Un mill¨®n de firmas exigen la elecci¨®n de un nuevo gobernador en una California en crisis

El secretario de Estado de California, Kevin Shelley, ten¨ªa previsto certificar anoche (madrugada de hoy en Espa?a) que m¨¢s de un mill¨®n de votantes californianos han firmado la petici¨®n para que se convoque a una nueva elecci¨®n de gobernador. Si California estaba ya en medio de una profunda crisis financiera con un d¨¦ficit anual en el presupuesto del principal Estado del oeste de EE UU de 38.000 millones de d¨®lares, hoy la crisis tambi¨¦n es pol¨ªtica. Una vez que el secretario de Estado oficialice la convocatoria electoral, ¨¦sta habr¨¢ de celebrarse en un plazo de 60 a 80 d¨ªas. Se presentar¨¢ a los votantes una papeleta con dos preguntas: una sobre si est¨¢n a favor de la nueva elecci¨®n y la otra -s¨®lo efectiva si la primera gana por mayor¨ªa- para que elija a uno de los aspirantes al cargo de gobernador. En la nueva elecci¨®n literalmente cualquiera puede ser candidato. S¨®lo necesita conseguir 65 firmas de apoyo y pagar 3.500 d¨®lares de registro. Es tal el desorden que hasta el columnista del peri¨®dico Los Angeles Times, Steve L¨®pez (descendiente de espa?oles) se ha lanzado al ruedo.

El actual gobernador, el dem¨®crata Gray Davis, que gan¨® su segundo periodo en noviembre pasado, no ha cometido falta grave que justifique su salida, aunque se ha hecho muy impopular. La nueva votaci¨®n tiene que ver con un derecho introducido en la Constituci¨®n de California en 1911, que permite a los ciudadanos volver a las urnas para elegir otros mandatarios siempre que consigan el n¨²mero necesario de firmas. En esta ocasi¨®n el congresista republicano ultraconservador por San Diego, Darrel Issa, que don¨® un mill¨®n de d¨®lares para financiar la campa?a de recolecci¨®n de firmas y ser¨¢ uno de los candidatos, inici¨® hace unos meses la campa?a por la nueva elecci¨®n y nadie lo tom¨® en serio. Hoy, el liderazgo del partido dem¨®crata est¨¢ sumido en la confusi¨®n. No tiene un candidato serio como alternativa a Davis, y lo peor es que para hacerse con el cargo s¨®lo se necesita obtener m¨¢s votos que los dem¨¢s rivales, es decir, con tan s¨®lo un 10% o 12% se puede ser el nuevo gobernador de California.