"No habr¨¢ guerra para suceder a Aznar"
Rodrigo Rato, 54 a?os apenas cumplidos, operado recientemente de un tend¨®n, ha marcado espont¨¢neamente el itinerario de la entrevista. El periodista le ha seguido durante el camino con la idea de que quiz¨¢ atravesar esa ruta seg¨²n el plano trazado por Rato pod¨ªa arrojar luz sobre las cosas que el vicepresidente segundo tiene estos d¨ªas en la cabeza y la manera en que est¨¢n ordenadas. He aqu¨ª los tramos esenciales del di¨¢logo durante ese viaje, que tuvo lugar el pasado viernes 4 de julio durante una comida en el sal¨®n comedor del Ministerio de Econom¨ªa.
Pregunta. Hay una cosa curiosa del debate sobre el estado de la naci¨®n. Hasta ahora Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar deb¨ªa resolver quien era su sucesor, pero de sus palabras se deduce que tambi¨¦n piensa en elegir al candidato de la oposici¨®n.
"El problema que tiene Zapatero es que transmite incapacidad de liderazgo interno"
"Todos lo estamos haciendo muy bien, somos todos unos sucesores perfectos"
"Convertir la crisis interna de la FSM en una conspiraci¨®n es un sinsentido y un error"
"No creo que estemos ante una burbuja de crecimiento artificial del precio de la vivienda"
Respuesta. Esa es una de las maldades que se hacen, ?no?. Maldades dial¨¦cticas que se hacen, a veces, en los debates. Tambi¨¦n Zapatero se pasa la vida dici¨¦ndole 'usted que se marcha, usted que se va, usted ya no tiene que opinar'. Y que Zapatero tiene una crisis interna, es algo que intuimos todos, ?no?. Pero en relaci¨®n con el debate creo que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar hizo el debate que le correspond¨ªa y que le conven¨ªa. Medidas concretas y pol¨ªticas. La f¨®rmula transmiti¨® tranquilidad. Y Zapatero centr¨® su debate en lo que no le conven¨ªa. Y se equivoc¨®. Por un lado, en una descripci¨®n irreal de la situaci¨®n socioecon¨®mica espa?ola. A lo que voy: no se puede negar que es una coyuntura muy buena. Y va Zapatero y la presenta como catastr¨®fica. Eso es un error. Y, en segundo lugar, llevar la versi¨®n del PSOE sobre el l¨ªo de la Comunidad de Madrid al Parlamento tal como lo hizo, de manera primordial, ha sido un error.
P. ?C¨®mo est¨¢ la sucesi¨®n?
R. La sucesi¨®n est¨¢ estupenda... quiz¨¢s en un estado perpetuo (risas), un estado estable. No llegaremos al l¨ªmite del pr¨ªncipe de Inglaterra, que puede que est¨¦ cincuenta a?os (risas), un mont¨®n de tiempo. Yo creo que lo estamos haciendo muy bien todos aquellos a los que se nos adjudica. Somos todos unos sucesores perfectos.
P. No falta tanto, ?no?
R. Bueno, hombre, por lo menos el verano lo pasamos as¨ª...
P. Estamos hablando de meses.
R. S¨ª. No, no, hombre, claro, no va durar esto hasta despu¨¦s... Desde luego, para marzo de 2004 tenemos que saberlo.
P. Y tambi¨¦n tendr¨¢ que decirnos si Zapatero es candidato o no...
R. En el PSOE hay que saber dos cosas. Una, qui¨¦n va a ser el candidato. Y dos, si el candidato va a hacer las listas. Yo creo que la batalla est¨¢ m¨¢s en el segundo punto que en el primero. Zapatero ha conseguido lo que parece haber querido evitar. Y era que sus elecciones en 2004 pudieran ser las ¨²ltimas. Cuando ¨¦l llega a la secretar¨ªa general del PSOE transmite el mensaje: 'Yo tengo un recorrido largo'. Era un mensaje inteligente para un candidato que se enfrentaba a un gobierno con mayor¨ªa absoluta. Despu¨¦s, aconsejado por no s¨¦ qui¨¦n, cambia el mensaje por el de 'Voy a ganar seguro'. Y ahora el riesgo que corre es que su partido no est¨¦ dispuesto a sostenerlo despu¨¦s de marzo de 2004. Puede darse, incluso, dependiendo de qu¨¦ cosas pasen, que no llegue all¨ª.
