Marbella, el lado oscuro del para¨ªso
El due?o del restaurante es un se?or bajito que gusta de lucir camisas negras y medallones de oro al cuello. Esta noche est¨¢ encantado con la visita del alcalde, de su novia y de las dos decenas de c¨¢maras que siempre llevan detr¨¢s. Eso es publicidad, publicidad de la buena. Ma?ana, el nombre de su restaurante saldr¨¢, junto a los rostros del alcalde de Marbella, Juli¨¢n Mu?oz, y de la tonadillera Isabel Pantoja en la docena de programas del coraz¨®n que inundan la televisi¨®n espa?ola. Adem¨¢s de la afici¨®n por el dinero y la ostentaci¨®n, el due?o de este restaurante y el actual alcalde tienen m¨¢s puntos en com¨²n. Los dos llevan una vida que refleja el espejo y otra, mucho m¨¢s oscura, que a¨²n permanece oculta. Una prueba de ello es que el due?o del restaurante recibe frecuentes visitas -este peri¨®dico fue testigo de una de ellas- de Juan, un empleado del banco JP Morgan en Z¨²rich, con el que planea la mejor forma de colocar su dinero negro en para¨ªsos fiscales, muy lejos de las garras de Hacienda. Por eso, y sobre todo por sus connivencias urban¨ªsticas con el gobierno de Juli¨¢n Mu?oz, el Cesid puso tras ¨¦l y tras otros personajes de Marbella a varios agentes que, despu¨¦s de una exhaustiva investigaci¨®n, llegaron a una conclusi¨®n de lo que est¨¢ sucediendo. "No se trata de actuaciones aisladas que puedan suponer focos inconexos de corrupci¨®n", se?alaba un informe del espionaje espa?ol, "sino de una actuaci¨®n sistem¨¢tica, coordinada, en la que cada vez con mayor descaro se busca el lucro personal prevali¨¦ndose del cargo p¨²blico".
La Junta de Andaluc¨ªa ha impugnado 139 licencias municipales que afectan a 10.000 viviendas, pero no ha conseguido parar ni una sola obra
"Los jueces deber¨ªan estar obligados a hacer una declaraci¨®n de bienes. Crear un estatuto que garantice la independencia frente a la corrupci¨®n"
"Te obligan a construir m¨¢s. Te dicen: 'Dos plantas no, tiene que construir cuatro. Y si hace falta cargarse la calle, nos la cargamos"
La batalla del suelo entre la Junta y el Ayuntamiento dura ya 13 a?os. El Gobierno de Chaves no ha conseguido derribar ning¨²n edificio ilegal
El plan urban¨ªstico municipal clasifica como urbanizables 11 millones de metros cuadrados declarados de alto valor ambiental y paisaj¨ªstico
"El Estado no llega a Marbella. Y si no se remedia pronto, se convertir¨¢ en un territorio de alegalidad donde se obtienen plusval¨ªas gigantescas"
Y si esto es tan flagrante, ?por qu¨¦ sigue sucediendo?
Una clave puede estar precisamente en ese informe del Cesid. El espionaje espa?ol -hoy denominado CNI- s¨®lo se interes¨® por lo que suced¨ªa en Marbella ante el peligro de que el partido de Jes¨²s Gil consiguiera, como era su intenci¨®n, exportar sus pr¨¢cticas a otros puntos del Estado. Cuando Gil, acorralado por sus numerosos contenciosos judiciales, abandon¨® la idea, tambi¨¦n se apag¨® el foco que sobre Marbella ten¨ªa puesto el Estado. ?Y qu¨¦ pas¨® entonces?
"Sigui¨® reinando la impunidad". La frase es de Carlos Castresana, uno de los fiscales anticorrupci¨®n que impulsaron la investigaci¨®n sobre el gobierno de Marbella, a resultas de la cual Jes¨²s Gil fue encarcelado e inhabilitado, y 34 de sus colaboradores -entre ellos Juli¨¢n Mu?oz- est¨¢n imputados por presuntos delitos continuados de prevaricaci¨®n, malversaci¨®n de fondos p¨²blicos e impagos de cantidades multimillonarias a la Seguridad Social y Hacienda.
