Espa?a conservadora
Se supone que si se votase hoy volver¨ªa a ganar Aznar, pero sin mayor¨ªa absoluta (Aznar no es Aznar sin el absoluto). El debate del Congreso y la martingala de Madrid parecen haber gustado a los conservadores. La m¨¢quina de extender ideas cortas y contundentes sigue funcionando y dice que Aznar gan¨® a Zapatero. Es posible, si se entiende a la manera del boxeo; a la del talento pol¨ªtico, ser¨ªa otra cosa. No brill¨® mucho esa hipot¨¦tica virtud de los que aspiran a gobernar. Tal como est¨¢ hoy la democracia, parece consistir en administrar bien un par de poderes, el de EE UU y el de la UE, y maniobrar para servir y ser servido para los dos. No es poco para un pa¨ªs pobre.
Lo dem¨¢s consiste en echar gente ajena y colocar propia, como dicen que est¨¢ haciendo Gallard¨®n en el Ayuntamiento (pareado, ayer, en El Mundo: "Ruiz Gallard¨®n asfixia a la oposici¨®n"). Y la inercia: los delegados del Gobierno han de cumplir como gobernadores jefes provinciales del Movimiento; los ministerios los llevan los funcionarios de carrera; la Guardia Civil trabaja como siempre; en los "medios de comunicaci¨®n social" se colocan adictos; las autonom¨ªas las llevan quienes creen que son independientes, y a las urnas va una Espa?a conservadora.
No s¨¦ de qu¨¦. De sus deudas con los bancos, quiz¨¢. Del esp¨ªritu de propietario que cre¨® Felipe Gonz¨¢lez. De poder ser racistas diciendo que odian el racismo. Hay quien goza viendo la foto de Aznar (?y le vota!) con los pies sobre la mesa de Bush y el puro de Marx (Groucho: siempre hace falta alg¨²n Marx que remedar); hay quien derrama l¨¢grimas de emoci¨®n viendo al Rey y al Pr¨ªncipe, con el capell¨¢n y los generales, despidiendo barcos que llevan soldados a ultramar. Y la bandera. Un compa?ero de viaje por Madrid me dijo que el que no quisiera la bandera de la plaza de Col¨®n -la m¨¢s grande de Europa- era un traidor. Le dije que yo he conocido cuatro en mi vida: la mon¨¢rquica, la republicana, la de Franco, la de ahora a la que llaman constitucional, como si las dem¨¢s fueran piratas (bueno, la de Franco...); y que ahora tengo otras varias: la de la Comunidad de Madrid, la del Ayuntamiento, la de Europa, no s¨¦ si la de la ONU... Si hay que ser leal s¨®lo a una, me quedo con la de la Rep¨²blica. Era, por lo menos, la m¨¢s libre, menos conservadora, menos pacata de las que he conocido.
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