La maldici¨®n de los recursos
Muchos pa¨ªses en desarrollo ricos en recursos naturales son a¨²n m¨¢s pobres que otros pa¨ªses peor dotados. Se debe a que los recursos naturales constituyen un premio tentador por el que luchar. Pa¨ªses con importantes dep¨®sitos de minerales o valiosos cultivos comerciales est¨¢n en manos de reg¨ªmenes represivos o corruptos o desgarrados por conflictos armados. Se ha llegado a denominar ese problema "la maldici¨®n de los recursos".
Ahora ha surgido un amplio movimiento encaminado a luchar contra la maldici¨®n de los recursos. Global Witness, una peque?a ONG brit¨¢nica, fue la iniciadora, cuando organiz¨® una campa?a en pro del cierre de la frontera tailandesa-camboyana a las exportaciones de madera de los jemeres rojos para acabar con el comercio ilegal de madera de teca y otras maderas duras y preciosas. La consiguiente p¨¦rdida de ingresos jug¨® un papel decisivo en el hundimiento de esa organizaci¨®n genocida.
"Los gobiernos deben revelar lo que reciben y se les debe pedir cuentas por la forma c¨®mo usan sus ingresos"
A continuaci¨®n, Global Witness pas¨® a ocuparse del problema de los diamantes en Angola y una campa?a contra "los diamantes del conflicto" propici¨® el proceso Kimberley de certificaci¨®n. El a?o pasado, Global Witness, junto con m¨¢s de 60 grupos de todo el mundo, lanz¨® la campa?a "Hagan p¨²blico lo que pagan" para obligar a las empresas dedicadas al comercio de recursos a revelar sus pagos a los gobiernos de los pa¨ªses en desarrollo. Cont¨® con el respaldo del Gobierno brit¨¢nico y muchas empresas petroleras y mineras respondieron positivamente.
Me siento orgulloso de colaborar con Global Witness y la campa?a "Hagan p¨²blico lo que pagan", pero dicha campa?a es s¨®lo el primer paso para luchar contra la maldici¨®n de los recursos. Los gobiernos deben revelar lo que reciben y se les debe pedir cuentas por la forma como usan sus ingresos. Eso es lo que Caspian Revenue Watch, a la que tambi¨¦n apoyo, intenta lograr. El objetivo de Caspian Revenue Watch es el de aumentar la capacidad de la sociedad civil en los nuevos Estados que circundan el mar Caspio mediante investigaciones, capacitaci¨®n y asociaciones para supervisar la recaudaci¨®n de ingresos estatales procedentes del sector extractivo y su gasto. Una rendici¨®n de cuentas m¨¢s transparente podr¨ªa dar como resultado una contribuci¨®n a la consecuci¨®n de los objetivos de desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas mayor que la de la mayor¨ªa de las dem¨¢s iniciativas.
A ese respecto, el oleoducto Chad-Camer¨²n constituye un ejemplo valioso. El Banco Mundial financi¨® el proyecto con la condici¨®n de que el Chad se comprometiera a practicar una transparencia absoluta y utilizase los ingresos para la reducci¨®n de la pobreza. Se puso en funcionamiento un mecanismo supervisor riguroso con participaci¨®n de la sociedad civil; casi inmediatamente se descubri¨® que el Gobierno del Chad hab¨ªa desviado 25 millones de d¨®lares de prima por firma para comprar armas. Desgraciadamente, el mecanismo expira cuando el petr¨®leo empieza a manar en realidad. Ese acuerdo debe ampliarse.
El primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, anunci¨® una Iniciativa en pro de la transparencia de las industrias extractivas en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, celebrada en Johannesburgo el pasado mes de septiembre. Este mes de junio el G8, en su declaraci¨®n de Evian, ratific¨® la necesidad de una mayor transparencia en la gesti¨®n de los ingresos procedentes de los recursos. Sigui¨® una reuni¨®n de alto nivel organizada por el Gobierno del Reino Unido en Londres en junio y a la que asistieron gobiernos, importantes empresas petroleras y mineras, instituciones financieras internacionales y representantes de la sociedad civil.
Una mayor¨ªa abrumadora de los 59 participantes en dicha reuni¨®n respald¨® los principios de la Iniciativa en pro de la transparencia de las industrias extractivas. Unos cuantos pa¨ªses productores se ofrecieron para hacer de ejemplos experimentales en los que los gobiernos y todas las empresas interesadas revelar¨ªan sus ingresos y su utilizaci¨®n conforme a criterios formulados por el equipo del Reino Unido. Los voluntarios fueron Timor Oriental, Ghana, Mozambique y Sierra Leona y otros importantes pa¨ªses ricos en recursos indicaron que tal vez sigan su ejemplo.
Se trata de un prometedor paso adelante, pero siempre existe el peligro de que una declaraci¨®n de principios y un planteamiento voluntario resulten ser una impostura. Hay que movilizar a la opini¨®n p¨²blica para lograr que los gobiernos y las empresas cumplan sus promesas. La sociedad civil ha sido la que ha promovido ese proceso hasta ahora y debe comprometerse m¨¢s profundamente a¨²n, en particular en los pa¨ªses productores, para mantener el impulso y velar por que el movimiento consiga acabar de una vez por todas con la maldici¨®n de los recursos.
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