Castro no se jubila
El presidente cubano cumple el mi¨¦rcoles 77 a?os manteniendo que el socialismo en la isla es intocable, enfrentado a la Uni¨®n Europea, reprimiendo a los disidentes y con la econom¨ªa en crisis
El pasado mes de marzo, al regresar de un viaje de dos semanas por Vietnam y China, Fidel Castro fue reelegido presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba por cinco a?os m¨¢s. Con tal motivo, el m¨¢ximo dirigente cubano pronunci¨® un discurso ante los 600 diputados del Parlamento reci¨¦n constituido, en el que record¨® que su lucha revolucionaria hab¨ªa comenzado 50 a?os antes. Castro dijo ser consciente de "que el tiempo pasa y las energ¨ªas se agotan", y admiti¨® que "la vida tiene sus leyes inexorables", pero termin¨® su interveci¨®n de un modo inquietante: "Ahora comprendo que mi destino no era venir al mundo para descansar al final de la vida".
En alguna ocasi¨®n el presidente cubano se hab¨ªa referido a que "los revolucionarios no se jubilan" y a que ser¨ªa una cobard¨ªa "abandonar el barco en mitad de la tormenta", pero jam¨¢s hab¨ªa sido tan claro. "Les prometo", dijo Castro a los diputados, "que estar¨¦ con ustedes (...) mientras tenga conciencia de que pueda ser ¨²til y si antes no lo decide la propia naturaleza. Ni un minuto menos, ni un segundo m¨¢s".
El despertar ideol¨®gico del r¨¦gimen no fue acompa?ado de un resurgir de la econom¨ªa
Castro asegura que no abandonar¨¢ el barco "si antes no lo decide la propia naturaleza"
El pr¨®ximo mi¨¦rcoles Fidel Castro cumplir¨¢ 77 a?os, de los cuales lleva 44 a?os y siete meses dirigiendo los destinos de Cuba, y nada parece indicar que no vaya a seguir haci¨¦ndolo durante una buena temporada m¨¢s.
Desde que en junio de 2001 se desmay¨® pronunciando un discurso, los rumores sobre su mal estado de salud se disparan peri¨®dicamente, aunque hasta la fecha no parece haber nada de cierto en ellos. Sin ir m¨¢s lejos, hace un par de semanas, en Miami se difundi¨® la noticia de que el Comandante estaba en las ¨²ltimas, pero el exilio duro se llen¨® de decepci¨®n cuando Castro apareci¨® el pasado 26 de julio rozagante e ir¨®nico en Santiago de Cuba y pronunci¨®, en vez de uno, dos discursos durante los actos por el 50? aniversario del asalto al cuartel Moncada.
No se trataba de una conmemoraci¨®n patri¨®tica cualquiera. Aquel 26 de julio de 1953, el entonces joven y desconocido abogado Fidel Castro, acompa?ado de 120 fieles, atac¨® el segundo cuartel del r¨¦gimen de Fulgencio Batista, y, aunque militarmente la acci¨®n fue un fracaso, su audacia lo catapult¨® como l¨ªder pol¨ªtico de primera l¨ªnea y marc¨® el inicio de la lucha armada que seis a?os despu¨¦s lo llev¨® al poder.
Historia de un r¨¦gimen
La historia posterior es conocida: dos a?os de guerrilla en Sierra Maestra; la derrota de la invasi¨®n de bah¨ªa de Cochinos, organizada y financiada por la Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA); la sovietizaci¨®n de la isla; su olfato y habilidad para sobrevivir a cientos de atentados y resistir la pol¨ªtica norteamericana de embargo; el enroque a lo Numancia tras el colapso del campo socialista, y a partir de 1993, la t¨ªmida apertura econ¨®mica, con dolarizaci¨®n incluida, para "salvar el proyecto revolucionario".
