Oteiza y los l¨ªmites
"?Cabe Oteiza en este pa¨ªs, su pa¨ªs, el lugar donde habit¨®?", es la cuesti¨®n metaf¨®rica que ayer plante¨® como reflexi¨®n Eduardo Rosales, director del Museo Oteiza, en Alzuza (Navarra), en el c¨®nclave que sobre el artista se celebr¨® en los Cursos de Verano de San Sebasti¨¢n. Rosales, junto a estudiosos de la obra del escultor, como Javier Viar, director del Bellas Artes de Bilbao; el cr¨ªtico Jos¨¦ Jim¨¦nez y el periodista Felix Mara?a, analizaron el car¨¢cter fronterizo y transgresor de Oteiza, su tendencia a vivir al l¨ªmite, en los m¨¢rgenes, en las proximidades, pero nunca en el centro de la comunidad ni de la ciudad. Seg¨²n Rosales, esta tendencia huidiza del escultor se refleja en la elecci¨®n deliberada de los sucesivos lugares donde fij¨® su residencia, siempre pr¨®ximos, pero sitos en el margen de las ciudades. Ni siquiera prosperaron sus proyectos en los cascos urbanos, como el de la Alhondiga bilba¨ªna.
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