La necesidad pudo a lo rosa

Nuevo lleno en el coso santanderino. Los corrillos prefestejos lo asociaban a la presencia del m¨¢s rosa del escalaf¨®n, Jesul¨ªn. El populismo colorista que anta?o irradiaba el de Ubrique en los tendidos se ha quedado en aguas de borrajas. A Dios gracias.

La entrega de un torerito navarro que quiere ser algo en la profesi¨®n, si le dejan, le rob¨® por m¨¦ritos las ovaciones de la tarde. La necesidad en esta ocasi¨®n pudo con lo rosa.

Francisco Marco a la postre el triunfador de la tarde, tras un alegre y movido saludo capotero, dej¨® crudo en varas a su primero. Proporcionar¨ªa con ello emoci¨®n a su faena. A la buena presentaci¨®n de los enga?os le sucedieron suertes mal rematadas. La biso?ez por falta de rodaje reflejaba una muleta sin mando. El coraz¨®n, que no la cabeza, le dej¨® en varias ocasiones a merced de su enemigo. Entreg¨® lo que ten¨ªa. Torero en algunos pasajes, perdido en otros. Pero quiso. Algunas veces pudo. En el que cerr¨® festejo se estrell¨® ante la falta de fuerzas de su oponente.

Jesul¨ªn de Ubrique en el que abri¨® espect¨¢culo ejerci¨® de enfermero templado. Enfermero porque el borreguillo precisaba de mimos urgentes para no derrumbarse. Templado porque al m¨¢s m¨ªnimo tir¨®n se hubiera venido abajo. Para qu¨¦ le hacen falta a la Fiesta toros si hay maestros enfermeros templados. En su segundo dej¨® entrever que ni queriendo calienta los tendidos. Pesado, aburri¨®. Escuch¨® protestas.

Manuel Caballero, en su primero, dej¨® vislumbrar una disposici¨®n que dio a entender que el sector se encontraba en huelga de celo. A ¨¦l le debi¨® corresponder los servicios m¨ªnimos. Se arrim¨® a la pala del pit¨®n con su trasteo soso, vulgar y precavido. En el que fue su segundo y acabada la reclamaci¨®n laboral, brind¨® a la concurrencia. Faena con m¨¢s cuento que m¨¦rito. Las ventajas son cuentos.

El tost¨®n de la tarde, como es habitual, fue magn¨ªficamente amenizado por la orquesta tocalotodo.