Quince d¨ªas para guardar en el recuerdo
Veinte adolescentes rusos desamparados visitan Madrid y Tarragona invitados por una ONG
Natalia y sus amigos disfrutaban ayer de una jornada de diversi¨®n en el Parque de Atracciones. Forman parte del grupo de 20 adolescentes rusos que hoy finalizan su estancia de 15 d¨ªas de vacaciones en Espa?a invitados por la ONG Conemund, que se dedica a ayudar a minusv¨¢lidos y ni?os.
Los chicos tienen entre 11 y 18 a?os. Y para ellos es un sue?o estar disfrutando de estos d¨ªas de calor estival. Natalia, con sus 11 a?os, es la m¨¢s peque?ita y le da un poco de miedo subirse a la monta?a rusa, mientras que los mayores hacen cola y miran c¨®mo disfrutan las personas que ya est¨¢n arriba gritando. Los chicos mayores van solos a todas las atracciones. Iv¨¢n, con 18 a?os, comenta entusiasmado: "No tengo miedo, me encanta la altura y estoy contento de estar aqu¨ª pas¨¢ndomelo bien con mis amigos. Ayer fuimos a la piscina, pero me gusta m¨¢s esto".
Las monitoras rusas disfrutan junto a los ni?os. Alguna de ellas se ha subido a m¨¢s de una instalaci¨®n. El grupo no pasa inadvertido, parecen turistas de vacaciones por Espa?a.
Natalia es rubia, bajita, de f¨¢cil sonrisa y cara sonrojada. Ella, al igual que sus compa?eros, es una ni?a que ha sido recogida de la calle por la Asociaci¨®n para la Protecci¨®n de la Infancia de San Petersburgo. Vive desde hace dos a?os en una casa de acogida en esa ciudad. Tiene un hermano que reside con la abuela. Su madre muri¨® en un accidente de coche y el padre es alcoh¨®lico, y est¨¢ en otro albergue.
A Madrid llegaron el primero de agosto, despu¨¦s de estar una semana en la playa de Tarragona. Hoy terminan sus vacaciones. Durante su estancia en la ciudad han visitado la plaza Mayor, el Palacio Real, el Museo del Prado, el Zoo y el Parque de Atracciones. Este ¨²ltimo es el lugar en el que m¨¢s han disfrutado de la ciudad, es la primera vez en su vida que se suben a instalaciones de ese tipo.
La Asociaci¨®n para la Protecci¨®n de la Infancia de San Petersburgo tiene actualmente dos albergues. Ten¨ªan uno m¨¢s, pero lo tuvieron que cerrar por dificultades econ¨®micas. Uno es para las ni?as y el otro para los chicos. Alla Amelichkina es la directora del albergue de chicas. Lleva siete a?os a cargo del centro y explica como funciona: "A las ni?as les ense?amos a cocinar, bordar y todo lo que tiene que ver con las tareas dom¨¦sticas". Alla se encari?a con las chicas, que son como parte de su familia. De hecho, muchas de las que se van vuelven peri¨®dicamente a visitarla.
La citada asociaci¨®n rusa prepara a los adolescentes para el momento en que tienen que dejar los albergues a los 18 a?os para que puedan ganarse la vida de una forma honrada.
La vida de estos ni?os, que en la mayor¨ªa de los casos carecen de apoyo familiar, ha sido una carrera por la supervivencia; alimentarse, encontrar un refugio contra el fr¨ªo y evadir las mafias que buscan su explotaci¨®n sexual o que los convierten en consumidores de drogas. La asociaci¨®n rusa ha conseguido sacar de la calle a muchos de ellos que habitualmente viv¨ªan en cloacas o ¨¢ticos de edificios abandonados.
"Para Rusia el problema de los ni?os en la calle es un fen¨®meno nuevo. La asociaci¨®n mantiene patrullas nocturnas que reparten comidas en las calles. Despu¨¦s de un tiempo, conocemos a los ni?os, cuando les inspiramos confianza, los invitamos a los albergues", explica Alla Amelichkina.
