Cr¨ªmenes contra las mujeres
Con este enunciado expresamos lo que para la sociedad patriarcal es "violencia dom¨¦stica". El ¨²ltimo crimen fue ejecutado por un asesino de 66 a?os, su v¨ªctima ten¨ªa 65. El nombre de esta mujer asesinado por el que se ha llamado "su marido" era Teresa, de la que podemos imaginarnos los insufribles cap¨ªtulos de su vida sin que nadie nos los haya contado.
Hasta el 1 de julio han sido asesinadas 41 mujeres en lo que va de a?o, esto sin mencionar las personas que viven rotas por el dolor, padecimiento y subyugaci¨®n o las mujeres y sus hijos que tienen que salir huyendo de sus domicilios y ser cobijadas en instituciones previstas para esos casos, para no acabar como Teresa. Si la cifra de 41 mujeres asesinadas fueses v¨ªctimas de grupos organizados llamados "bandas terroristas", estamos seguras que la reacci¨®n pol¨ªtica ser¨ªa otra bien distinta y se agotar¨ªan todos los recursos existentes para solucionar el problema. Sin embargo, como el terrorismo en este caso no procede de ning¨²n desacuerdo pol¨ªtico sino de una brutalidad contra las mujeres intr¨ªnseca de nuestra cultura patriarcal, la ¨²nica protesta que podemos esperar es la de algunas asociaci¨®n de mujeres que en ocasiones utilizan los que se dedican a la pol¨ªtica del momento.
Como ejemplo podemos observar el discurso mantenido en el ¨²ltimo debate del Estado de la Naci¨®n, en el que no tiene cabida porque no se supone un problema de Estado el que la media de mujeres asesinadas a manos de sus compa?eros sentimentales ascienda ya a la escandalosa cifra de siete mujeres a la semana. Esto s¨®lo se menciona y de forma absolutamente superficial en tiempos de campa?a electoral.
Si algo conocemos bien desde la Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres es la prepotencia patriarcal y las consecuencias que se derivan de la educaci¨®n impuesta por la misma tanto para mujeres como para hombres, por ello reclamamos no s¨®lo leyes para transformar el sistema de valores imperante, sino tambi¨¦n la erradicaci¨®n de la educaci¨®n que castra a las mujeres y tiraniza a los hombres. Para ello nos parece imprescindible acabar con la manipulaci¨®n que se hace de los sentimientos de las mujeres, es decir, que se utilice el amor que les tenemos a nuestras criaturas y al padre de ¨¦stas paar que sigamos esclavizadas de por vida a un maltrato f¨ªsico y psicol¨®gico brutal, y esto ocurre en las propias comisar¨ªas cuando las v¨ªctimas van a denunciar y, en algunos casos, la persona que las atienden les aconsejan que no deshagan una familia y que vuelvan a sus casas, que todo tiene arreglo. Adem¨¢s, nos encontramos con un sistema legal en el que los jueces se pueden permitir el lujo de no contemplar como delito que una mujer sea violada, se dicten sentencias irrisorias comparando estos delitos con lo que comete cualquier individuo por robar una prenda en una tienda de ropas y se incumplan de manera reiterada las sentencias que se imponen a estos asesinos, y as¨ª hasta toparnos con la realidad que tenemos en la que parece imposible atajar los cr¨ªmenes cometidos contra las mujeres desde el ¨¢mbito pol¨ªtico o judicial.
Por lo tanto, no desistiremos en reclamar los derechos humanos de nosotras, luchando para cambiar la posici¨®n subyugada que desde todas las culturas, religiones y tradiciones se nos ha impuesto desde el patriarcado por el mero hecho de ser mujeres.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.