La madre de todas las televisiones
El enfrentamiento de la BBC con el Gobierno brit¨¢nico ha reforzado su imagen de independencia y rigor
"Lo m¨¢s importante no es que el Gobierno no nos presione, sino que seamos capaces de aguantar esa presi¨®n". Esas premonitorias palabras, pronunciadas hace unos meses por el director general de la BBC, Greg Dyke, definen la cuesti¨®n de fondo de la querella que enfrenta estos d¨ªas a Downing Street con la poderosa British Broadcasting Corporation.
La madre de todas las televisiones p¨²blicas del mundo se ha situado en el centro de una grave pol¨¦mica. Uno de sus periodistas acus¨® al Gobierno brit¨¢nico de haber manipulado la informaci¨®n reservada sobre Irak para "darle m¨¢s marcha" ("sex up"). Concretamente acusaba al portavoz de Downing Street, Alastair Campbell, de exagerar los datos sobre la capacidad militar iraqu¨ª. La denuncia ha dado lugar a una comisi¨®n de investigaci¨®n que ha puesto en entredicho a Downing Street, a la propia BBC y ha llevado a la muerte a la principal fuente de la noticia, el asesor gubernamental David Kelly.
Un periodista de la BBC acus¨® al Gobierno brit¨¢nico de manipular informaci¨®n reservada
Algunos expertos laboristas ven absurdo que se siga pagando un canon televisivo
Pero la tr¨¢gica pol¨¦mica tambi¨¦n ha reforzado el car¨¢cter de la BBC como instituci¨®n independiente por encima de todo y de todos. Hoy d¨ªa es un gigante con 24.000 personas en plantilla, cuenta con una redacci¨®n de 2.000 periodistas repartidos por 57 delegaciones en el Reino Unido y el resto del mundo que hablan en 48 lenguas distintas. Desde que fue fundada en 1922 por un calvinista escoc¨¦s y moralista, John Reith, la BBC ha velado, sobre todo, por su independencia tanto del poder p¨²blico como del dinero privado.
Reith, que quer¨ªa poner en marcha una radio brit¨¢nica "capaz de educar, informar y entretener", renegaba lo mismo del desregulado mundo de la radio comercial en Estados Unidos como del sistema estatal de la naciente Uni¨®n Sovi¨¦tica. Y se inclin¨® por un sistema mixto de empresa privada con financiaci¨®n p¨²blica pero que no dependiera ni del Gobierno ni de los ingresos por publicidad.
Cinco a?os despu¨¦s se convirti¨® en la corporaci¨®n p¨²blica, regida por un Consejo de Gobernadores nombrado por el Gobierno pero independiente de ¨¦ste, y financiada con una tasa que entonces pagaban todos los propietarios de aparatos de radio y ahora se basa en los hogares donde hay televisi¨®n. En contrapartida, la BBC no pod¨ªa aprovecharse de la entonces incipiente industria de la publicidad. El modelo ha subsistido hasta nuestros d¨ªas y se va renovando peri¨®dicamente.
La BBC consigui¨® su primer gran impacto en 1924, cuando por primera vez fue retransmitido un discurso del rey Jorge V que se pudo escuchar en megafon¨ªa en los grandes almacenes y provoc¨® una avalancha de radioescuchas que colaps¨® el centro de Londres.
En los a?os cuarenta, la BBC se gan¨® el prestigio informativo que a¨²n tiene. Durante la guerra se suspendieron las emisiones de televisi¨®n, pero los informativos de radio local y el Servicio Mundial (BBC World Service) se convirtieron en el ¨²nico veh¨ªculo informativo fiable para seguir la evoluci¨®n del conflicto. Los a?os cincuenta marcaron el triunfo definitivo de la televisi¨®n. La coronaci¨®n de Isabel II en la abad¨ªa de Westminster la vieron 20 millones de personas: por primera vez, la audiencia de la televisi¨®n fue superior a la de la radio.
La BBC se diferencia de las dem¨¢s televisiones del mundo por su independencia, al menos te¨®rica, frente al poder p¨²blico y el poder privado. Para ello son fundamentales tanto la manera en que se gobierna como su fuente de financiaci¨®n. La corporaci¨®n tiene derecho a recibir el 100% de las 116 libras esterlinas (163 euros) anuales que cuesta la tasa que paga cada hogar brit¨¢nico que tiene un televisor para financiar el servicio p¨²blico.
En el a?o fiscal que acab¨® el 31 de marzo de 2003, los ingresos externos de la BBC se elevaron al equivalente a 4.977 millones de euros, de los que el 76% proced¨ªa de la tasa (3.778 millones de euros) y el resto de las actividades comerciales del grupo (884 millones de euros), como la venta de programas y series a otras televisiones y los ingresos del BBC World Service (315 millones de euros).
La corporaci¨®n est¨¢ regida por un Consejo de Gobierno de 12 miembros incluidos un presidente y un vicepresidente. En ¨¦l se sientan economistas, empresarios, acad¨¦micos, cient¨ªficos e incluso una diplom¨¢tica, Pauline Neville-Jones, que form¨® parte del Comit¨¦ Conjunto de Inteligencia del Reino Unido.
Los gobernadores deben asegurarse de que la BBC cumple sus cometidos de servicio p¨²blico. Para ello aprueban la estrategia general del grupo y velan por su cumplimiento, rinden cuentas ante el Parlamento, al que han de presentar el informe anual, y nombran al director general de la BBC y, de com¨²n acuerdo con ¨¦l, el equipo ejecutivo que gobierna el d¨ªa a d¨ªa de la corporaci¨®n a trav¨¦s de 16 divisiones, desde Radio a Televisi¨®n, Servicio Mundial, Recursos Humanos, Noticias, etc¨¦tera.
S¨®lo el Consejo de Gobernadores, y no el Gobierno, puede destituir al director general si lo cree conveniente. El actual director general es Greg Dyke, un hombre que se hizo millonario (y donante laborista) trabajando pr¨¢cticamente en todas y cada una de las televisiones privadas del Reino Unido desde que empez¨® su carrera de ¨¦xitos en la London Weekend Television en 1977.
Un futuro pol¨¦mico
Esta semana, The Economist explicaba las buenas relaciones que hab¨ªan tenido la BBC y el Nuevo Laborismo de Blair, "no porque hubiera ninguna conspiraci¨®n siniestra, sino porque la gente que trabaja en sus actuales servicios comparte en general una visi¨®n suavemente izquierdista del mundo: estatismo instintivo, cordial anticapitalismo e internacionalismo liberal biempensante".
La BBC y el Nuevo Laborismo han roto relaciones en los ¨²ltimos meses debido a la guerra de Irak. Para la corporaci¨®n, presidida y dirigida por dos simpatizantes laboristas, mantener las distancias con el Gobierno en un asunto tan delicado, que ha dividido y sigue dividiendo a la opini¨®n p¨²blica brit¨¢nica, era esencial.
Pero, al margen de Irak, es dif¨ªcil imaginar que el Partido Laborista llegue a desmontar la BBC y dejarla en manos del mercado, como piden expertos que consideran absurdo que los brit¨¢nicos sigan pagando un canon por este servicio p¨²blico. A fin de cuentas, ?no dicen que el mercado siempre es de derechas?
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