Un oasis en el desierto

Roser Vives tiene s¨®lo 19 a?os y un car¨¢cter que huele a campeona. Ayer, con el tercer mejor tiempo de su semifinal y el sexto en el global, se clasific¨®, contra pron¨®stico, para la final de los 200 mariposa y se convirti¨® en la segunda finalista espa?ola en estos Mundiales. Toda una proeza. S¨®lo Nina Jivanevskaia, por partida doble, ha logrado en estos campeonatos situarse entre las ocho mejores nadadoras del mundo. Nadie, ni siquiera Joan Fortuny, su entrenador, la hab¨ªa se?alado en las quinielas. "Cuando me clasifiqu¨¦ para la semifinal, se qued¨® muy sorprendido; ¨¦l estaba mucho m¨¢s nervioso que yo", relataba Vives con la voz a¨²n entrecortada por el esfuerzo. "Aunque hab¨ªa entrenado para estar entre las ocho primeras, tambi¨¦n ha sido una sorpresa para m¨ª", confes¨®.

Pero cuesta creerlo. Nada en su discurso hace pensar que su resultado es producto de la casualidad. Cuando habla, Vives demuestra la misma determinaci¨®n y contundencia que cuando surca la piscina. "Yo no me acomplejo ante la campeona del mundo ni ante nadie", afirma. "?Por qu¨¦ iba a hacerlo? ?Acaso no he entrenado las mismas horas que ellas? ?O no soy tan grande y tan fuerte como ellas? ?Mira qu¨¦ espalda tengo!. Estar o no entre las mejores es b¨¢sicamente una cuesti¨®n de cre¨¦rselo; yo no veo por qu¨¦ no puedo estar ah¨ª y no entiendo a los compa?eros que salen acomplejados", asegura.

Lo suyo es cuesti¨®n de genio, exigencia y ambici¨®n. C¨®mo explicar si no un resultado as¨ª, cuando hace apenas dos semanas superaba la selectividad. Otro ¨¦xito puesto que el calendario quiso que sus ex¨¢menes -aspira a ser maestra de Educaci¨®n F¨ªsica- coincidiera con el punto ¨¢lgido de sus entrenamientos. Roser, que se prepara en el CAR de Sant Cugat desde hace dos a?os, le rob¨® horas al sue?o para estudiar mientras nadaba, en cuatro sesiones diarias, 90.000 metros a la semana. "Tem¨ªa m¨¢s por la selectividad que por los Mundiales porque ¨¦stos los he preparado mucho mejor", dec¨ªa, feliz, esta mallorquina que se inici¨® en la nataci¨®n a los siete a?os por sus problemas cr¨®nicos de espalda. El m¨¦dico se lo aconsej¨®. Su padre, aficionado al deporte, casi la oblig¨®. Sus cualidades y resultados en el CN Palma la animaron a continuar. Sus molestias de espalda no han desaparecido por completo -"siempre tendr¨¦ una peque?a curva", se?ala-, pero su horizonte como nadadora se ampl¨ªa a pasos agigantados. So?aba con estar en esta final. Hoy la nadar¨¢ pensando que "la medalla es imposible", pero con el convencimiento de que har¨¢ un buen papel. "Si quedo quinta, dar¨¦ saltos de alegr¨ªa", dice. Su determinaci¨®n invita a creerla.