa?a sea un triunfo de las v¨ªctimas y no de los "vencedores". Porque aparentemente ellos hab¨ªan ganado, estaban por all¨ª, tan sueltos y libres como cualquier persona de bien, ocupando un lugar en la sociedad. Y hoy, en el banquillo de los acusados, se sentar¨¢ Ricardo Miguel o Miguel ?ngel o Marcelo o S¨¦rpico, y tendr¨¢ que dar cuenta de todos sus cr¨ªmenes, y de ese archivo, que ¨¦l mismo mand¨® hacer, donde consta la identidad y el destino de los miles de secuestrados en la ESMA.
?Podr¨¢ mi pa¨ªs soportar tanta alegr¨ªa -pero tanta verg¨¹enza- por este juicio que debi¨® hacerse hace tantos a?os en Argentina?
Cavallo es mucho m¨¢s que Cavallo, es el principio de una ancha avenida, el de la justicia universal. Por ella ya camin¨® un tiempo Pinochet, y si no lleg¨® al banquillo no fue por la justicia, sino por el contubernio de los Gobiernos que lo impidieron. Pero la sociedad que despert¨® asombrada a la detenci¨®n de Pinochet en Londres no era la misma que se indign¨® al verlo levantarse de la silla de ruedas en el aeropuerto de Chile; hab¨ªa concebido durante ese tiempo una esperanza. Nadie duda de que habr¨¢ a¨²n muchas idas y vueltas, pero el hecho de que M¨¦xico haya extraditado a Espa?a al genocida Cavallo es un hito importante en ese camino de esperanza.
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