Entre bambalinas
Sin embargo, la ca¨ªda de Gil no supuso el final de una ¨¦poca. Ni siquiera fue una ca¨ªda. Gil y Gil, aunque ya muy lejos de la cresta de la ola, se mantiene en las bambalinas de Marbella, moviendo los hilos, vigilando a los suyos. De hecho, Juli¨¢n Mu?oz, de 55 a?os, est¨¢ imitando la capacidad de su anterior jefe para trascender lo pol¨ªtico y convertirse en un fen¨®meno medi¨¢tico. Si Gil ten¨ªa al Atl¨¦tico, a su caballo Imperioso y a sus frases estent¨®reas siempre rematadas con "y tal y tal", Juli¨¢n Mu?oz ha pasado, en un pis pas, de ser un personaje desconocido a estar presente en todos los hogares. Mucho de eso se lo debe a su noviazgo con Isabel Pantoja y, por supuesto, al im¨¢n que siempre ejerce Marbella sobre la prensa del coraz¨®n. De su anterior jefe y modelo aprendi¨® Mu?oz que todo ir¨¢ bien mientras siga siendo la estrella de los programas del coraz¨®n, y que todo empezar¨¢ a torcerse cuando su cuota de pantalla pase a ser cuesti¨®n de los telediarios. La fama, adem¨¢s, act¨²a como un blindaje. Cuando Gil, pillado in fraganti en sus enjuagues econ¨®micos, fue detenido y enviado a la prisi¨®n de Alhaur¨ªn de la Torre (M¨¢laga), achac¨® su procesamiento a un "acoso pol¨ªtico".
Pero no s¨®lo ha copiado Mu?oz de Gil su est¨¦tica de famoso. Tambi¨¦n sus ¨¦xitos electorales. En las pasadas elecciones, Juli¨¢n Mu?oz revalid¨® la mayor¨ªa absoluta. La f¨®rmula de una ciudad segura y pr¨®spera, vigilada por m¨¢s de 500 polic¨ªas municipales y sembrada de gr¨²as y hoteles, sigue funcionando. Este peri¨®dico solicit¨® su versi¨®n de lo que est¨¢ sucediendo en Marbella. Aunque Juli¨¢n Mu?oz acept¨® en un principio el encuentro, luego opt¨® por aplazarlo.
Un abogado de Marbella, aunque desde el anonimato, ha contado c¨®mo se las gasta el nuevo equipo municipal para conseguir dinero. "Precisamente estos d¨ªas", explica el abogado, "el Ayuntamiento acaba de adjudicar una obra muy importante a una empresa espa?ola pr¨¢cticamente desconocida. Pues bien, la historia viene de atr¨¢s. Una empresa que yo representaba, muy prestigiosa en el sector, hab¨ªa llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento para ejecutar la obra, pero de pronto nos llevamos una sorpresa. Nos dijeron que nos iban a hacer un traje a medida y pidieron 200 millones de pesetas de mordida. Llam¨¦ a mi cliente y me pregunt¨® si al menos nos dar¨ªan una factura por ese pago. Cuando le expliqu¨¦ que no, que se trataba de una comisi¨®n ilegal, me respondi¨® que me olvidara del concurso, que no quer¨ªa saber nada de Marbella para hacer negocios".
