'Suite Habana' conmociona Cuba
El p¨²blico llora y estalla en aplausos. 'Suite Habana', de Fernando P¨¦rez, es el mejor filme hecho en la isla desde 'Fresa y chocolate'. Entre el documental y la ficci¨®n, es el retrato tierno y desgarrado de una ciudad a trav¨¦s de 10 de sus habitantes.
Todos los d¨ªas es lo mismo: el p¨²blico suspira, llora, se revuelve en el asiento y, al final, la sala estalla en aplausos. No es ninguna exageraci¨®n: el preestreno en una sala de la capital cubana de la ¨²ltima pel¨ªcula del realizador Fernando P¨¦rez, Suite Habana, sin duda el mejor filme que se ha rodado en la isla desde Fresa y chocolate, ha provocado una verdadera conmoci¨®n. No es de extra?ar, pues hablamos del retrato m¨¢s tierno y desgarrador que se ha hecho jam¨¢s de esta ciudad y de la vida de quienes la habitan. Al salir de la Cinemateca de Cuba, muchos espectadores confiesan que lo que han visto en la pantalla no es m¨¢s que un resumen de sus propias vidas.
Suite Habana es a la vez un documental y una excelente pel¨ªcula de ficci¨®n. Su director, el cubano Fernando P¨¦rez, ganador en el a?o 2000 del Goya al mejor largometraje de habla hispana por La vida es silbar, es consciente de la dificultad para clasificar su obra. "Podr¨ªa ser un documental, en cuanto se trata de personajes reales que act¨²an sus propias vidas; pero es ficci¨®n, porque la puesta en escena de esas acciones reales est¨¢ construida con planos y contraplanos, iluminaci¨®n, etc¨¦tera... Los personajes se convierten en actores sin dejar de ser ellos mismos y sin que en esa operaci¨®n, propia de la ficci¨®n, se pierda la realidad".
"La realidad cubana es compleja, no se puede mirar Cuba en blanco y negro, de modo reduccionista"
La pel¨ªcula cuenta la historia de un d¨ªa cualquiera en la vida de diez cubanos comunes y corrientes, desde que se levantan hasta que se acuestan, y a la vez es un retrato intimista de La Habana. Entre sus protagonistas est¨¢ Francisquito, un ni?o de 10 a?os con s¨ªndrome de Down, y su padre, Pancho, que ha cambiado su oficio de arquitecto por el de constructor por cuenta propia para poder atenderle. Juan Carlos es un m¨¦dico que compagina su trabajo con el de payaso, y tiene un hermano, Jorge Luis, que emigra a Estados Unidos. Amanda es una anciana solitaria y sin sue?os que sobrevive vendiendo cucuruchos de man¨ª por las calles de la ciudad.
Son tambi¨¦n personajes de Suite Habana un obrero de los ferrocarriles que toca el saxo en una iglesia, un humilde zapatero, un joven bailar¨ªn a quien se le est¨¢ cayendo la casa y un trabajador de un hospital que algunas noches act¨²a en un espect¨¢culo de travestidos. Sus historias -independientes entre s¨ª- se entrecruzan en una ciudad que late con vitalidad pese a su decadencia.
El largometraje de Fernando P¨¦rez no tiene di¨¢logos. O, mejor dicho, s¨ª los tiene, pero son los que establece la propia Habana con el espectador: el viento que azota el castillo del Morro; el sonido de un cuchillo al cortar una cebolla; el tubo de escape de las motos con sidecar al pasar por las callejuelas del barrio de Cayo Hueso, o los granos de arroz que chocan entre s¨ª al escogerlos para la comida de todos los d¨ªas.
Ciertamente, Suite Habana no cuenta cosas extraordinarias. No transmite los conflictos de sus protagonistas a trav¨¦s de grandes acciones dram¨¢ticas, sino de situaciones cotidianas que normalmente pasan inadvertidas. "Quise exponer los conflictos mediante la imagen, sin palabras, desde el interior de los personajes. Trat¨¦ de que se expresaran en sus momentos de reflexi¨®n, de intimidad, de estar con ellos mismos", dice el autor de Madagascar (premio en el Festival Sundance en 1995).
