Autoridad para opinar

Soy profesora de instituto desde hace 22 a?os. He vivido los tiempos del BUP y el COU con sus defectos; pero entonces entrar en el aula significaba hacer tu trabajo con dignidad y conseguir que algunos de tus alumnos, a trav¨¦s de la Historia -materia que imparto- se cuestionaran el mundo que les hab¨ªa tocado vivir.

Tras intentar entender el sistema impuesto por la LOGSE, defensora como soy de la ense?anza obligatoria y gratuita, actualmente estoy de baja por un cuadro de ansiedad y me estoy planteando dejar esta profesi¨®n... a tal nivel de renuncias profesionales y personales he llegado.

Viene esto a cuento a partir del art¨ªculo de se?or Joan Subirats publicado en EL PA?S el 12 de julio. B¨¢sicamente de acuerdo con ¨¦l, me ha dolido una de sus afirmaciones para defender el valor del manifiesto firmado por representantes de la intelectualidad catalana. Deja entender Subirats que ellos tienen m¨¢s autoridad moral para opinar sobre el estado de la educaci¨®n en este pa¨ªs que "el pu?ado de sindicalistas y maestros t¨ªpicos de toda concentraci¨®n en la Via Augusta, sede del departamento". Disc¨²lpeme, se?or Subirats, pero ese "pu?ado de sindicalistas y maestros" tienen mucha m¨¢s autoridad para opinar sobre la educaci¨®n que los arquitectos, escritores o profesores de Universidad pertenecientes a lo que podr¨ªamos llamar una intelectualidad "divine". Ellos est¨¢n en primera l¨ªnea de fuego, y sufren las incongruencias de un sistema que ha creado "m¨¢s desigualdades que hace 20 a?os", seg¨²n sus propias palabras. Ustedes, se?or Subirats, no.