No es dif¨ªcil conseguir en la ciudad testimonios parecidos. Aunque s¨ª es casi imposible que alguien los denuncie abiertamente. Existe miedo. A Mu?oz y a su guardia pretoriana, formada por una legi¨®n de polic¨ªas municipales y guardias de seguridad. Precisamente, se acaba de presentar en M¨¢laga un estudio del Instituto Andaluz de Criminolog¨ªa que llega a conclusiones muy graves que se pueden resumir en dos titulares. Por un lado, el estudio vincula el auge inmobiliario de la Costa del Sol al blanqueo de cantidades ingentes de dinero negro. Y por otro, advierte de que hay mafias que pretenden el control de los municipios al m¨¢s puro estilo de la Cosa Nostra. La reacci¨®n no se ha hecho esperar. Uno de sus responsables confiesa que, nada m¨¢s hacer p¨²blico el informe, recibieron presiones, incluso amenazas, para que suavizaran el tono de sus cr¨ªticas. Debajo de la atm¨®sfera siempre festiva que envuelve a Marbella se oculta un ambiente opresivo, lleno de ojos, del que es muy dif¨ªcil escapar. "Una vez que te hacen el primer favor", explica el abogado, "ya no te puedes escapar. Ya eres del equipo, y si quieres romper el v¨ªnculo, est¨¢s acabado. No puedes denunciarlo porque cobran en met¨¢lico, no hay facturas. Todo es a trav¨¦s de intermediarios. En el urbanismo de Marbella, todo el mundo pilla, desde el m¨¢s grande hasta el m¨¢s peque?o. La corrupci¨®n es total".
El m¨¦todo para conseguir dinero es el mismo de siempre. Lo explica Josefina Cruz Villal¨®n, de 53 a?os, catedr¨¢tica de Geograf¨ªa y secretaria general de Ordenaci¨®n del Territorio y Urbanismo de la Junta de Andaluc¨ªa: "Donde s¨®lo est¨¢ autorizada la construcci¨®n de tres plantas se levantan siete. Si en una parcela de 1.000 metros la densidad de edificabilidad permitida es de 150 metros, ellos la convierten en 400. Las zonas de equipamiento p¨²blico (educativo, deportivo o verde) se transforman en suelo residencial".
Un constructor lo corrobora: "Te obligan a construir m¨¢s. Te dicen: 'Dos plantas no, tiene que construir cuatro. Y si hace falta cargarse la calle, nos la cargamos. Si construye cuatro, le hacemos ganar m¨¢s dinero y nosotros participamos de la plusval¨ªa'. Te dicen que los beneficios son para el Ayuntamiento".
El motivo de esa voracidad constructora no encierra por tanto ning¨²n misterio. Y si alguien todav¨ªa lo duda, la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n lo deja bien claro en su querella contra el anterior equipo de gobierno: "Con el sistema dise?ado por ellos, o se estaba en connivencia con la formaci¨®n pol¨ªtica de Jes¨²s Gil o no se pod¨ªa concurrir a la contrataci¨®n con el Ayuntamiento".
Seg¨²n todos los indicios, en Marbella s¨®lo han cambiado algunos de los actores, porque la pel¨ªcula es la misma. Y los efectos ya se empiezan a notar. "Los promotores serios han huido de aqu¨ª", dice un abogado marbell¨ª, "s¨®lo quedan algunos peque?os y dispuestos a aceptar las oscuras y comprometidas condiciones que pone el Ayuntamiento. A las grandes como Ferrovial ya no les interesa trabajar aqu¨ª". Josefina Cruz certifica esa realidad: "La gente seria no quiere aceptar estos acuerdos y se va. A ning¨²n promotor con reglas claras le puede interesar este juego, el terreno de las arenas movedizas. Es una especie de ruleta rusa. Y no todo el mundo est¨¢ dispuesto a jugar con tanto riesgo". Algunos bufetes de abogados ya est¨¢n mandando un mensaje muy claro a sus mejores clientes: "Les decimos: '?V¨¢yase usted a Estepona, Manilva, San Roque, Mijas, Benalm¨¢dena! Son municipios de la costa donde el que compra sabe lo que compra, tiene permiso y est¨¢ en la legalidad. Si usted quiere comprar en Marbella, al final se enfrentar¨¢ con la Junta de Andaluc¨ªa y tendr¨¢ problemas".
Pero nunca falta quien se arriesgue, quien se mueva como pez en el agua en el otro lado del espejo. De hecho, y aunque s¨®lo sea por el momento, el negocio es redondo. Y se lo est¨¢n llevando peque?as empresas -una de Murcia, otra de Salamanca, hay una de Granada y tambi¨¦n de San Sebasti¨¢n...- que llegan a la costa para dar el pelotazo.
