La fe y las monta?as
Esta bella cima de 1.960 metros evoca una antiqu¨ªsima tradici¨®n religiosa del pueblo segoviano de Matabuena
La fe, seg¨²n dicen los que la tienen, mueve monta?as, pero el excursionista piensa que es al rev¨¦s: monta?as hay que, desde siempre, han espoleado el lado irracional de los hombres, provocando situaciones tan extraordinarias como que toda la gente de un pueblo, gente sencilla que no destaca por su forma f¨ªsica ni por sus aptitudes monta?eras, trepe a una cumbre de muchos metros cantando alegremente "venid y vamos todos con flores a Mar¨ªa..."
Una de esas monta?as milagrosas, el cerro Reliquias, se alza a 1.960 metros en mitad de los montes Carpetanos -la porci¨®n del Guadarrama que se extiende desde Pe?alara hasta Somosierra-, marcando el l¨ªmite entre el t¨¦rmino segoviano de Matabuena y los madrile?os de Villavieja del Lozoya y Gascones. Y debe su nombre, que ya aparece en textos del siglo XIII, a la antigua tradici¨®n de subir en romer¨ªa hasta su cima desde Matabuena para colocar en una vieja columna de piedra una medalla como ofrenda para proteger las mieses de los vientos ¨¢bregos que, seg¨²n se cre¨ªa, se colaban desde el sur por el cercano puerto de Linera arruinando las cosechas.
"?Una ascensi¨®n con 800 metros de desnivel, y los del pueblo se fuman un puro!"
Gran milagro es que, todav¨ªa hoy, cuando ya no hay cosechas que perder, persista en Matabuena la costumbre de subir al cerro Reliquias, el primer d¨ªa de mayo, para hacer una ofrenda a la Virgen.
Y aun mayor que, despu¨¦s de tama?a trepada, en lugar de irse todos a casita a tumbarse en una chaise longe y darse masajes en los pies, la fiesta se prolongue en la dehesa, con baile al son de la gaita y el tamboril, y con consumo -cabe suponer que no muy moderado- de bebidas, cigarrillos y habanos gentileza del Ayuntamiento. ?Una excursi¨®n con 800 metros de desnivel, y se fuman un puro!
En busca de la monta?a que semejantes milagros obra, el excursionista sale de Matabuena por la calle de la Fuente Buena, ignorando al final de la misma el camino que vira a la derecha, en direcci¨®n al cementerio, para seguir de frente por una pista de tierra que enfila rectil¨ªnea hacia el sur, directa a la sierra. En lontananza, divisa ya el puerto de Linera y, a su izquierda, el cerro Reliquias.
A media hora del inicio, o quiz¨¢ algo m¨¢s, el excursionista franquea una portilla met¨¢lica y vadea el arroyo Guijar de las Canchas, por cuyo valle contin¨²a ascendiendo sin abandonar la pista, entre prados salpicados de grandes robles seculares que justifican el top¨®nimo de Matabuena. A la izquierda, en la vecina dehesa, son matas de lustroso acebo las que ve refulgir bajo un sol a¨²n no muy alto, pero que empieza a picar. Y, ya en la falda del monte, es un pinar de repoblaci¨®n el que le cobija con su manto sombr¨ªo tras cruzar de nuevo el arroyo y cuando lleva una hora larga de marcha.
Una vez en el bosque, la pista describe una larga curva ascendente, de casi dos kil¨®metros, antes de atravesar por tercera y ¨²ltima vez el arroyo. Pronto confluye con otra pista forestal m¨¢s trillada que recorre horizontalmente la ladera, y por ella tira el excursionista hacia la derecha, cuidando de coger cinco minutos despu¨¦s un ramal que se desv¨ªa a la izquierda para subir en r¨¢pido zigzag hasta el l¨ªmite superior del pinar y, de all¨ª, trazando zetas m¨¢s amplias, hasta el puerto de Linera. Aunque tres horas le ha costado, la vista bien vale la pena: al sur, la vieja tierra de Buitrago, los embalses del Lozoya y la sierra de la Cabrera; al norte, Pedraza y todas las aldeas que anta?o fueron suyas, incluida Matabuena.
En otra media hora, caminando hacia la izquierda por toda la cresta, el excursionista alcanza el alto v¨¦rtice geod¨¦sico que corona el cerro Reliquias. En derredor, reconoce los restos de viejas majadas, trincheras de la guerra civil e incluso alguno de los mojones que marcaban la frontera medieval entre las tierras de Buitrago y Pedraza. En cambio, de la cruz de madera de enebro que, seg¨²n le han dicho en Matabuena, se?ala el preciso lugar donde se realiza la ofrenda, no encuentra ni rastro. Ser¨¢ que no tiene mucha fe.
Tambi¨¦n en bicicleta
- D¨®nde. Matabuena (provincia de Segovia) dista 125 kil¨®metros de Madrid y tiene f¨¢cil acceso por la autov¨ªa del Norte (N-I), desvi¨¢ndose por la carretera N-110 una vez pasado el t¨²nel de Somosierra.
- Cu¨¢ndo. Marcha de 22 kil¨®metros y seis horas -tres y media de subida y el resto de bajada por el mismo camino-, con un desnivel acumulado de 800 metros y una dificultad media-alta. Por su larga duraci¨®n y por discurrir por zona de cumbres, s¨®lo se recomienda para los d¨ªas m¨¢s largos y apacibles del a?o. La subida al puerto de Linera se efect¨²a por pistas en buen estado y con no demasiada pendiente, muy adecuadas tambi¨¦n para el ciclismo de monta?a.
- Qui¨¦n. La familia de Matabuena que regenta el bar Emilia (en la plaza de San Pedro, 1; tel: 921 50 40 02) y tambi¨¦n en el refugio La Hondilla (Abajo, 3; tel.: 921 50 40 90) nos proporcionar¨¢, adem¨¢s de comida y alojamiento rural, valiosa informaci¨®n sobre ¨¦sta y otras rutas por la zona. Tambi¨¦n puede consultarse la p¨¢gina web: www.lahondilla.com
- Y qu¨¦ m¨¢s. Cartograf¨ªa: mapa Sierra Norte, editado a escala 1:50.000 por La Tienda Verde (Maudes, 23 y 38; tel.: 91 534 32 57); en su defecto, hoja 19-18 (Pr¨¢dena) del Servicio Cartogr¨¢fico del Ej¨¦rcito, o la equivalente (458) del Instituto Geogr¨¢fico Nacional.
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