Al principio Fernando P¨¦rez pensaba que las "particularidades narrativas" de Suite Habana se convertir¨ªan en un reto demasiado grande para muchos espectadores. Sin embargo, despu¨¦s de un mes en cartelera en la Cinemateca, las dudas se han disipado. El p¨²blico disfruta, llora, se estremece -las tres cosas a la vez-; y otro dato, a pesar de que no se le ha hecho publicidad, la propaganda boca a boca ha provocado grandes colas.
Suite Habana ha gustado a todos. El diario comunista Granma y la revista cat¨®lica Palabra Nueva la han considerado "una de las grandes pel¨ªculas del cine cubano", y un columnista del peri¨®dico de Miami El Nuevo Herald -que tuvo acceso a una copia pirata- escribi¨® que Fernando P¨¦rez hab¨ªa logrado reflejar de modo genial c¨®mo "la degeneraci¨®n del entorno enmarca la degeneraci¨®n de un sistema enfrascado en su atrincheramiento".
El director sonr¨ªe cuando se le cuenta: "La realidad cubana es compleja, no se puede mirar Cuba en blanco y negro, de modo reduccionista", afirma.
Uno de los mayores m¨¦ritos de Suite Habana es precisamente ¨¦se, haber captado y retratado la realidad cubana actual con sus matices y contradicciones. Est¨¢ el desastre y la decadencia, s¨ª, y fotografiado con toda crudeza. Pero tambi¨¦n atrapa el amor que siente Fernando P¨¦rez por unos personajes que siguen so?ando en medio de las dificultades y tratan de sobreponerse a ellas con dignidad. Por eso el p¨²blico cubano llora a moco tendido como si la pel¨ªcula fuese la suite de su propia vida.
Las l¨¢grimas de la 'galleguita'
En la puerta del cine Charles Chaplin, sede de la Cinemateca de Cuba, hace unos d¨ªas una joven espa?ola lloraba desconsoladamente despu¨¦s de haber visto Suite Habana. Un cubano de unos sesenta a?os se le acerc¨® y la consol¨®: "Tranquila galleguita, que ya pasa".
La an¨¦cdota es bien reveladora. Haya uno nacido en la isla o no, la pel¨ªcula de Fernando P¨¦rez conmueve, y eso sucede por una raz¨®n sencilla: cuenta una historia que parte del ser humano, del coraz¨®n, de ah¨ª su autenticidad. En la revista El Caim¨¢n Barbudo el realizador cubano dec¨ªa recientemente: "Cuando voy al cine a ver una pel¨ªcula japonesa, iran¨ª o de culturas que no conozco, me conmueve si tienen un contenido humano. Pienso que el hombre siente lo mismo en Laponia que en La Habana, y a la hora de enfrentar el amor, el odio, la tristeza, reacciona igual".
Una de las pocas cr¨ªticas que le han hecho a Fernando P¨¦rez es que en su filme no sale La Habana de los celulares y de las empresas mixtas, ni tampoco la de la marginalidad. ?l lo explica as¨ª: "La Habana no es una sola, hay muchas, depende de c¨®mo t¨² las vivas. Era imposible abarcarlas todas y quisimos centrarnos en las vidas m¨¢s cotidianas, en las que pudieran ser m¨¢s comunes".
En las cinco semanas que dur¨® el rodaje, Fernando P¨¦rez film¨® dos historias, la de una cartom¨¢ntica y la de un enterrador, que finalmente se quedaron en la mesa de edici¨®n. ?l confiesa que "la realidad cubana para el documental es inagotable", y, adem¨¢s, dice, supera cualquier ficci¨®n.
Suite Habana es una coproducci¨®n entre Wanda Films y el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematogr¨¢fica, y se estrenar¨¢ en Espa?a a finales de a?o, despu¨¦s de presentarse en el Festival de Cine de San Sebasti¨¢n. Como Fresa y Chocolate, del desaparecido Tom¨¢s Guti¨¦rrez Alea, la pel¨ªcula de Fernando P¨¦rez atrapar¨¢ al p¨²blico espa?ol, igual que le sucedi¨® a la galleguita del Chaplin; atrapar¨¢ por su sinceridad, por ser buen cine y, desde luego, por su ternura.
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