Fastos
Esteban Gonz¨¢lez Pons, reci¨¦n nombrado conseller de Cultura, Educaci¨®n y Deporte, se fue a su despacho y empez¨® a pedir carpetas, y supo entonces que hab¨ªa muchas escuelas por hacer, m¨¢s de las que esperaba, y no pocos barracones que desmantelar, y bastantes leyes que cumplir, y luego pas¨® a las carpetas de cultura, unos documentos m¨¢s llamativos y hermosos, mejor dise?ados sin duda, y hall¨® all¨ª que hab¨ªa un gran fasto en marcha, el ¨²ltimo de una larga serie, un fasto de mucho m¨¦rito, y entonces lo mand¨® parar. En seco. El fasto era la cubierta japonesa del IVAM, bell¨ªsima org¨ªa met¨¢lica que bien pod¨ªa convertir un rinc¨®n del barrio del Carmen en el encuadre m¨¢s singular de todo el casco viejo de la ciudad, visible, adem¨¢s, desde el otro lado del cauce, como una grandiosa alucinaci¨®n al¨¢mbrica, y visible, claro, desde los autobuses municipales, y desde los discrecionales, ¨¦stos ¨²ltimos bien poblados de extranjeros estudiosos del arte moderno: de sus grandes logros, ya algo antiguos por cierto, y de alg¨²n que otro fiasco, muy actual y l¨²dico, eso s¨ª.
Es la primera vez, que yo recuerde, que un pol¨ªtico valenciano responsable de cultura, conseller o no, tiene tanto valor. Y lo tiene en un entorno en que el valor, al rev¨¦s que sucede en la milicia, nunca se le supone al dirigente de turno. Porque todos, o casi todos, balbucean y acaban claudicando antes de decir que no a los artistas. A los creadores. A los gestores de los creadores. A los organizadores de los fastos. Pavor a los que idean acontecimientos fantasmales que cuestan muchos millones de euros y que son presenciados por unos pocos centenares de personas, que por lo general no entienden nada, aunque bien se lo callan, no en vano el arte es, o puede ser, una de las casas de lo Innombrable. Tambi¨¦n de lo Impagable.
Por lo dem¨¢s, Gonz¨¢lez Pons conoce muy bien que el prestigio del IVAM, el mayor ¨¦xito cultural de los gobiernos socialistas, y despu¨¦s de los populares de esta tierra, no depende de su car¨ªsima cubierta met¨¢lica. Es m¨¢s, siempre se ha celebrado como un gran ¨¦xito, y lo es, que el IVAM, con un presupuesto entre discreto y humilde, haya llegado tan lejos.
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