Sanciones comerciales
El Congreso estadounidense ha votado recientemente a favor de endurecer las sanciones contra Myanmar (Birmania), cuyo desp¨®tico r¨¦gimen encarcela repetidamente a la dirigente leg¨ªtima del pa¨ªs, Aung San Suu Kyi. Suu Kyi gan¨® las elecciones presidenciales de 1990, aunque los militares no le han permitido asumir el cargo. Pero las sanciones son un m¨¦todo equivocado. Es hora de centrar las sanciones en los d¨¦spotas, en vez de imponerlas a pa¨ªses enteros. Las sanciones m¨¢s famosas de los ¨²ltimos tiempos fueron las impuestas a Sur¨¢frica durante el apartheid. Dichas sanciones ayudaron a acelerar el hundimiento de un sistema b¨¢rbaro. Pero un ¨¦xito no niega muchos fracasos.
Naturalmente, cuando un pa¨ªs queda excluido del sistema internacional mediante sanciones econ¨®micas, es muy probable que su econom¨ªa se paralice y se hunda. La producci¨®n per c¨¢pita de Sur¨¢frica experiment¨® una ca¨ªda absoluta durante los a?os de las sanciones. Pero ¨¦stas no fueron la ¨²nica raz¨®n para el declive. La intranquilidad pol¨ªtica devast¨® la econom¨ªa, al igual que la ca¨ªda del precio del oro. Aun as¨ª, Sur¨¢frica se vio perjudicada por las sanciones, y lo mismo se puede decir de otros muchos pa¨ªses. Cuba soporta hoy una pesada carga econ¨®mica, no s¨®lo como consecuencia de sus errores internos, sino debido a las barreras al comercio y a la inversi¨®n impuestas por EE UU. La econom¨ªa haitiana se hundi¨® cuando EE UU impuso sanciones en la d¨¦cada de 1990, con la aparente intenci¨®n de restablecer la democracia. Igualmente, Irak y Corea del Norte se han visto destrozados por las sanciones. En Irak, durante los a?os noventa, millones de ni?os sufrieron enfermedades, y muchos de ellos murieron, debido a que las sanciones internacionales ayudaron a hundir la econom¨ªa del pa¨ªs. La econom¨ªa de Corea del Norte se derrumb¨® en los a?os noventa -provocando una hambruna- debido a la letal combinaci¨®n de despotismo pol¨ªtico, una pol¨ªtica econ¨®mica atroz y sanciones internacionales.
"Las sanciones son un m¨¦todo equivocado. Es hora de centrarlas en los d¨¦spotas, en vez de imponerlas a pa¨ªses enteros"
Myanmar ha pagado ya un elevado precio por su aislamiento. Las organizaciones internacionales han recortado o eliminado su trabajo en el pa¨ªs. Buena parte de la ayuda exterior bilateral tambi¨¦n ha sido suspendida. El resultado es que el VIH/sida se ha desbocado y el pa¨ªs casi no recibe ayuda para controlar la epidemia. A pesar del sufrimiento, ?con qu¨¦ frecuencia han alcanzado las sanciones su objetivo? En Myanmar, Irak, Corea del Norte y Cuba, los reg¨ªmenes d¨¦spotas se volvieron m¨¢s d¨¦spotas. Estos reg¨ªmenes culpaban a los extranjeros de los problemas internos, aun cuando fueran sus errores pol¨ªticos y los abusos contra los derechos humanos los que hab¨ªan causado la crisis. Supuestamente, las sanciones debilitan a los reg¨ªmenes odiosos al causar inquietud pol¨ªtica y reducir la base de poder y la recaudaci¨®n fiscal del gobierno. Pero tambi¨¦n debilitan la capacidad del sector privado para financiar una oposici¨®n, tienden a aislar a la oposici¨®n interna de las fuentes de financiaci¨®n internacionales, y reducen la conciencia internacional sobre los abusos que se est¨¢n produciendo. Algunos efectos adicionales son m¨¢s perniciosos. Muchos pa¨ªses bajo sanci¨®n, como Myanmar, se convierten en fuente de tr¨¢fico ilegal de drogas o armas, de blanqueo de dinero y de trabajo forzado.
Hay una alternativa: las denominadas "sanciones inteligentes" que se centran espec¨ªficamente en los l¨ªderes pol¨ªticos. Niegan privilegios de viaje internacionales a los d¨¦spotas y a sus familias, y someten a los d¨¦spotas a riesgos de enjuiciamiento internacional. Los dirigentes se convierten en prisioneros en sus propios pa¨ªses. Las sanciones inteligentes tambi¨¦n pueden centrarse en las mercanc¨ªas militares, interrumpiendo el suministro a las fuerzas armadas de los reg¨ªmenes desp¨®ticos. Adem¨¢s, la ayuda exterior se puede desviar de la administraci¨®n p¨²blica a organizaciones internacionales no gubernamentales, y fortalecer as¨ª la sociedad civil. Es improbable que el condenar a la inanici¨®n a la econom¨ªa de Myanmar ayude a propiciar un cambio pol¨ªtico, pero s¨ª intensificar¨¢ el sufrimiento de la poblaci¨®n. ?sa no es la intenci¨®n de los que defienden el uso de sanciones, pero eso no les hace menos responsables del resultado.
Jeffrey D. Sachs es catedr¨¢tico de Econom¨ªa y director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia.
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