Paisajes de animales y hombres

El parque nacional de los Picos de Europa (Asturias, Cantabria y Castilla y Le¨®n), el valle de Laciana (Le¨®n), el parque natural de Monfrag¨¹e (C¨¢ceres) y los valles fluviales del Jubera, Leza, Cidacos y Alhama (La Rioja) son las nuevas apuestas del programa Hombre y biosfera de la Unesco en Espa?a, que desde ahora cuenta con 26 de estas zonas, entre las que se encuentran las mejores muestras de bosques, humedales, zonas alpinas, costas e islas.

Esta distinci¨®n pretende conservar los ecosistemas sin entorpecer el desarrollo econ¨®mico y humano. Todo un desaf¨ªo para las comunidades locales y para los gestores de los espacios naturales, que puede verse recompensado con una mejor protecci¨®n de los recursos naturales, una mayor diversificaci¨®n econ¨®mica, empleos adicionales y m¨¢s poder de decisi¨®n sobre el uso de la tierra. El turismo es uno de los beneficiados, sobre todo el interesado por la naturaleza, el mundo rural y los deportes de monta?a.

La senda del Arcediano, en los Picos de Europa

Este sendero hist¨®rico con nombre propio fue durante siglos la ¨²nica conexi¨®n entre el leon¨¦s valle de Sajambre y la localidad asturiana de Amieva, formando parte de las v¨ªas trazadas por los romanos para enlazar los puertos de mar con Castilla. Con la construcci¨®n de la carretera que culebrea por el desfiladero de los Beyos, la vieja senda qued¨® olvidada por lugare?os y mercaderes, resurgiendo de nuevo hace un par de d¨¦cadas con el paso de los monta?eros en busca de los caminos perdidos de los Picos de Europa. A lo largo de 28 kil¨®metros se puede disfrutar de un espectacular recorrido entre el alto del puerto de El Pont¨®n y Amieva, con las recoletas localidades de Oseja y Soto de Sajambre a mitad del trayecto.

Corn¨®n de Pe?a Rubia,

en el valle de Laciana

La cabecera del r¨ªo Sil protagoniza las tierras monta?esas del valle de Laciana, con sus nacederos en la pe?a Chana y alimentada por un sinf¨ªn de peque?os regajos, que se descuelgan de la frontera asturleonesa entre los puertos de Somiedo y Leitariegos. Unos montes mineros capitalizados por Villablino, donde la actividad humana ha sabido compaginar sus labores con la presencia del plant¨ªgrado cant¨¢brico. La ruta de ascensi¨®n al pico Corn¨®n, punto m¨¢s elevado de la comarca con 2.188 metros, desde el puerto de Somiedo, describe desde la altura la belleza del mejor refugio osero de Castilla y Le¨®n. El sendero coincide con la ruta de peque?o recorrido se?alizada como As-10, que parte desde Santa Mar¨ªa del Puerto con rumbo oeste hacia el valle del Bayo. El camino entra despu¨¦s en el valle de Profuste, para morir en los prados de la Campa, desde donde se contin¨²a hacia la boca de la Mozarra para finalizar el ¨²ltimo tramo a la cumbre por la cresta del Fontanerente.

Mirador de La Tejadilla,

en el parque de Monfrag¨¹e

El primer espacio natural protegido de Extremadura bien merec¨ªa por fin esta atenci¨®n. Rodeado de serratas de apenas 800 metros, este valle, surcado por los r¨ªos Tajo y Ti¨¦tar, es una de las mejores expresiones del monte mediterr¨¢neo de la Pen¨ªnsula. Sus ondulados perfiles acogen una vegetaci¨®n aut¨®ctona y una diversidad animal en un inmejorable estado de conservaci¨®n. Hay m¨¢s de 280 especies de vertebrados, con algunos emblemas de la fauna ib¨¦rica, como el ¨¢guila imperial, la cig¨¹e?a negra y el buitre negro.

Destaca el recorrido que va desde la localidad de Villarreal de San Carlos hasta el mirador de La Tejadilla. El itinerario parte del cerro donde hay una base de helic¨®pteros, por una vereda paralela al r¨ªo Ti¨¦tar que se acerca hasta los saltos de Torrej¨®n. A mitad de camino es obligatoria la parada en las fuentes del Alisar y de los Tres Ca?os, sobre todo si el calor aprieta. Al llegar al mirador, un observatorio acondicionado frente a los cantiles del r¨ªo permitir¨¢ deleitarse con los vuelos de los alimoches y los buitres leonados.

Por los valles de La Rioja

El clima y la orograf¨ªa han favorecido desde anta?o la actividad agr¨ªcola y los asentamientos humanos en las laderas de las sierras riojanas de la Demanda, Cebollera y Urbi¨®n. Al contrario que los valles riojanos m¨¢s occidentales, de influencia forestal atl¨¢ntica, los del tramo oriental constituyen un ¨¢rea claramente mediterr¨¢nea.

El sendero GR-93 atraviesa perpendicularmente buena parte de los cauces riojanos, como los del Oja, Najerilla, Iregua, Leza, Cidacos y Alhama. Esta senda de 141 kil¨®metros une los paisajes cant¨¢bricos de Ezcaray, al oeste, con los mediterr¨¢neos de Cornago, al este, salvando cada vaguada y cada sierra entre collados y laderas por los antiguos caminos de herradura que un¨ªan los pueblos.