P. Y la agenda del PP ?cu¨¢l ser¨¢?
R. Va a haber una renovaci¨®n de la agenda. Por una raz¨®n: la agenda se ha cumplido en estas dos legislaturas. En la agenda de los pr¨®ximos cuatro a?os pretendemos seguir actuando sobre los impuestos, baj¨¢ndolos. En relaci¨®n con el debate televisivo, que el se?or Zapatero diga que los impuestos no han bajado en Espa?a es sorprendente, porque a ¨¦l le han tenido que bajar, porque a ¨¦l le pagan a trav¨¦s de n¨®mina como al resto de parlamentarios..
P. ?Cu¨¢les ser¨¢n los puntos fuertes de la nueva agenda?
R. Espa?a est¨¢ por suerte en una situaci¨®n en la cual sus grandes estructuras socioecon¨®micas son estables. No hay riesgos de seguridad social, no tiene en el horizonte grandes necesidades de recortes sociales, no se requieren pol¨ªticas de estabilidad macroecon¨®mica. Tiene que centrarse en cosas distintas. Hacer que funcionen mejor los servicios p¨²blicos, cambiar las leyes para garantizarlo, una disminuci¨®n de la burocracia, una mayor concertaci¨®n entre el sector p¨²blico y el privado; en temas como pueden ser la calidad de la competitividad, la investigaci¨®n y el desarrollo, seguir d¨¢ndole vueltas a la agenda educativa, haci¨¦ndola m¨¢s ¨¢gil, m¨¢s adecuada a lo que requerir¨¢n los espa?oles del futuro, temas medioambientales. Y, despu¨¦s, encauzar un debate que el PSOE quiere presentar como un problema territorial en Espa?a y que yo no lo veo as¨ª. Creo que hay una propuesta equivocada e inviable del PNV. Ante un cambio de escenario muy poderoso como es la derrota judicial y policial de ETA y la derrota de Batasuna, el PNV busca la f¨®rmula para que esa derrota no sea del todo as¨ª, justificando una cierta mala conciencia con los votantes de Batasuna y con sus dirigentes. Vienen a decirles: 'No os abandonamos'. Yo creo que lo que tendr¨ªa que hacer el PNV es aglutinar el voto nacionalista, que hoy por hoy es mayoritario, aunque no hegem¨®nico, y dar un paso adelante en la vida del Pa¨ªs Vasco, dejando atr¨¢s todo lo que representa la violencia, sea de baja o alta intensidad. Es un error de la actual direcci¨®n del PNV, que se dirige a un callej¨®n sin salida. Y que yo espero que cambie.
P. Aznar ha enfatizado en el Congreso que las relaciones con EE UU es uno de los temas que los futuros gobiernos deber¨¢n cuidar. ?C¨®mo ve usted esa relaci¨®n?.
R. Las relaciones de Europa con EE UU han sido siempre unas relaciones muy intensas y a veces complicadas, probablemente han tenido uno de los momentos m¨¢s dif¨ªciles de su historia en la guerra de Irak. Para ser pr¨¢cticos, durante los ¨²ltimos 20 a?os, Espa?a ha aprovechado las ocasiones para acercarse a EE UU. Yo creo que ahora hemos dado un paso muy importante, yo dir¨ªa definitivo. Se han hecho sobre esto muchas simplificaciones -pensaba utilizar otra palabra m¨¢s dura- como, por ejemplo, que ha habido un quiebro. No es as¨ª. Uno de los vectores de la pol¨ªtica exterior espa?ola desde la llegada de la democracia ha sido acercarse a EE UU. Y lo ha ido consiguiendo. En 2003, al convertirnos en un aliado de confianza se ha dado, sin duda, un paso todav¨ªa m¨¢s importante. Espa?a ha ido, por usar un t¨¦rmino marinero, orzando muy bien las relaciones con EE UU. Y ahora nos hemos colocado en una situaci¨®n en la que nos conviene estar. Tenemos una interlocuci¨®n directa con EE UU. ?Por qu¨¦ deber¨ªamos tener una interlocuci¨®n indirecta? ?Por qu¨¦ tenemos que aceptar que con EE UU nos represente nadie?. Tenemos intereses en el Norte de ?frica, en Am¨¦rica Latina y en el Atl¨¢ntico y en la defensa de Europa, razones por las cuales nos interesa ser su interlocutor directo. Podemos tener posiciones exactamente id¨¦nticas en algunos temas y divergentes en otros. Y con toda la complicaci¨®n del conflicto de Irak a nosotros no nos viene mal estar en unas buenas relaciones con EE UU.
