Las viudas: muertas en vida
Son las m¨¢s parias de los parias: las viudas hind¨²es. Antiguamente quemadas en la pira del marido. Hoy, recogidas en Vrindavan, al sur de Delhi, un gueto en el que se hacinan, sin apenas comida, durmiendo en el suelo, mendigando para poder sobrevivir, marcadas y en muchos casos con la cabeza rapada.
Las viudas all¨¢ y aqu¨ª son denostadas y maltratadas, negadas de derechos propios, dependientes y obligadas a vivir con pensiones miserables e imposibilidad de llevar una vida digna. Por eso, en Navarra se crearon "la plataforma por la dignidad de las pensiones" y "Vida digna" con el objetivo de remover conciencias y de conseguir cambios sociales que dignificasen a las viudas, accediendo como m¨ªnimo a una equiparaci¨®n de las pagas de viudedad al SMI.
Y lo consiguieron, haciendo temblar a todo un Parlamento Navarro, escudri?ando en las conciencias Y corazones de Pol¨ªticos, mir¨¢ndoles a los ojos, haci¨¦ndoles comparar sus vidas, sueldos y situaci¨®n con la de las 20.000 viudas Navarras argumentando aquello tan simple de: Si Navarra es rica y tiene cotas altas bienestar, Por qu¨¦ no lo repartimos y accedemos a ¨¦l todas las personas que vivimos en nuestra Comunidad?. Con este sencillo argumento, el Parlamento tuvo que dar el visto bueno a la petici¨®n.
Pero UPN, no se quedo satisfecho de situarse solo en la votaci¨®n en contra y lo recurri¨® por medio del PP ante el Tribunal Constitucional. Ahora, el tribunal ha admitido el recurso pretendiendo inmiscuirse en las decisiones soberanas del pueblo Navarro. Ante tama?a injerencia lo suyo ser¨ªa que UPN saque a relucir ese "Navarrismo" del que hace gala, y mande junto al resto de grupos pol¨ªticos, a hacer g¨¢rgaras las decisiones del PP, haci¨¦ndose insumisos, cumpliendo de una vez por todas lo aprobado por el Parlamento sobre las pensiones. Ha hecho demagogia y debe rectificar. La sociedad Navarra est¨¢ esperando. Las viudas lo est¨¢n deseando. CDN deber¨ªa hacer de este tema una bandera real ante UPN.
Sanz quiere en Navarra Una ciudad de las viudas como Vrindavan?. No se lo vamos a consentir. Otras queremos una ciudad justa, digna e igualitaria y por eso no podemos ni debemos aceptar que una persona despu¨¦s de haber trabajado toda una vida, junto a su pareja, cuando se muere este, se le deje en la miseria. Esto es una flagrante discriminaci¨®n de la mujer, un no reconocimiento del trabajo realizado gratuitamente por miles de mujeres, ante la que hay que levantar todas las espadas. Que el tema vuelva a la calle y al Parlamento. Todas tenemos derecho a vivir y a no ser enterradas en vida.
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