El resultado no puede ser m¨¢s desolador. La Marbella de hoy en nada se parece a la que so?aron Norberto Goizueta -quien en 1933 compr¨® por 505.000 pesetas la Hacienda Guadalmina, de 350 hect¨¢reas, a la Compa?¨ªa General Azucarera de Espa?a- o Ricardo Soriano, marqu¨¦s de Ivanrey -que en 1943 compr¨® 200.000 metros cuadrados a 50 c¨¦ntimos la unidad-. Intentaron, y durante un tiempo lo consiguieron, que la vieja Marbella -un punto entre M¨¢laga y Gibraltar, parada y fonda de estraperlistas de caf¨¦, tabaco y perfume- se convirtiera en un refugio de arist¨®cratas y viejas fortunas. Un lugar privilegiado, construido siguiendo un patr¨®n muy sobrio: cal, tejas y vegetaci¨®n.
Vestigios naturales
Todo lo contrario a la Marbella de ahora. Los pisos y apartamentos que inundan Marbella amenazan con sepultar los ¨²ltimos vestigios naturales de la zona. Desde que en 1990 lleg¨® Gil, en Marbella se construyen entre 10.000 y 15.000 casas al a?o. Y lo que es m¨¢s grave: m¨¢s de 10.000 de esas viviendas son ilegales y han sido impugnadas por la Junta de Andaluc¨ªa. Pero la cosa no queda ah¨ª: la mayor¨ªa de sus inquilinos ignora que sus pisos o chal¨¦s est¨¢n fuera de la ley. La Junta no ha conseguido que sus impugnaciones se inscriban en el Registro de la Propiedad. "Muchos han comprado sin saber lo que hay detr¨¢s", explica Josefina Cruz.
La batalla del suelo entre el Ayuntamiento de Marbella y la Junta de Andaluc¨ªa viene de lejos. La Junta, gobernada por el socialista Manuel Chaves, no reconoce el plan urban¨ªstico aprobado por el grupo del GIL en 1998, pero tampoco sus "clandestinos y oscuros" convenios firmados en los ¨²ltimos 13 a?os. El plan de Jes¨²s Gil clasifica como urbanizables 11 millones de metros cuadrados de zona que, seg¨²n la Junta, tienen un gran valor ambiental y paisaj¨ªstico. Y, aun as¨ª, los sucesivos equipos del GIL han otorgado decenas de licencias sobre ese suelo. El enfrentamiento entre ambas administraciones ha sido feroz, pero el equipo marbell¨ª se viene saliendo con la suya por la pol¨ªtica de los hechos consumados. Esto es: la Junta de Andaluc¨ªa ha impugnado desde 1995 un total de 139 licencias municipales que afectan a m¨¢s de 10.000 viviendas, pero no ha conseguido paralizar ni una sola obra. Tampoco ha logrado demoler ninguno de los edificios ilegales que inundan y amenazan con asfixiar a la ciudad y engullir a sus habitantes.
Concepci¨®n Guti¨¦rrez del Castillo, de 49 a?os, consejera de Obras P¨²blicas de la Junta, reconoce su impotencia: "Cuando impugn¨¢bamos las licencias, el Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa no atend¨ªa a nuestra petici¨®n de que se paralizara la obra. Entraba en el fondo del asunto y, cuando llegaban las sentencias, la demolici¨®n era dif¨ªcil, por no decir imposible".
Hay muchos ejemplos por toda la ciudad. Uno de ellos lo explica todo: el Consistorio autoriz¨® la construcci¨®n de 106 viviendas adosadas denominadas Promoci¨®n Bello Horizonte II. La Junta de Andaluc¨ªa impugn¨® la licencia el 17 de enero de 1996. Dos a?os despu¨¦s, el 23 de julio de 1998, el TSJA deneg¨® la suspensi¨®n cautelar que reclamaba la Administraci¨®n andaluza. Casi cinco a?os despu¨¦s, el 21 de enero de 2003, el citado tribunal anul¨® por fin la licencia. Pero ya hab¨ªan transcurrido siete a?os desde que se puso la primera piedra, las 106 viviendas ilegales est¨¢n ah¨ª y en algunos casos su propiedad ha cambiado varias veces de titular.
