Anestesiados
La relaci¨®n entre la pol¨ªtica y el sexo, entre la actividad de los poderes p¨²blicos y el impulso vital en la sociedad, en general, no es nada nuevo. Sin embargo, casi nadie se la cree del todo hasta que las cosas se ponen feas. Si nuestros pol¨ªticos se dieran cuenta de todo lo que influyen en nuestra intimidad, ser¨ªan m¨¢s cuidadosos con lo que hacen. Digo esto porque se est¨¢n manifestando extra?os s¨ªntomas en nuestras conductas personales que, sin duda alguna, tienen algo que ver con las sombras pol¨ªticas de la actualidad.
El pasado martes, primer d¨ªa de julio, no hubo ning¨²n accidente mortal en las carreteras espa?olas. Algo raro y an¨®malo que, seg¨²n parece, no hab¨ªa ocurrido desde hac¨ªa ocho a?os. Es dif¨ªcil entender qu¨¦ pas¨® para que los factores habituales de riesgo no influyeran en los conductores. Habr¨ªa que pensar que no hubo excesos de alcohol, sue?o atrasado, ni distracciones por fumar o que nadie utiliz¨® el m¨®vil. Algo absolutamente inveros¨ªmil en los tiempos actuales. Tuvo que ser un factor m¨¢s general, una magia que nos atrap¨® a todos al mismo tiempo. Es f¨¢cil pensar que en esos d¨ªas todav¨ªa sent¨ªamos el f¨¦tido aliento de la crisis en la Asamblea de Madrid y estaba acabando el debate sobre el estado de la naci¨®n, donde Aznar controlaba la situaci¨®n y los socialistas se hac¨ªan un l¨ªo con las responsabilidades.
Parece ser que el 14 de noviembre de 1995, hace ocho a?os, tampoco hubo accidentes mortales de carretera. ?Qu¨¦ pasaba entonces en nuestra vida p¨²blica? Pues, seg¨²n cuentan las hemerotecas, por esos d¨ªas Aznar anunci¨® que ¨¦l mismo controlar¨ªa el gasto p¨²blico cuando fuera presidente y, por otro lado, decenas de diputados del PSOE se opusieron al suplicatorio de Barrionuevo. Est¨¢ claro que cuando Aznar nos deleita con su excelente prosa parlamentaria y los socialistas se flagelan para expiar sus pecados, a los espa?oles en carretera nos entra depresi¨®n, ansiedad ante la muerte o, como dec¨ªa Woody Allen a Diane Keaton, p¨¢nico homosexual. M¨¢s que prudencia es miedo a vivir sin miedo.
Pero eso no es todo. Observen el desaliento sexual que inunda estos d¨ªas a los medios de comunicaci¨®n. Los sex¨®logos nos desvelan que planificamos nuestras relaciones, principalmente para el fin de semana y que utilizamos la vieja y quejumbrosa cama de siempre. Es decir, sexo triste y conservador. Otra encuesta nos dice que los valencianos lideramos la impotencia sexual en Espa?a, es decir, que somos los mejores en impotencia. Un poco exagerado el titular, como tambi¨¦n lo ser¨ªa relacionar el hecho con la entrada del nuevo gobierno en la Generalitat, aunque siempre es una posibilidad. Pero seguro que la cosa es m¨¢s general, es el ambiente pol¨ªtico que nos rodea en estos d¨ªas que consigue influir hasta en nuestros cuerpos cavernosos.
Seamos sinceros. Aznar, Gallard¨®n, Bono, Ana Palacio, Tamayo, Simancas o hasta el propio Zapatero, excitan poco, m¨¢s bien deprimen, anestesian y nos dejan exang¨¹es ante la vida, ya sea para la carretera o para la alegr¨ªa del cuerpo. La ¨²nica terapia, la ¨²nica esperanza que nos queda, es el verano. La pol¨ªtica se calma, la ambici¨®n descansa y, al rev¨¦s que en el tango, el m¨²sculo despierta. Que se vayan todos de veraneo, por favor.
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