Iv¨¢n Koudinuve tiene 18 a?os. Alto, de pelo rubio y ojos azules. Es el m¨¢s antiguo del albergue masculino, lleva siete a?os viviendo en el albergue. Lleg¨® gracias a que una vecina le llev¨®. Su padre se march¨® de casa cuando ¨¦l era un beb¨¦ y su madre es alcoh¨®lica. Durante su estancia en la asociaci¨®n termin¨® sus clases en el colegio donde curs¨® estudios t¨¦cnicos para ser constructor de barcos y submarinos. El a?o pasado hizo su pr¨¢ctica profesional y en agosto comenzar¨¢ a trabajar en una empresa naviera.
A su regreso a Rusia tendr¨¢ que dejar el albergue y sus compa?eros, que son como su verdadera familia. Buscar¨¢ piso y se independizar¨¢. ?ste es su ¨²ltimo viaje junto a sus hermanos del albergue. Regresa contento a San Petersburgo, despu¨¦s de haber pasado unas inolvidables vacaciones.
A Espa?a llegaron 20 de los 45 ni?os que viven en los albergues. Se trataba de ofrecerles unos d¨ªas de diversi¨®n y a la vez que conocieran la cultura espa?ola.
Nati L¨®pez, voluntaria de Conemund, comenta: "Estos ni?os son de una independencia incre¨ªble. En la calle han aprendido mucho. Lo malo es que casi todos han comenzado tarde el colegio y van retrasados en sus estudios".
La mayor¨ªa de las chicas son guapas y altas. Van con vestimentas muy juveniles. Para ellas la apariencia es muy importante, diariamente se intercambian ropa y se preocupan de arreglarse bien el pelo. En el parque son la atenci¨®n de muchas miradas. J¨®venes espa?oles las observan con mucha atenci¨®n. Ellas saben que en este pa¨ªs no pasan desapercibidas y son la atenci¨®n de las miradas.
Durante los siete d¨ªas que los chicos pasaron en Madrid se han hospedado en un colegio mayor. Hoy tendr¨¢n que regresar a su hogar en Rusia y se llevar¨¢n un buen recuerdo de su visita a Espa?a. En su memoria guardar¨¢n sus playas, museos, parques de atracciones, calles y comida.
Solidaridad entre asociaciones
El anfitri¨®n espa?ol de los 20 adolescentes rusos que han pasado 15 d¨ªas de vacaciones en Espa?a es Conemund, una ONG que presta ayuda a ni?os y a minusv¨¢lidos. La idea de que estos chicos vinieran a Espa?a comenz¨® a gestarse hace cinco meses. No fue f¨¢cil lograrlo. Han tenido dificultades econ¨®micas. "No hemos recibido ninguna ayuda, hemos tenido que organizar mercadillos para conseguir fondos para conseguir traerlos", explica Nati L¨®pez, voluntaria de la ONG.
Los chicos, en Rusia, dependen de la Asociaci¨®n para la Protecci¨®n de la Infancia de San Petersburgo, una organizaci¨®n ben¨¦fica de asistencia social. Fue creada en 1995 y su objetivo esencial es la protecci¨®n y apoyo social a los ni?os hu¨¦rfanos y abandonados.
Su primera casa de acogida fue creada con el nombre de Nadezha I. Comenzaron con 12 ni?os. Posteriormente fueron creadas dos nuevas casas, Nadezha II (ahora cerrada por falta de medios econ¨®micos) y Masha, que acoge s¨®lo a ni?as. Los recursos de la asociaci¨®n proceden de donaciones particulares.
Cuando Conemund (www.conemund.org) conoci¨® la labor de esta asociaci¨®n rusa, se moviliz¨® para poder darles ayuda econ¨®mica y log¨ªstica.
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