Los constructores silenciosos

"No hablo, no por que tenga miedo, sino por que soy un palurdo, ?quiere que se lo diga m¨¢s claro?". Con esta frase, una de las pocas que pronunci¨® ayer el constructor Francisco V¨¢zquez Igual, justific¨® su silencio. V¨¢zquez, de 59 a?os, y su sobrino Francisco Bravo V¨¢zquez, de 34, llegaron ayer a la Asamblea de Madrid cuando faltaba un cuarto de hora para las diez de la ma?ana. Se pasearon por los pasillos como ya hab¨ªan hecho desde el lunes, cuando fueron citados por primera vez. "No tengo dinero ni para tomar un caf¨¦", exclam¨® como descargo V¨¢zquez. Pasados 20 minutos de las diez, Bravo entr¨® en la sala en la que se llevan a cabo los trabajos de la comisi¨®n. Serio, acompa?ado de su abogado. Comenz¨® a beber agua compulsivamente. Mientras le le¨ªan sus derechos estuvo cabizbajo. Se rascaba la cara como si tuviera un tic. Comenz¨® el turno del portavoz de IU, Luis Su¨¢rez. Entonces levant¨® la cabeza y mir¨® desafiante a Su¨¢rez. Bravo ten¨ªa ojeras. ?l y su t¨ªo han esperado en una sala de la Asamblea durante m¨¢s de 21 horas. Fueron llamados por primera vez el lunes a las cinco y no comparecieron hasta ayer.

Comenzaron las acusaciones de Su¨¢rez y el portavoz del PSOE, Modesto Nolla, vinculando a Bravo con la trama de Madrid. Los ojos desafiantes del constructor se tornaron en los de un ni?o que pide amparo. V¨¢zquez es harina de otro costal. No ha tenido estudios -su sobrino es abogado- y tiene la lengua suelta, d¨ªscola. Su mirada nunca denota miedo. M¨¢s bien desaf¨ªo. "No quiero saber nada de pol¨ªticos, son todos iguales", contesta en una conversaci¨®n de cafeter¨ªa. Amenaza al portavoz de IU con llevarle a los tribunales por los datos que el pol¨ªtico ofrece de las empresas del constructor. Pero luego, de vuelta a la comisi¨®n, se interesa por la salud de Su¨¢rez. Entonces habla: "P¨®ngase en mi lugar, en el lugar de una familia destrozada", le dice el constructor. "Mi familia est¨¢ escondida en una cueva. Ojal¨¢ estuviera en mi mano aclarar todo esto, pero no lo est¨¢. Si pudiera los traer¨ªa aqu¨ª del cuello [a los dos diputados tr¨¢nsfugas] para que devolvieran las actas". "Toda la informaci¨®n sobre mi patrimonio se la he ofrecido ya a todos los partidos de esta Asamblea, para d¨¢rsela a ustedes, no ante toda la delincuencia y el terrorismo de este pa¨ªs".

"Nos tienen aqu¨ª como a perros encerrados. Horas y horas sin comer, ni beber, s¨®lo nos han dado agua", mascullaba V¨¢zquez pasada la medianoche del martes. Las comparecencias se retrasaban y el constructor no es un hombre paciente. Cuando la prensa se acerca a ambos, apostados en la barra de la cafeter¨ªa, Bravo utiliza toda su buena educaci¨®n para no contar nada y quitarse de en medio al periodista. Le coge por un brazo.

El lunes por la tarde eran como dos tigres enjaulados. Ayer, por fin, pudieron abandonar la Asamblea. Eso s¨ª, sin haber contestado una sola pregunta.