EE UU aspira a controlar el petr¨®leo de ?frica en un giro estrat¨¦gico de su pol¨ªtica energ¨¦tica

Estados Unidos tiene grandes planes en ?frica, que trascienden el car¨¢cter humanitario de la gira del presidente George W. Bush. El viaje ha sido ante todo un gesto pol¨ªtico para marcar el inicio de lo que los expertos estadounidenses en cuestiones de petr¨®leo denominan la D¨¦cada de ?frica. El continente es clave en la redefinici¨®n estrat¨¦gica del mundo que Washington hizo tras los atentados del 11-S, parte de la cual se centra en la diversificaci¨®n de las fuentes energ¨¦ticas que le permitan reducir la actual dependencia del golfo P¨¦rsico. La OPEP y en especial Arabia Saud¨ª ser¨ªan los perdedores.

El golfo de Guinea va a ser el sustituto del golfo P¨¦rsico. Estados Unidos no puede confiar su abastecimiento a un ¨¢rea con importantes problemas de estabilidad pol¨ªtica y social, con pa¨ªses como Arabia Saud¨ª, Ir¨¢n y el propio Irak, que tardar¨¢n a?os en resolverse, afirma Paul Michael Wihbey, asesor de la Casa Blanca en estrategias energ¨¦ticas y seguridad nacional, y presidente del (Ethink Tank Center for Strategic Resources Policy (CSRP). Wihbey ha elaborado un proyecto para declarar ?frica Occidental "¨¢rea de vital inter¨¦s para EE UU", que est¨¢ bajo consideraci¨®n de la Casa Blanca y el Congreso, y que propone una pol¨ªtica de integraci¨®n de las prioridades energ¨¦ticas, la seguridad y desarrollo de la regi¨®n. El plan resalta tambi¨¦n la importancia de las ayudas humanitarias y el establecimiento de bases militares.

Las enormes reservas de petr¨®leo del golfo de Guinea -m¨¢s de 80.000 millones de barriles- no han formado parte de la agenda africana de Bush, pero son el motor del cambio estrat¨¦gico, se?alan Wihbey y otros analistas y congresistas norteamericanos consultados. El golfo de Guinea lo componen un arco de pa¨ªses ricos en yacimientos petrol¨ªferos que incluyen Nigeria, Guinea Ecuatorial, Camer¨²n, Gab¨®n y Angola. La producci¨®n conjunta alcanza cinco millones de barriles diarios -m¨¢s que la de Ir¨¢n, Venezuela o M¨¦xico-, pero los grandes yacimientos est¨¢n en Nigeria (2,2 millones de barriles diarios) y Angola (un mill¨®n diario). Los otros pa¨ªses extraen un promedio de 250.000 barriles al d¨ªa.

El potencial es inmenso. Las proyecciones suponen casi el doble de la producci¨®n, 8,2 millones de barriles diarios, para fines de la d¨¦cada, subraya James Burkhard, director de Cambridge Energy Research Associates. Ya en el 2007 se prev¨¦ que Angola haya duplicado la suya y Nigeria la aumente a tres millones de barriles diarios. Este ¨²ltimo pa¨ªs es el sexto mayor exportador de petr¨®leo del mundo y el quinto proveedor de EE UU. Y Angola es el noveno. Actualmente EE UU importa un 15% de su petr¨®leo del ?frica subsahariana, cantidad comparable a la que compra a Arabia Saud¨ª. Y seg¨²n el Consejo Nacional de Inteligencia esa proporci¨®n superar¨¢ el 25% para el a?o 2015, m¨¢s que la de todo el golfo P¨¦rsico.

El oro negro africano es adem¨¢s de gran calidad y f¨¢cil de transportar al estar todas las explotaciones en el mar, lejos de los conflictos. La ¨²nica excepci¨®n es Chad (con unas reservas de 1.000 millones de barriles), donde a fines de a?o las petroleras norteamericanas completar¨¢n la construcci¨®n de un oleoducto entre ese pa¨ªs y Camer¨²n, con un costo de 3.700 millones de d¨®lares. Pero el mayor atractivo de ?frica Occidental radica en la capacidad ilimitada de extracci¨®n, a diferencia de los pa¨ªses miembros de la OPEP (s¨®lo Nigeria pertenece a la OPEP).

En ese sentido, la apuesta de EE UU por el golfo de Guinea incidir¨ªa en los flujos y precios del crudo mundial, debilitando a la OPEP. Es un gran problema para la OPEP, apunta Wihbey. Igualmente representa un riesgo para el desarrollo de la regi¨®n, a menos que se cree un plan que garantice el justo reparto de la riqueza por una parte, y por otra obligue a las empresas a revelar los pagos en concepto de comisiones a los Gobiernos, afirma Burkhard. Para que las petroleras se comprometan a acuerdos de transparencia es necesario un acuerdo global, "porque si no siempre habr¨ªa empresas de otros pa¨ªses que se aprovechar¨ªan".

El plan de Washington es estabilizar pol¨ªticamente esa regi¨®n africana y fomentar su desarrollo econ¨®mico, con el fin de crear las condiciones id¨®neas para continuar las inversiones. Las compa?¨ªas norteamericanas tienen previstas inversiones de m¨¢s de 50.000 millones de d¨®lares de aqu¨ª al a?o 2010. No son las ¨²nicas. En la carrera por el oro negro subsahariano tienen fuertes competidores en Francia, Holanda, Gran Breta?a y Malasia.