"?Az¨²car!"
Si la salsa ten¨ªa una imagen era la de Celia Cruz bailando sobre sus zapatos de imposible plataforma y dando ¨¢nimos, una vez tras otra, a sus compa?eros de escenario con una exclamaci¨®n que ya forma parte de la historia de la m¨²sica latina: "?Az¨²car!" Una imagen tan entra?able como infecciosa, siempre acompa?ada de ritmos de una calentura indiscutible, que se pod¨ªan alargar horas sin que el p¨²blico dejara de bailar.
La aparici¨®n de Celia Cruz era como un milagro, entraba en erupci¨®n y nadie se salvaba, todo quedaba arrasado. Probablemente era el hechizo de alguno de sus santos venerados, esos que acompa?aban a la cantante en todas sus giras y que cubr¨ªan las mesas de su camerino. Lo cierto es que Celia Cruz conserv¨® intacta hasta el ¨²ltimo momento esa vitalidad imparable que hizo de ella la verdadera reina de la salsa o, por decirlo de otra manera, la voz de la salsa: Celia delante y todas las dem¨¢s detr¨¢s, honestas segundonas o simples imitadoras.
Ya de ni?a comenz¨® a destacar en un panorama plagado de calidad y creatividad. Todo parec¨ªa predestinado, ya que en su primera aparici¨®n p¨²blica gan¨® un concurso radiof¨®nico con una tarta como premio. De ah¨ª a convertirse en la Guarachera de Oriente hubo un solo paso, ayudado, eso s¨ª, por una de las mejores orquestas de la isla: la m¨ªtica Sonora Matancera.
Con la Matancera Celia pas¨® por M¨¦xico dejando un rastro indeleble y march¨® a Nueva York para emparejarse, musicalmente primero, con el mism¨ªsimo rey del timbal, Tito Puente, e inmediatamente despu¨¦s inventar, con otros clarividentes m¨²sicos latinos, uno de los sobresaltos musicales del siglo XX: la salsa, la m¨²sica cubana de toda la vida pasada por el tamiz de la Gran Manzana. Y Celia Cruz, l¨®gicamente, se convirti¨®, a la vez, en musa inspiradora y eje central sobre el que gir¨® todo el movimiento. Nadie podr¨ªa imaginarse a Fania All Stars sin su presencia, todos los dem¨¢s integrantes pod¨ªan cambiar, pero si ella no estaba, el supergrupo no exist¨ªa. Como ya no podr¨¢ volver a existir.
"?Az¨²car!" ya no resonar¨¢, pero quedar¨¢n m¨¢s de 70 grabaciones, varios discos de oro y premios Grammy, y algunos (escasos) filmes con fragmentos de concierto (tambi¨¦n como actriz en Los Reyes del Mambo cantan canciones de amor).
Babelia
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