P. Las armas de destrucci¨®n masiva siguen sin aparecer...
R. Ser¨¢ la Administraci¨®n Bush la que deber¨¢ responder por ello. Pero sobre la posici¨®n de Espa?a en el juego de las naciones no se puede dudar que tenemos mayor interlocuci¨®n con EE UU que la que ten¨ªamos antes. Y eso es bueno para un pa¨ªs de nuestro tama?o y de nuestros intereses.
P. Eso ha tenido un coste.
R. Parece que mucho menor del que se cre¨ªa.
P. No tanto en t¨¦rminos de votos.
R. ?Y qu¨¦ otro coste..?
P. Que se hayan cumplido las exigencias de Bush para conseguir esa interlocuci¨®n especial.
R. No. Nosotros tenemos un inter¨¦s nacional: robustecer todo lo que sea lucha antiterrorista internacional. Sin duda.
P. Pero ?qu¨¦ aspecto decisivo de la lucha antiterrorista se jug¨® en la guerra de Irak?
R. Sadam hab¨ªa intervenido en pa¨ªses vecinos...
P. Si Espa?a no hubiera formado parte de la llamada coalici¨®n de los voluntarios en Irak ser¨ªa, seg¨²n algunos, un pa¨ªs irrelevante para Bush. La funci¨®n hace al ¨®rgano: si no apoyas, eres insignificante.
R. No estoy de acuerdo. Los pa¨ªses discrepantes han vuelto a aproximarse a EE UU despu¨¦s de la crisis en el Consejo de Seguridad. Las heridas se est¨¢n cerrando. Esas relaciones con EE UU son muy importantes. Lo llevan siendo desde hace veinte a?os.
P. Veamos la situaci¨®n econ¨®mica interna espa?ola. Ahora que la inflaci¨®n parece m¨¢s controlada hay quienes comienzan a advertir sobre la baja productividad durante todo este ciclo expansivo, ?comparte la preocupaci¨®n?
R. Me preocupan otras cosas que tienen que ver con la llamada productividad aparente -es decir, el producto interior bruto dividido por el n¨²mero de personas empleadas-, porque un pa¨ªs que ha sufrido una cat¨¢strofe laboral como el nuestro desde mediados de los a?os setenta hasta avanzados los noventa tendr¨¢ una productividad aparente baja. De lo contrario, tendr¨ªamos otra vez problemas serios de desempleo y no estamos para tenerlo. A corto plazo, me preocupa que tengamos una mayor conciencia del problema de los costes. La negociaci¨®n colectiva debe ser m¨¢s realista en cuanto a esos costes.
R. Pero los buenos resultados de las grandes empresas si algo reflejan es ese esfuerzo de costes porque sus ventas no han subido de manera espectacular.
R. Si nos referimos a las grandes empresas, correcto. Los resultados que vemos permiten, a corto plazo, esos costes. No digo que no. Lo que s¨ª creo es que vamos a un mundo de una moneda europea en los entornos parecidos a los actuales, con crecimientos de mercados internacionales muy moderados, todo lo cual har¨¢ de los costes el factor decisivo. Y, desde luego, los datos de incrementos que se est¨¢n produciendo, como vemos en la recaudaci¨®n de retenciones al trabajo, en los costes laborales unitarios, y otros, me dicen que la sociedad espa?ola tiene que hacer una reflexi¨®n. Es verdad que estamos acerc¨¢ndonos en niveles de vida a los pa¨ªses centrales de Europa, pero no lo es menos que nuestras ventajas comparativas se pueden agotar. No todas las empresas deben tener el mismo tipo de negociaci¨®n colectiva. Y los interlocutores sociales tienen que empezar a manejar ¨ªndices un poco m¨¢s sofisticados que exclusivamente el ¨ªndice de precios al consumo, que desde algunos puntos de vista no refleja negociaciones que deber¨ªan mirar a m¨¢s largo plazo. Las mejoras no salariales no se est¨¢n valorando. Tampoco se ha introducido el concepto de salarios diferidos.
