Filipinas se asoma a un nuevo periodo de inestabilidad pol¨ªtica
La asonada revela el descontento con la gesti¨®n de la presidenta
Despu¨¦s de 30 a?os de lucha contra los independentistas del sur y de dos revueltas populares que obligaron a sus presidentes a ceder el poder, el cansancio pol¨ªtico vuelve a hacer mella en Filipinas. El detonante fue el cambio en las prioridades de Gloria Macapagal Arroyo desde las negociaciones de paz con el Frente Moro de Liberaci¨®n Isl¨¢mica (FMLI) al combate encarnizado contra los radicales de Abu Sayaf.
La decisi¨®n de 300 militares de atrincherarse el domingo en un centro comercial de Manila es el s¨ªntoma m¨¢s evidente del malestar que existe tanto en el Ej¨¦rcito como entre la poblaci¨®n. Intelectuales filipinos hablan de "descuido de las obligaciones presidenciales". El portavoz de la asonada, grupo que se autodenomin¨® Magdalo -como el que inici¨® la lucha contra los colonizadores espa?oles a finales del siglo XIX-, teniente Antonio Trillanes, dijo ayer que deja el Ej¨¦rcito porque el intento de reformarlo se vio "frustrado por un sistema podrido".
El sentimiento de frustraci¨®n es mutuo. Macapagal Arroyo, de 54 a?os, que lleg¨® a la presidencia en 2001, tras meses de protesta popular contra los excesos de su predecesor Joseph Estrada, afirm¨® a finales de 2002 que la atm¨®sfera pol¨ªtica de Filipinas es "venenosa" y que no se presentar¨¢ a las elecciones de 2004. Hija del prestigioso presidente Diosdado Macapagal, esta economista por la Universidad de Georgetown (Washington) no ha logrado satisfacer las esperanzas de un pueblo ansioso por poner coto a la corrupci¨®n y a la inseguridad proveniente tanto del crimen organizado y la delincuencia como de las m¨²ltiples guerrillas. As¨ª como por la estabilidad pol¨ªtica y la necesidad de limar las tremendas diferencias entre ricos y pobres.
El pa¨ªs de las 7.000 islas carga sobre sus tres ¨²ltimas d¨¦cadas con m¨¢s de 120.000 muertos en los enfrentamientos con los movimientos que pretenden establecer en la isla de Mindanao y otras adyacentes un estado independiente isl¨¢mico. El Frente Moro de Liberaci¨®n Nacional (FMLN), la guerrilla m¨¢s antigua de Filipinas, lleg¨® a un acuerdo en 1996 para el establecimiento de la Regi¨®n Aut¨®noma Musulmana de Mindanao, en las zonas del sur m¨¢s densamente pobladas por isl¨¢micos. Pero para entonces era m¨¢s fuerte y m¨¢s beligerante la escisi¨®n, ocurrida en 1977 de esa guerrilla, el FMLI, que tiene unos 10.000 hombres armados.
Gloria Macapagal se comprometi¨® a alcanzar un acuerdo de paz, pero al ofrecer "pleno apoyo" a la guerra contra el terror desatada por el presidente norteamericano George Bush, dio un giro a su pol¨ªtica interior para centrarse en la lucha contra los radicales de Abu Sayaf (Espada de Dios), unos 500 hombres bien pertrechados que han hecho de la industria del secuestro su principal fuente de financiamiento y que, seg¨²n EE UU, mantienen v¨ªnculos con la organizaci¨®n terrorista de Osama Bin Laden. Con este motivo, Macapagal Arroyo abri¨® nuevamente las puertas del pa¨ªs a las tropas de EE UU, que asesoran al Ej¨¦rcito filipino en las islas de Mindanao y Jolo en la lucha contra los rebeldes. La decisi¨®n de la presidenta, en julio de 2002, llev¨® a su ministro de Exteriores a presentar la dimisi¨®n.
Las amotinados acusaron al Gobierno de Macapagal de corrupci¨®n y a sus Fuerzas Armadas de vender armas y municiones a los principales grupos rebeldes, incluido el mao¨ªsta Nuevo Ej¨¦rcito Popular, que cuenta con m¨¢s de 30 a?os de lucha armada sobre todo durante la dictadura de Ferdinand Marcos, depuesto en la revuelta popular de 1986. Adem¨¢s, aseguran que para garantizarse los fondos contra el terrorismo de EE UU orquestaron los atentados de marzo pasado en Davao, que causaron 35 muertos. Todo ello enccaminado a la declaraci¨®n de la ley marcial que permitir¨ªa a Macapagal permanecer en el poder sin celebrar elecciones.
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