Fallos inejecutables
"?Qu¨¦ hacemos con esas 106 familias?", se pregunta ahora Josefina Cruz. Y ella misma se responde: "A juicio de los tribunales, el da?o que se causa a los vecinos con una demolici¨®n es mayor que el bien que se intenta restituir con una sentencia. No es lo mismo suspender una licencia que demoler un edificio repleto de gente. Para nosotros es un fracaso que no se llegue a la demolici¨®n, porque al final estamos ante una pol¨ªtica de hechos consumados. S¨®lo en los ¨²ltimos meses hemos conseguido que el TSJA, por fin, haya ordenado la suspensi¨®n cautelar de las licencias que hemos impugnado". Hay una frase del fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa, Jes¨²s Garc¨ªa Calder¨®n, que resume lo antes expuesto: "Hoy por hoy existe una mara?a administrativa que beneficia al infractor. Y a nadie se le escapa que al amparo de todo ello se est¨¢n perpetrando grandes delitos en materia urban¨ªstica".
Todo esto conduce a varias preguntas muy l¨®gicas: ?por qu¨¦ no se pone coto a todo este desenfreno?, ?d¨®nde est¨¢n las autoridades, los jueces, la polic¨ªa...? Las respuestas a todas estas preguntas no pueden ofrecer un panorama m¨¢s desolador.
Para empezar, las autoridades no est¨¢n. Ya ha quedado demostrado que la poderosa Junta de Andaluc¨ªa apenas ha podido enmendarles un rengl¨®n a los designios de un grupo de concejales, la mitad de los cuales est¨¢n imputados por la Audiencia Nacional y cuya cabeza pensante es un antiguo camarero de San Mart¨ªn de Valdeiglesias, provincia de Madrid, cuyo dudoso curr¨ªculo se empieza a conocer ahora que su esposa, Maite Zald¨ªvar, lo est¨¢ ventilando por despecho en los medios de comunicaci¨®n. En cuanto a los jueces y a la polic¨ªa, la situaci¨®n no mejora. "Se puede decir", explica Carlos Castresana, fiscal anticorrupci¨®n, "que el Estado no llega a Marbella. Y si no se remedia pronto, aquello se convertir¨¢ en una isla, en un territorio de alegalidad donde recala gente de todo el mundo, se obtienen plusval¨ªas gigantescas y se pagan comisiones por todo. ?Qui¨¦n puede pretender que un juez reci¨¦n salido de la escuela, con unos cuantos auxiliares y polic¨ªas a su cargo, se pueda enfrentar a eso con garant¨ªas de ¨¦xito? Aquello", concluye Castresana, "es un polvor¨ªn, un territorio sin ley, como el Lejano Oeste. Es como si un solo guardia custodiara un enorme dep¨®sito de armas. El n¨²mero de pleitos es muy superior al que deber¨ªa tener una ciudad de 100.000 habitantes. Y existe un problema a?adido: el juez que all¨ª se lo tome en serio es, como dec¨ªa Falcone, un servidor del Estado en tierra de infieles".