P. ?Ser¨ªa esta una de las prioridades de la nueva agenda econ¨®mica y social?.
R. No tengo duda. Tenemos que lograr mucha m¨¢s flexibilidad y adaptabilidad a lo que van a ser nuestros mercados europeos e internacionales. En estos momentos, las empresas espa?olas tienen margen. Pero vamos a horizontes de bajas inflaciones. Y la gente tiende a pensar que baja inflaci¨®n es un dato que no afecta a la evoluci¨®n de sus propios precios y m¨¢rgenes. Pero la baja inflaci¨®n s¨ª que afecta a eso. No es una nube que nos caiga del cielo. Que una econom¨ªa como la espa?ola -que ha absorbido en tan corto per¨ªodo de tiempo tanta mano de obra, que experimenta un crecimiento sostenido durante ocho a?os, y que se enfrenta a unos costes relativamente altos desde hace tres a?os- tenga una inflaci¨®n como la actual es la expresi¨®n de que estamos en una tendencia inflacionista a la baja. Es estupenda. Pero los m¨¢rgenes van a ser menores. Antes el Banco Central Europeo dec¨ªa que la inflaci¨®n cuanto m¨¢s debajo del 2% mejor. Y ahora es: que no baje mucho del 2%. Y a ser posible, que no baje nada de ¨¦se nivel.
P. ?C¨®mo va a jugar en la nueva agenda la pol¨ªtica presupuestaria? Qu¨¦ grado de resistencia prev¨¦ en las comunidades aut¨®nomas frente a esa pol¨ªtica?
R. Espa?a tiene que seguir una pol¨ªtica de equilibrio presupuestaria. Y la agenda de la tensi¨®n, por as¨ª decir, que ello va a generar en la nueva responsabilidad de las comunidades aut¨®nomas es muy importante. Ah¨ª vamos a vivir una tensi¨®n constante. Lo primero es tener claro una cosa: la pol¨ªtica presupuestaria es siempre un foco de tensi¨®n. Esa tensi¨®n en Espa?a, con un gasto p¨²blico tan descentralizado, va a apoyarse mucho sobre las comunidad aut¨®nomas.
P. Usted como sus colegas de la UE vienen vaticinando una expansi¨®n econ¨®mica desde hace tiempo y no parece estar pr¨®xima.
R. Vamos a un escenario de crecimientos en los pr¨®ximos 12-18 meses modestos en los 24 pa¨ªses m¨¢s industrializados, el ¨¢rea de la OCDE. Habr¨¢ divergencias entre pa¨ªses. Y en Europa ser¨¢ bastante menor que en EE UU. Con pa¨ªses por encima de la media, como el caso de Espa?a. Esta recuperaci¨®n llevar¨¢ tiempo.
P. ?Espa?a podr¨ªa mantener esa tasa del 2%?
R. En estos momentos, la econom¨ªa espa?ola tiene una demanda interna robusta, cercana al 3%. La demanda de las familias est¨¢ bien, ya que el empleo es muy importante, lo mismo que los impuestos. El sector de la construcci¨®n es muy potente, tanto civil como residencial y no residencial. Los datos del primer semestre son muy buenos. Y la industria reacciona en los ¨²ltimos meses hacia arriba, aunque depender¨¢ mucho a la demanda exterior.
P. Ha mencionado el tema de la construcci¨®n, ?no cree que si los precios se inflan todav¨ªa m¨¢s existe el riesgo de que la espuma se disuelva y el mercado entre en crisis?
R. Yo no creo que estemos ante una burbuja. Es decir, ante un crecimiento completamente artificial de los precios. Eso no pasa en el sector inmobiliario. Hay explicaciones para ello, que no justificaciones. Espa?a es un pa¨ªs donde hay m¨¢s casas cerradas que en alquiler, por ejemplo. Pues tenemos que actuar: sistema de desahucio, el atractivo del alquiler, y otros. No hay p¨¦rdida total de realidad entre lo que vale un activo y lo que se paga por ¨¦l. Ahora hay unos desajustes que se corregir¨¢n lentamente. Si los mercados de capitales recuperan su pulso, habr¨¢ una desviaci¨®n de inversi¨®n hacia otros productos. Y, adem¨¢s, la evoluci¨®n de los tipos a medio y largo plazos producir¨¢ sus efectos. Por otra parte, una mayor presi¨®n sobre todas las administraciones p¨²blicas, tambi¨¦n, para que tengamos una mayor promoci¨®n de viviendas sociales y la oferta de suelo urbano sean m¨¢s ¨¢giles. Hay una demanda que no puede ser eterna. La curva de crecimiento de los precios ser¨¢ m¨¢s plana. Con los tipos de inter¨¦s a la baja, aquellas personas que tienen viviendas financiadas a trav¨¦s de hipotecas no van a tener grandes oscilaciones. Pero tambi¨¦n tienen que saber que este no es momento para endeudarse al l¨ªmite.
