TRAS LAS HUELLAS DEL CHE EN MADRID
En junio de 1959, un joven Ernesto Guevara hizo una fugaz escala en Madrid camino de El Cairo. Cuarenta y cuatro a?os despu¨¦s, una exposici¨®n re¨²ne en una galer¨ªa de Santander 22 fotos, la mayor¨ªa de ellas in¨¦ditas, del reportero gr¨¢fico C¨¦sar Lucas.
La c¨¢mara no puede moverse, la c¨¢mara no puede moverse". Un ¨²nico pensamiento martirizaba al fot¨®grafo C¨¦sar Lucas la madrugada del 13 al 14 de junio de 1959: no pod¨ªa temblarle el pulso. Al amanecer hab¨ªa quedado con el revolucionario Ernesto Che Guevara (Rosario, Argentina, 1928-Higueras, Bolivia, 1967) en el hotel Plaza de Madrid y pasar¨ªan unas horas juntos. Lucas ten¨ªa 18 a?os y llevaba unos meses trabajando para la agencia Europa Press. "No ten¨ªa apenas experiencia y lo recuerdo como angustioso", dice. Unos meses antes hab¨ªa encontrado el cuerpo del atleta Joaqu¨ªn Blume cuando fotografiaba a los muertos de un accidente de aviaci¨®n en Cuenca y durante tiempo hab¨ªa tenido pesadillas. Ni esa noche ni las posteriores se plante¨® que sus fotos pudiesen hacer historia. "Los fot¨®grafos luchamos por el d¨ªa a d¨ªa, por conseguir algo que no tienen los dem¨¢s, pero no para pasar a la posteridad", asegura. "Y m¨¢s en este caso que el Che no era a¨²n el icono del siglo XX". Ahora se alegra de que la galer¨ªa de arte El Cantil de Santander (Andr¨¦s del R¨ªo, 7) exponga, del 9 de agosto al 3 de octubre, 22 im¨¢genes, 19 de ellas in¨¦ditas, de las 38 que tom¨® al entonces director del Servicio de Industria del Instituto Nacional de Reforma Agraria de Cuba. Al otro lado del Atl¨¢ntico, Fidel Castro, en el poder desde hac¨ªa seis meses, anunciaba la sustituci¨®n de cinco ministros contrarios a la reforma de la ley agraria y Estados Unidos se adher¨ªa a la causa de los ganaderos y los productores de tabaco y az¨²car que se opon¨ªan al cambio.
Galer¨ªas Preciados y la plaza de toros de Vista Alegre se abrieron expresamente para el comandante
Esa noche en la que C¨¦sar Lucas daba vueltas a la almohada, el periodista del diario Pueblo Antonio D. Olano, que hab¨ªa conocido al Che en Sierra Maestra, hac¨ªa de cicerone de ¨¦ste por Madrid. "?l hac¨ªa una escala de horas en Madrid camino de El Cairo, donde iba a asistir a la Cumbre de Pa¨ªses No Alineados. Me llamaron de la Embajada cubana de su parte y por la noche le llev¨¦ a la Feria del Campo, en la Casa de Campo, como har¨ªa con cualquier amigo", relata. "Era lo m¨¢s importante que ten¨ªa Espa?a por entonces, tomamos pulpo, lo pasamos bien...", recuerda.
A las seis de la ma?ana del domingo, en el que el revolucionario argentino cumpl¨ªa 31 a?os, C¨¦sar Lucas y Olano recogieron al comandante en el hotel y le llevaron al campus universitario de la Complutense. Aunque era festivo, "quer¨ªa ver c¨®mo viv¨ªan los estudiantes, los campos de deporte, las facultades... y pos¨® delante de la Facultad de Medicina", rememora Lucas. Siguieron ruta y, a petici¨®n de el Che, visitaron la plaza de toros de Vistalegre en Carabanchel, propiedad de Domingo Domingu¨ªn, hermano de Luis Miguel, que, "como era de izquierdas, se most¨® encantado de abrirla". El comandante dio una vuelta al ruedo y dos alba?iles le pidieron un aut¨®grafo. "Hay una foto de otro viaje posterior, que no es m¨ªa, del Che viendo una corrida desde la barrera", se?ala Lucas.
De vuelta al centro pasearon por la plaza de Oriente y el Palacio Real. "Por la calle nadie le reconoc¨ªa. No se difund¨ªan im¨¢genes en la televisi¨®n y lo poco que hab¨ªa era de Castro. El Che y sus dos acompa?antes iban vestidos de militar, y como su revoluci¨®n se conoc¨ªa como la de los barbudos la gente dec¨ªa: '?stos deben ser revolucionarios", relata el fot¨®grafo, que fue el primer jefe de fotograf¨ªa de EL PA?S y actualmente trabaja en el Grupo Zeta. "Incluso al ver a uno de los acompa?antes del Che que llevaba una gorra con visera un se?or dijo: 'Mira, ¨¦se debe ser Fidel Castro". Desayunaron en la cafeter¨ªa California de Gran V¨ªa y una camarera se hizo una foto con ¨¦l.