Y aun as¨ª hay quien lo intent¨®. Es el caso de Santiago Torres, de 41 a?os. Tuvo que pedir el traslado de Marbella despu¨¦s de procesar a Gil y a sus lugartenientes. Lleg¨® a vivir escenas m¨¢s propias de Sicilia que de una ciudad andaluza. Un d¨ªa que cit¨® a varios imputados, con Castresana actuando de fiscal, un cord¨®n de coches negros, con los cristales ahumados, rodearon el edificio judicial. La amenaza impl¨ªcita que todo aquello supon¨ªa hizo que la Guardia Civil tuviera que acudir y poner orden. El juez Torres fue seguido, calumniado, denigrado en La Tribuna de
Marbella, el peri¨®dico gratuito que financia el Ayuntamiento. La presi¨®n fue tal que acab¨® pidiendo el traslado a Madrid. El propio Torres propone una f¨®rmula para luchar contra ese caos: "Hay que asegurar la independencia judicial de los intereses que tienen que ser investigados. Que sea s¨®lo la ley la que mueva la actuaci¨®n judicial. Los jueces deber¨ªan estar obligados a hacer una declaraci¨®n de bienes. Crear un estatuto judicial que garantice la independencia del juez frente a la corrupci¨®n. La organizaci¨®n judicial espa?ola no est¨¢ preparada para luchar en este escenario si no es con una gran dosis de voluntarismo que puede llegar hasta la extenuaci¨®n".
Las declaraciones de Torres adquieren mayor relevancia si se tiene en cuenta que no se refieren a problemas virtuales. Marbella no s¨®lo viene soportando pol¨ªticos avispados que se aprovechan del erario p¨²blico, constructores sin escr¨²pulos que esquilman espacios naturales, mafiosos de todo tipo y origen que eligen su costa para refugiarse o planear sus pr¨®ximos golpes, far¨¢ndula de la peor calidad cuya presi¨®n arterial s¨®lo se mide en minutos televisivos... Tambi¨¦n la reciente historia de Marbella cuenta con jueces sospechosos de cruzar la frontera de la ley. Es el caso de Pilar Ram¨ªrez. Ex decana de los juzgados de Marbella, fue expulsada de la carrera judicial durante varios a?os por tramitar 16 asuntos vinculados a su familia y a dos presuntos mafiosos italianos socios de su padre, Juan Ram¨ªrez, de 72 a?os, un antiguo oficial de los juzgados que pas¨® de ser un guardia forestal a operar con 50 empresas, ser due?o de cuatro pisos, un chal¨¦ y una finca valorados en 200 millones de las antiguas pesetas. Seg¨²n un informe judicial, "sus inversiones son ostensiblemente incompatibles con sus ingresos". Son las cosas de Marbella.
?Y la polic¨ªa?
Delito sin v¨ªctima
La polic¨ªa espa?ola consigue muchos ¨¦xitos en la Costa del Sol. Pero ninguno relativo al fraude urban¨ªstico ni a los delitos asociados. La polic¨ªa espa?ola goza de prestigio atrapando cargamentos de hach¨ªs o coca¨ªna, resolviendo cr¨ªmenes o desbaratando mafias violentas, pero se reconoce inexperta a la hora de destapar cohechos y perseguir el tr¨¢fico de influencias. No hay que olvidar que el cohecho es un delito sin v¨ªctima. Nadie lo denuncia y nunca aparece el cad¨¢ver. Jos¨¦ Garc¨ªa Losada, comisario general de Polic¨ªa Judicial, explica: "Si no hay indicios delictivos claros, no podemos investigar por nuestra cuenta una operaci¨®n inmobiliaria, por muy sospechosa que sea. En esos temas s¨®lo podemos ir de la mano del fiscal". Pero los fiscales consultados coinciden en que el poder judicial no les apoya. "Nos encontramos con una falta, casi absoluta, de receptividad en nuestras querellas", explica Castresana. Algunas de las querellas presentadas avanzan con sospechosa lentitud. Por si fuera poco, el comisario Losada advierte de otro problema: "Las investigaciones suelen ser muy dif¨ªciles, porque nos topamos con una mara?a de sociedades enclavadas en para¨ªsos fiscales, especialmente en el cercano Gibraltar, dispuestas precisamente para ocultar al verdadero propietario del dinero".