P. El pacto de estabilidad de la UE ser¨¢ m¨¢s flexible, ya que pa¨ªses como Alemania y Francia son incapaces de cumplir con el 3% a¨²n cuando Espa?a ha mantenido una posici¨®n m¨¢s dogm¨¢tica.
R. No por dogmatismo. Esas subastas de miles de millones de recursos puestos en el mercado empujando los tipos de inter¨¦s a largo plazo hacia arriba nos va a afectar. Ya no tenemos diferencial que bajar. Si Alemania empuja esos tipos a largo m¨¢s alto, nos viene mal. Por eso, Alemania y Francia deben mantener el d¨¦ficit p¨²blico por debajo del 3%. Que estos pa¨ªses hayan comenzado a abordar ciertos problemas que nunca se plantearon -reforma laboral, sistema de pensiones- es bueno. Porque si por esa v¨ªa recuperan a medio plazo el crecimiento nosotros tenemos hoy suficiente fuelle como para llegar tranquilamente a ese medio plazo.
P. La crisis de la Comunidad de Madrid, ?no implica para nada al PP?
R. Pero vamos a ver. Convertir una crisis interna como la de la Federaci¨®n Socialista Madrile?a (FSM) en la que dos personas abandonan un grupo parlamentario en una historia de conspiraci¨®n es un sinsentido. Y querer que la polic¨ªa, la fiscal¨ªa, los jueces y no s¨¦ qui¨¦n m¨¢s estudien la situaci¨®n cada vez que un pol¨ªtico abandone su grupo me parece un error.
P. ?C¨®mo lleva la sucesi¨®n, se?or Rato?
R. Lo llevamos b¨¢rbaro. Con total normalidad.
P. ?Por qu¨¦ habr¨ªa de ser anormal?
R. Para algunos deb¨ªa ser anormal.
P. ?Por qu¨¦? Es una sucesi¨®n voluntaria, ?no?
R. Yo creo que a estas alturas hay dos hechos que los ajenos al PP ya deber¨ªan aceptar. Uno, que la sucesi¨®n no va a producir una guerra interna. Ya pueden descansar tranquilos. No va a haber una guerra en el PP por la sucesi¨®n. No va a haber una competencia entre personas. Segundo, que la decisi¨®n la vamos a tomar en el oto?o.
P. Que, como dice Mariano Rajoy, no es que sea un concepto jur¨ªdicamente determinado.
R. Pero casi. Es amplia, dura tres meses. Vamos a elegir una persona que va a tener todo el respaldo. No vamos a tener problemas internos. El sucesor lo va a elegir el partido. Yo creo que hay una tendencia a meterse para influir. Pero el pr¨®ximo presidente del PP, lo va a elegir el partido.
P. ?No va a ser un dedazo de Aznar?
R. No, estoy convencido de que no ser¨¢ un dedazo.
P. ?Se pondr¨¢ un nombre o varios sobre la mesa y el presidente pedir¨¢ opini¨®n?
R. Yo creo que ser¨¢ una persona que cuente con un consenso muy amplio. No puedo contestar a ello ahora, pero le dar¨¦ la respuesta en el oto?o.
P. Pero sigue con ganas, ?no?
R. Yo he dicho que s¨ª aceptar¨ªa esa responsabilidad y creo que otras personas tambi¨¦n la aceptar¨ªan. Pues ya est¨¢. Y a partir de ahora son otros los que tienen que decir: 'Oye, teniendo todo en cuenta parece que esta es la persona'.
P. Pero la elecci¨®n tiene consecuencias sobre los equipos. Poca gente le ve a usted en un gobierno presidido por Rajoy, pero s¨ª le ve a ¨¦l en uno en el que el presidente sea usted.
R. Todo eso se lo vamos a dar a usted solucionado. No debe preocuparse. Eso se lo daremos solucionado sin demasiados problemas.
P. Pero, ?usted se ve en forma para esta carrera?
R. Si es que no tenemos carrera.
P. Formalmente, no.
R. Ni informalmente. Hemos hecho esto hasta aqu¨ª sin ning¨²n tipo de bander¨ªa por parte de nadie. Estamos en oto?o casi.
P. Ya quisiera usted estar en oto?o.
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