El Che le dijo a Olano al llegar que ten¨ªa que hacer compras en domingo. Las tiendas iban a estar cerradas y el reportero decidi¨® hurgar en los recuerdos de Jos¨¦ Pep¨ªn Fern¨¢ndez, due?o de Galer¨ªas Preciados. Hab¨ªa medrado en La Habana, donde trabaj¨® de botones en los grandes almacenes El Encanto, y con capital indiano hab¨ªa fundado en 1929 Seder¨ªas Carretas, germen de Galer¨ªas. Agarr¨® el tel¨¦fono:
-Don Pep¨ªn, tengo que pedirle un favor.
-D¨ªgame, Olano.
-Una persona allegada a usted, venida de La Habana, necesita comprar el domingo. Es el Che Guevara.
-No se preocupe, Olano, les estar¨¢n esperando en los almacenes de Preciados dos dependientes.
La nostalgia funcion¨® y el Che compr¨® material de fotograf¨ªa, una m¨¢quina de escribir port¨¢til, cosas de aseo y dos libros, enumera el fot¨®grafo. Volvieron al hotel de Plaza de Espa?a, cogieron un taxi al aeropuerto y all¨ª se despidieron. "?Qu¨¦ les ha contado? ?D¨®nde han ido? ?A quienes han visto? No mienta que les hemos seguido". El r¨¦gimen franquista hab¨ªa autorizado la escala en Madrid a condici¨®n de que el dirigente no tuviese contactos con la oposici¨®n y la polic¨ªa ten¨ªa muchas preguntas que hacerles a los dos reporteros. Sus contestaciones bastaron y nadie se acord¨® de las fotos.
El diario Pueblo, que dirig¨ªa Emilio Romero, tan s¨®lo public¨® una rese?a dos d¨ªas despu¨¦s en la que, bajo una foto del Che, se informaba de su paso fugaz por Madrid. Europa Press meti¨® las fotos en un caj¨®n y fue en 1995 cuando, en la exposici¨®n Las fuentes de la memoria, se colg¨® otra imagen en la que aparec¨ªa el comandante junto al Arco del Triunfo de Moncloa, en Madrid. Fue entonces cuando Adolfo Fern¨¢ndez-Punsola comenz¨® a tirar del hilo que le ha permitido organizar la muestra de Santander.
En marzo de 1960, durante el duelo a 136 personas muertas al explotar un barco cargado de armas, Alberto D¨ªaz Korda tom¨® un
a foto del Che que editada posteriormente fue impresa en camisetas y banderas de todo el mundo. C¨¦sar Lucas no tiene la propiedad de sus fotos pero no le importa."Me fum¨¦ los tres puros que me regal¨®. Si lo llego a saber los meto en una vitrina".
Unas fotos ingenuas de lectura sencilla
Estas 22 fotos son un retrato de Espa?a. Por ejemplo, en una el Che se sorprende al ver a tres chicas de los coros y danzas de la Secci¨®n Femenina vestidas de segovianas", comenta el comisario, Adolfo Fern¨¢ndez-Punsola, que el a?o pasado organiz¨® en la galer¨ªa El Cantil una sesi¨®n in¨¦dita de Marilyn Monroe hecha en 1962 por el fot¨®grafo Arnold Newman. "Las fotos del Che est¨¢n hechas a los seis meses de tomar el poder los castristas. Tiene una ingenuidad que pierde luego en otras sesiones. A¨²n no hab¨ªa aprendido a posar y resulta m¨¢s natural. Hay una imagen en el interior de la cafeter¨ªa California en la que posa con una camarera y en vez de mirar a la c¨¢mara la mira a ella", contin¨²a. C¨¦sar Lucas, muy preocupado en ese momento en no agotar los pocos rollos que llevaba, asegura que las fotos son "de una lectura muy sencilla, sin doble intenci¨®n en ning¨²n caso", afirma. "La verdad es que no segu¨ª mucho las conversaciones. Yo iba distanciado unos metros haciendo fotos sin preocuparme de m¨¢s cosas. Pero le recuerdo como alguien amable", a?ade. En esa ¨¦poca, Lucas, de 18 a?os, se sent¨ªa "cercano a los progresistas" pero no militaba. Su foto preferida es una en la que el comandante posa junto al Arco del Triunfo de Moncloa a las siete de la ma?ana. "S¨®lo hab¨ªa un autob¨²s, estaba vac¨ªo... Ahora es imposible reconstruirlo porque se ha hecho un paso subterr¨¢neo y hay ¨¢rboles".
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