El verano no ha hecho m¨¢s que empezar. Ocho millones de turistas llegar¨¢n a la Costa del Sol. Encarnaci¨®n Pardo, publicista, es una de ellas. Ha trabajado en la ciudad durante muchos a?os y conoce bien al alcalde: "Juli¨¢n Mu?oz tiene sus defectos, pero es la persona m¨¢s currante que te puedes echar a la cara. Hay que verlo trabajar. Si se han llevado dinero, hago un par¨¦ntesis, porque es algo que no me importa. Lo importante es que la ciudad ha dado un cambio total. No hay paro, hay seguridad y no hay mendicidad. En Marbella no hay crisis". Encarnaci¨®n, como muchos otros, prefiere disfrutar del lado luminoso del espejo.
Un fraude "de extraordinaria magnitud econ¨®mica"
EL PASADO 20 DE MARZO, la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n, que hoy dirige en funciones Carlos Jim¨¦nez Villarejo, present¨® en la Audiencia Nacional una querella contra Jes¨²s Gil, entonces alcalde de Marbella; Juli¨¢n Mu?oz, el actual, y otras 33 personas, concejales de su grupo, por los presuntos delitos continuados de prevaricaci¨®n y malversaci¨®n contra la Seguridad Social y contra Hacienda. Desde entonces, el juez Ismael Moreno tramita esta acusaci¨®n, basada en un informe del Tribunal de Cuentas, que la fiscal¨ªa califica en su escrito como una defraudaci¨®n "de extraordinaria magnitud econ¨®mica, tanto respecto de los caudales p¨²blicos cuyo destino no est¨¢ justificado (372 millones de euros) como de las deudas a la Seguridad Social (90 millones), que sin duda alguna han repercutido en la econom¨ªa nacional".
La querella, admitida a tr¨¢mite, asegura que los querellados, gracias a la mayor¨ªa absoluta que ostentaban en el Ayuntamiento de Marbella, "gestionaron los recursos municipales al margen de las normas legales con la finalidad de sustraer a cualquier control los fondos p¨²blicos que administraban y utilizar parte de ellos en beneficio propio y detrimento del Consistorio". Entre las acusaciones destaca el pago a concejales sin justificar, cuentas generales ficticias, acreedores falsos o inexistentes, anulaci¨®n de derechos de cobro, cuentas secretas, deudas sin reconocer, cesi¨®n de terrenos a precios inferiores a su valor, etc¨¦tera.
Al querellado Juli¨¢n Mu?oz, entonces teniente de alcalde, se le atribuyen diversos delitos. ?stos son los m¨¢s importantes: la atenci¨®n de deudas que Contratas 2000, sociedad municipal, ten¨ªa con Sateco Construcciones, SA, referentes a unas letras de cambio impagadas por ¨¦sta que ascend¨ªan a 673.000 euros; convenio con Promoci¨®n de Edificaciones Industriales, SA, y permuta de bienes con la misma; perjuicio al Ayuntamiento en 280.000 euros por la entrega a Sateco Construcciones, SA, y Francisco Sierra de una finca en pago parcial de una deuda; presunta apropiaci¨®n de fondos municipales (38.000 euros) para gastos de Navidad y festejos; presunto enriquecimiento de fondos de la sociedad Eventos 2000, SL, por 312.000 euros, junto a otros dos concejales, mediante la presentaci¨®n de facturas por servicios profesionales; irregularidades contables en las sociedades municipales Difusi¨®n y Comunicaci¨®n, Control de Limpieza, Abastecimiento y Suministros, Transportes Locales, Sanidad y Consumo, Control de Servicios Locales, Actividades Deportivas, Tropicana, Banana Beach, Tropicana Marbella, Planeamiento, en cuyos consejos de administraci¨®n figuraba Mu?oz. La querella se?ala que la "manipulaci¨®n contable no tuvo lugar s¨®lo en la contabilidad del Consistorio, sino tambi¨¦n en la de estas sociedades municipales".
La fiscal¨ªa asegura que la contrataci¨®n del Ayuntamiento s¨®lo garantizaba la concurrencia a los que estaban "en connivencia" con el grupo de Gil. El ex alcalde niega estas acusaciones y asegura que es objeto de una persecuci¨®n.
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