Un posmoderno del siglo XIV
Am¨¦rico Castro hablaba de los Proverbios morales de Sem Tob (o Santob o Santo) de Carri¨®n de los Condes como del ¨²nico texto "filos¨®fico" espa?ol anterior al siglo XV, y de su autor, un jud¨ªo converso, o rabino (no se sabe mucho con seguridad de su vida, debido a los acostumbrados desmanes de las tropas napole¨®nicas en Espa?a, que en este caso incendiaron el Ayuntamiento de Carri¨®n y con ¨¦l sus archivos), como del poeta-fil¨®sofo m¨¢s importante de Castilla, de cuya originalidad derivar¨ªan las principales corrientes ideol¨®gicas de la Espa?a del Siglo de Oro. S¨¢nchez Albornoz tambi¨¦n le considera una figura relevante, aunque no tan excepcional: las ideas morales de los Proverbios no ser¨ªan m¨¢s que reflejo del ambiente castellano de la ¨¦poca y de la ascendencia jud¨ªa de su autor.
ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO DE SEM TOB
Ilia Gal¨¢n
Endymion. Madrid, 2003
285 p¨¢ginas. 12 euros
En cualquier caso, Sem Tob (circa 1290-1369) resulta un personaje interesant¨ªsimo, que ya es conocido como tal en la historia de la literatura espa?ola, pero no pertenece a¨²n al muy escaso imaginario filos¨®fico de nuestro pa¨ªs. Este libro quiere subsanar este vac¨ªo, analizando cap¨ªtulo a cap¨ªtulo su obra, dialogando con ella o d¨¢ndole un repaso, desde una perspectiva actual, en aquellos aspectos m¨¢s filos¨®ficos suyos, que tienen que ver con la antropolog¨ªa, sociolog¨ªa, pol¨ªtica, est¨¦tica, teodicea, con el fin de colocarlo en nuestra tradici¨®n filos¨®fica.
La obra que parece segura de Sem Tob, los Proverbios morales o Consejos y documentos al rey D. Pedro, est¨¢ dedicada a un personaje tan controvertido como Pedro I de Castilla (1334-1369), apodado el Cruel, por sus contempor¨¢neos, o el Justiciero, por la historiograf¨ªa moderna. Favorecedor de las letras y las artes, m¨¢s amigo del pueblo que de la nobleza, tampoco se pod¨ªa andar, en general, con muchas bromas con ¨¦l. Quiz¨¢ eso ti?a un tanto el tono de los "consejos" de Sem Tob, que, desde luego, en esto de la educaci¨®n del pr¨ªncipe no es exactamente un digno predecesor de Maquiavelo. Sem Tob parece justificar o sancionar las cosas insistiendo en la veleidad de un mundo ca¨®tico, de continuos cambios, sin reglas, en el que los hombres se dan f¨¢cilmente muerte unos a otros; en la volubilidad de los criterios humanos, pol¨ªticos, de la rueda cambiante de la fortuna. Por eso hay que obrar seg¨²n las circunstancias, conformarse con la posici¨®n que a uno le ha tocado en la vida. Muestra un talante pr¨¢ctico y no cr¨ªtico. Adopta una moral de situaci¨®n, te?ida de estoicismo y escepticismo, en vistas a racionalizaciones para salvar la contradicci¨®n moral. Dice Ilia Gal¨¢n, con finura, que el pragmatismo libera a Sem Tob definitivamente del irracionalismo, as¨ª como ¨¦ste le liberaba en principio del escepticismo.
No s¨¦ si no resulta un tanto
exagerada (ello no mermar¨ªa en absoluto su inter¨¦s real) la lectura posmoderna que hace Gal¨¢n de este pensamiento "asombrosamente contempor¨¢neo", como lo califica. Un pensamiento multidimensional, metaf¨®rico, afor¨ªstico, que une literatura y filosof¨ªa, orientativo y no dogm¨¢tico, complejo y no sistem¨¢tico. Que considera la realidad contradictoria, los contrarios la esencia del mundo y el conocimiento como un relacionar contrarios. Un pensamiento donde todo est¨¢ mezclado, de l¨®gicas parciales, que impone pluralismo y tolerancia, que sigue un modelo biol¨®gico en lugar de uno f¨ªsico-matem¨¢tico de pensar. Asombrosamente posmoderno, pues. Tanto entroncar¨ªa, adem¨¢s, con el pensamiento fundacional griego, como anteceder¨ªa en muchos aspectos a Marx, Wittgenstein, al estructuralismo, etc¨¦tera. En fin, en cualquier caso, "he aqu¨ª un libro que llamar¨¢ poderosamente la atenci¨®n", como dice de ¨¦l -y dice bien- su prologuista, toda una autoridad en estas cosas, el profesor Jos¨¦ Luis Abell¨¢n.
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