Sentidos de la multitud

Reflexionar sobre la evoluci¨®n hist¨®rica del concepto de masa y analizar su papel en el mundo actual es el objetivo de la muestra Agrup¨¦monos todos. Gregarismo, ocio y otros motivos de reuni¨®n, que presenta el Museo de Arte Contempor¨¢nea de Vigo (Marco), en colaboraci¨®n con el centro-museo Artium de Vitoria. El estribillo de La Internacional es utilizado como t¨ªtulo y enganche para acercarnos a los herederos de aquellos que se inspiraron en las multitudes para componer himnos que loaban la igualdad y la libertad. Desde sensibilidades y estilos muy diferentes, artistas como Daniel Canogar, Magdalena Abakanowicz, Andreas Gursky, Claude Leveque o Hiroyuki Matsukage ofrecen visiones de un concepto clave en el desarrollo pol¨ªtico y social del siglo XX.

Una videocreaci¨®n de Jer?me Lefdup introduce al visitante en la exposici¨®n con un repaso de los diferentes tipos de multitudes que convirtieron el siglo XX en la ¨¦poca del individuo como ser masificado y de la masa como entidad individualizada. La mayor parte de las obras expuestas son fotograf¨ªas que nos presentan a grupos humanos que se re¨²nen para comer, tumbarse en la playa, bailar o simplemente posar desnudos en las calles de una ciudad para una instant¨¢nea de Spencer Tunick.

El recorrido en im¨¢genes se convierte en un muestrario de las actitudes humanas ante y dentro de la multitud. En la fotograf¨ªa My America contemplamos al desafiante artista chino Zhang Huan (1965) sentado desnudo ante un grupo de norteamericanos, tambi¨¦n desnudos, que le arrojan pan. Es su peculiar manera de protestar por el trato recibido en Estados Unidos y un modo de celebrar la libertad encontrada en ese pa¨ªs.

Marcos L¨®pez (1958) y Adi Nes (1966) reinterpretan el icono de La ¨²ltima cena y lo convierten en una parrillada a pleno sol en el caso de L¨®pez, y en una cena de soldados en un cuartel en la fotograf¨ªa captada por Nes. Eva Bensasson (1973) reflexiona en sus obras sobre la anulaci¨®n del sujeto en la sociedad contempor¨¢nea. Personajes ennegrecidos y sin rostro vagan como espectros en im¨¢genes de la vida cotidiana, que constituyen el mejor retrato de una sociedad impersonal que busca -consciente o inconscientemente- el anonimato. Con un recurso t¨¦cnico opuesto, Olivo Barbieri (1954) llega a conclusiones similares mediante instant¨¢neas a¨¦reas de la multitud que celebra la fiesta del Palio en Siena. Peque?as manchas de color en las que apenas se distingue la forma humana dejan la sensaci¨®n de que la multitud se ha convertido en un enjambre de abejas.

Estas visiones en cierto sentido pesimistas no impiden que la conclusi¨®n final sea que la masa no ha perdido su papel de fuerza necesaria para cambiar la realidad, pese a que quedan lejos los tiempos de los grandes movimientos revolucionarios en los que las multitudes fueron el verdadero motor de los cambios sociales vividos el pasado siglo. La uni¨®n todav¨ªa puede servir para hacer la fuerza.