Doble confirmaci¨®n y corrida remendada
Otra tarde m¨¢s de doble confirmaci¨®n en Las Ventas. En esta ocasi¨®n por a?adidura, con una corrida remendada de El Jaral de la Mira. Confirm¨® Rafaelillo la alternativa, para hacer honor al t¨ªtulo de matador de toros. Pues a sus manos lleg¨® un toro de barba y respeto, colorao, que fue cambiando en los diferentes tercios, y lleg¨® al ¨²ltimo mir¨®n, incierto y reserv¨®n. Rafaelillo lo recibi¨® con hondos lances de capote rodilla en tierra, lo llev¨® al caballo muy gallardamente. Y al coger muleta y espada, puso el coraz¨®n en tal empe?o. Para aguantar, ganarle la partida al toro que se torn¨® marrajo, y terminar por tumbarlo de un estoconazo sin puntilla.
En su segundo, Rafaelillo, en fin, otra guerra sin cuartel ante un toro manso, prob¨®n y con sentido. Toro que no ten¨ªa un pase y que le propin¨® un pitonazo al cuello al cobrar una estocada en la suerte natural. Hab¨ªa sufrido el bravo torero murciano dos volteretas tremebundas, en su primero y en el tercero, de las que sali¨® con la taleguilla y la chaqueta torera echa unos zorros. Bien por los espadas valientes.
El Jaral / Rafaelillo, Chaves, Ram¨ªrez
Tres toros de El Jaral de la Mira, bien presentados, reserv¨®n, noble pero flojo y noble, respectivamente; y tres de S¨¢nchez Ybarg¨¹en, desigualmente presentados, 4? peligroso, 5? devuelto, sobrero de Guillermo Acosta, manejable en la muleta. Rafaelillo: confirmaba la alternativa. Vuelta y saludos. L¨®pez Chaves: confirmaba la alternativa. Leves palmas y vuelta al ruedo. Alberto Ram¨ªrez: aviso y silencio y silencio. Plaza de Las Ventas, 27 de julio. Un cuarto de entrada.
L¨®pez Chaves confirm¨® la alternativa con un toro noble y blando, que le dej¨® desarrollar poco el toreo. Protestado el toro por su falta de fuerzas, no fue cambiado, permaneci¨® en el ruedo, y la funci¨®n se fue difuminando hasta quedar sin color ni sabor. Unos lances limpios de salida y los muletazos templados de tanteo en el comienzo de faena, es todo lo rese?able de valor y precio. Mejor¨® su actuaci¨®n el torero salmantino en el sobrero de Guillermo Acosta, un burel que manse¨® en los dos primeros tercios, y que en la muleta tuvo unas cuantas arrancadas que L¨®pez Chaves supo aprovechar, con la virtud de dejar la muleta por delante, templar y ligar los pases. Alberto Ram¨ªrez enseguida se ech¨® la muleta a la izquierda en su primero, tras dos suaves muletazos de tanteo. A media distancia, el terreno adecuado, adelant¨® el trapo rojo, cit¨®, prendi¨® la embestida y le enjaret¨® tres naturales templados, rematados por bajo, de muy buen trazo. Pero el toro se par¨®. En el sexto, tampoco tuvo suerte.
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