Juan Jos¨¦ Mill¨¢s: "El ordenador es tu cabeza fuera de ti"
El escritor reconoce sus fracasos en el 'chat': "Cuando pones todos los puntos y las comas se dan cuenta de que eres un extra?o en ese sitio, o un psic¨®pata"
En su m¨¢s tierna infancia, Juan Jos¨¦ Mill¨¢s estaba fascinado por hermosas cajas de puros que compraba vac¨ªas a la estanquera de su barrio para llenarlas de tesoros. Muchos a?os despu¨¦s, el escritor consagrado contin¨²a guardando lo m¨¢s preciado de s¨ª en una caja: su ordenador port¨¢til.
"Con el port¨¢til fue un flechazo a primera vista, no as¨ª con el ordenador de sobremesa, que no lo utilizo. El port¨¢til en cambio es muy caliente, la cuartilla virtual est¨¢ muy cerca, frente a ti, al alcance de la mano, as¨ª que la relaci¨®n con ¨¦l es muy endog¨¢mica", explica el autor de Cuentos de ad¨²lteros desorientados (Lumen). Junto a su tarea como escritor, Juan Jos¨¦ Mill¨¢s desarrolla su labor period¨ªstica en EL PA?S y en la cadena SER.
"El ordenador guarda en sus entra?as nuestros circuitos mentales", dice Mill¨¢s. "Cuando se quiera saber de un muerto habr¨¢ que hacer la autopsia al ordenador porque podremos conocer lo que pas¨® por su cabeza mientras viv¨ªa. El ordenador es una sucursal de la cabeza, como tu cabeza fuera de ti".
No confundir real con digital
Quiz¨¢ eso le lleva a afirmar que se trata de "un objeto tan personal como el cepillo de dientes, nadie puede trabajar con el ordenador de otro". Para argumentarlo saca del recuerdo el caso de aquella mujer que descubri¨® el idilio virtual de su marido al fisgar en su ordenador. "Si pudi¨¦ramos entrar en la cabeza de las personas con la facilidad que se entra en el ordenador, el mundo que nos rodea no se mantendr¨ªa en pie", concluye. "El peligro viene de confundir lo real con el entorno digital"; como pone de manifiesto con el caso de las infidelidades cibern¨¦ticas, "aquello era un adulterio fant¨¢stico, no real".
As¨ª que nada bueno puede esperarse, en su opini¨®n, del salto de los mundos simulados, como por ejemplo el chat, al entorno real: "Los resultados son catastr¨®ficos, quedan dos en una cafeter¨ªa de Cincinnati para conocerse de verdad y en realidad lo que ocurre es que uno va a matar al otro".
Sus tentativas en los chat han sido pocas e infructuosas porque habla en ellos con la disciplina que escribe sobre papel: "Cuando pones todos los puntos y las comas se dan cuenta de que eres un extra?o en ese sitio, o de que eres psic¨®pata".
El mundo que emerge de la Red est¨¢ caracterizado, a juicio de Mill¨¢s, "porque no tiene jerarqu¨ªas, algo que resulta imposible en el mundo anal¨®gico", y aunque "ese caos no es malo a veces me desespera", dice. Con todos sus males, lo digital ha calado ya lo suficientemente hondo en su vida. "Uno no puede estar sin ver el correo electr¨®nico. El ordenador acaba siendo una pr¨®tesis tan cercana, tan necesaria, que no puedes vivir sin ella".
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