El Gobierno colombiano y un sector de los grupos paramilitares negocian la paz
Uribe dice que la posible extradici¨®n de los jefes a EE UU se decidir¨¢ durante el proceso
Los paramilitares de Colombia acordaron ayer con el Gobierno de ?lvaro Uribe su desarme y reintegraci¨®n en la vida civil. Ser¨¢ un proceso de desmovilizaci¨®n gradual que empezar¨¢ en diciembre de este a?o. En diciembre de 2005, gran parte de los 13.000 hombres de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que han aterrorizado al pa¨ªs con masacres y asesinatos selectivos, debe estar desmovilizada. Cinco bloques, de esta especie de federaci¨®n de ej¨¦rcitos ilegales, est¨¢n fuera del proceso; dos de ellos lo rechazan de plano.
El anuncio lo hizo el alto comisionado de paz, Luis Carlos Restrepo, despu¨¦s de una reuni¨®n de dos d¨ªas con comandantes de esta organizaci¨®n que naci¨® con la idea de acabar con la guerrilla.Desde diciembre del a?o pasado se inici¨® una etapa exploratoria que finaliz¨® con el Acuerdo de Santa Fe de Ralito, firmado por nueve comandantes paras. Son l0 puntos en los que se comprometen a un cese total de hostilidades, promesa cumplida a medias en los ¨²ltimos meses.
El pacto incluye abandonar todo tipo de delitos, incluido el robo de gasolina de los oleoductos, que hoy le cuesta al pa¨ªs unos cuatro millones de euros mensuales. Tambi¨¦n se comprometen a luchar contra el narcotr¨¢fico, actividad con la que obtienen gran parte de sus recursos. "Esto contribuir¨¢ al fin de la pesadilla de la violencia", declar¨® Uribe en Arauca, donde ha trasladado tres d¨ªas su Gobierno. El presidente de Colombia ha sido se?alado numerosas veces como vinculado hace a?os a los paramilitares.
A las seis de la ma?ana, tras caminar durante m¨¢s de una hora por la denominada Brigada XVIII, donde el presidente ?lvaro Uribe tiene instalada desde el martes la sede de su Gobierno, el mandatario aclar¨® a los periodistas que no habr¨¢ ¨¢reas desmilitarizadas para la concentraci¨®n de los hombres que dejar¨¢n las armas. "La zona de concentraci¨®n es necesaria por seguridad... y para tener veedur¨ªa [apoyo] internacional", dijo el presidente. El ¨¢rea que se defina para este fin tendr¨¢ "presencia plena" de las instituciones democr¨¢ticas.
Y habl¨® del asunto, considerado por muchos el mayor escollo del camino que ahora se pone en marcha: la petici¨®n estadounidense de extradici¨®n de dos de los principales jefes paramilitares, Carlos Casta?o y Salvatore Mancuso. "Habr¨¢ que examinarlo durante el proceso y con las autoridades de Estados Unidos. Ellos est¨¢n en su derecho de exigirlo", dijo Uribe. Hace unos d¨ªas, Casta?o escribi¨® en su p¨¢gina web en Internet: "Hagamos caso omiso al asunto de la extradici¨®n, ignor¨¦mosla, negociemos con altruismo ofreciendo m¨¢s al Estado y menos para nosotros".
EE UU -que apoya el proceso de desarme de los paramilitares: ya anunci¨® dos o tres millones de d¨®lares para los programas de reinserci¨®n, unos 8.000 d¨®lares por hombre- ha dejado muy claro que no descansar¨¢ hasta tener bajo la jurisdicci¨®n de su justicia a los jefes de estas organizaciones. "Son criminales", ha repetido Anne Paterson, embajadora saliente de Estados Unidos.
El escepticismo parece realista, pues son a¨²n muchas las preguntas sin respuestas: ?c¨®mo se financiar¨¢n estos hombres acostumbrados a matar hasta que llegue el momento de la desmovilizaci¨®n total? ?C¨®mo se garantizar¨¢ que no escapen al castigo del sinn¨²mero de cr¨ªmenes atroces que han cometido? ?Devolver¨¢n las tierras que han robado a los campesinos, como lo exigieron los obispos?
"Me gusta el proceso. Si se van retirando los actores del conflicto, tanto mejor", asegur¨® ayer Carlos Gaviria, senador de izquierda y cr¨ªtico del Gobierno de conservador de ?lvaro Uribe. "La etapa dif¨ªcil empieza ahora; estaremos atentos a los t¨¦rminos de esta negociaci¨®n. No puede haber impunidad", a?adi¨®.
Pocas esperanzas
La noticia, aqu¨ª, en este departamento (provincia) azotado por la violencia -la guerrilla vol¨® ayer dos torres y dej¨® sin energ¨ªa a la zona-, y donde los grupos paramilitares han ganado peso militar en los ¨²ltimos tres a?os, no es muy esperanzadora. Aqu¨ª opera el llamado bloque Casanare y el grupo Vencedores de Arauca. El primero es uno de los tres bloques que han tenido contactos con el Gobierno en mesas paralelas. El segundo nadie sabe a quien obedece. "Espero que se sumen a la iniciativa", dijo a este peri¨®dico Fernando Trivi?o, alcalde de Fortul, un peque?o municipio disputado por todos los alzados en armas por su ubicaci¨®n estrat¨¦gica. La presi¨®n paramilitar es muy fuerte en Arauca. Cobran vacunas (impuestos) a ganaderos y comerciantes, que en muchos casos son superiores a los que exigen los guerrilleros. Los primeros piden 20 o 30 reses de impuesto. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN) se conforman con tres o cinco.
Los paras son responsables de la mayor¨ªa de los secuestros de Arauca, que a menudo terminan en desapariciones. Este a?o suman ya 47. Como sucede en el resto del pa¨ªs, los paras han modificado su t¨¢ctica de cr¨ªmenes colectivos por otra menos ruidosa de cr¨ªmenes selectivos, pero siguen obligando a miles de campesinos a abandonar sus tierras -por presi¨®n o por los combates con la guerrilla-. Hace poco, una partida de paramilitares lleg¨® a una comunidad ind¨ªgena y dijeron: "Ahora somos la autoridad; ustedes deben obedecer". Unas 1.500 personas huyeron despavoridas y se refugiaron en Tame y Fortul, poblaciones vecinas. S¨®lo en este departamento hay m¨¢s de 6.000 desplazados.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.