Entre 1989 y 1993, el PIB cubano cay¨® un 34%. Muchos apostaron entonces a que Cuba no aguantar¨ªa. Otros creyeron que a Castro no le quedar¨ªa m¨¢s remedio que seguir la receta del socialismo asi¨¢tico: r¨ªgido control en lo pol¨ªtico y apertura al mercado y a la iniciativa privada en lo econ¨®mico. Sin embargo, pronto se comprob¨® que La Habana no estaba dispuesta a aplicar la estrategia china que China aplica para Hong Kong, de un pa¨ªs, dos sistemas
El trabajo por cuenta propia se autoriz¨® en 1994. Un a?o despu¨¦s viv¨ªan de ¨¦l 200.000 personas. Pero, en cuanto la econom¨ªa comenz¨® a reactivarse, las autoridades echaron el freno. El a?o pasado la cifra de cuentapropistas era aproximadamente de 150.000.
De igual modo, la apertura al capital extranjero s¨®lo tuvo un ¨¦xito relativo, en parte debido a los efectos de la ley Helms-Burton (que penaliza cualquier tipo de comercio con la isla), y tambi¨¦n a las r¨ªgidas normas y condiciones impuestas a los inversores for¨¢neos.
Un dato revelador es que en algo m¨¢s de una d¨¦cada la inversi¨®n total extranjera en la isla ronda los 5.000 millones de euros, menos de lo que han desembolsado en Argentina o Chile en los ¨²ltimos cinco a?os tres grupos empresariales espa?oles.
En la segunda mitad de los a?os noventa, Fidel Castro pareci¨® delegar algunas funciones de gobierno en sus colaboradores m¨¢s cercanos: Carlos Lage, principal responsable econ¨®mico del Gobierno; el canciller, Felipe P¨¦rez Roque, y Ricardo Alarc¨®n, experto en relaciones con Estados Unidos, entre otros dirigentes. "En aquel momento incluso se habl¨® de la posibilidad de crear el puesto de primer ministro, que ocupar¨ªa Lage u otro miembro del r¨¦gimen", recuerda un diplom¨¢tico extranjero.
Sin embargo, el caso del ni?o balsero Eli¨¢n Gonz¨¢lez y la gigantesca campa?a pol¨ªtico-ideol¨®gica organizada en la isla para lograr su regreso a Cuba cambi¨® todo el escenario en 1999. Como al comienzo de los a?os sesenta, Castro dirigi¨® en persona y minuto a minuto la estrategia de ese singular combate revolucionario, que le sirvi¨® para debilitar al exilio y movilizar a la cansada poblaci¨®n cubana en torno a una causa com¨²n. El caso Eli¨¢n fue el comienzo de la llamada "batalla de ideas". Una gigantesca campa?a ideol¨®gica dirigida a promover la unidad. Y despu¨¦s de Eli¨¢n vino otra batalla, y a ella se encaden¨® otra, y otra, y otra, y de nuevo la figura de Fidel Castro ocup¨® todos los resquicios de la vida nacional.
Pero este despertar ideol¨®gico no fue acompa?ado por un repunte econ¨®mico. En los ¨²ltimos a?os el ritmo de crecimiento de la econom¨ªa cubana, que a finales de los noventa fue de un 5%, como promedio, se redujo a poco m¨¢s de un 1%. A ello se sum¨® la crisis internacional, los efectos de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, el paso por la isla de dos huracanes devastadores y el hundimiento de la industria azucarera (en 2002, la mitad de las f¨¢bricas azucareras fueron cerradas por no ser rentables, y la ¨²ltima cosecha no super¨® los 2,1 millones de toneladas, el peor resultado en 50 a?os). El turismo y la inversi¨®n extranjera, aunque crecieron, lo hicieron a un ritmo lento, dada la cr¨ªtica situaci¨®n del pa¨ªs.
Un reciente informe del Centro de Estudios de la Econom¨ªa Cubana, vinculado a la Universidad de La Habana, afirma que las reformas introducidas entre 1993 y 1995 est¨¢n "exhaustas", y aconseja, si se quiere mantener las conquistas sociales y el socialismo, "oxigenar" aquellas medidas de corte aperturista. "La econom¨ªa tiene que crecer y producir, y para ello es necesario dejar de estrangularla con trabas burocr¨¢ticas y los r¨ªgidos patrones de la planificaci¨®n estatal", afirma un economista cubano.
Fidel Castro, en su discurso ante el Parlamento cubano, se declar¨® impresionado por el panorama que vio en China y Vietnam. Dijo que, despu¨¦s de ocho a?os sin visitar este pa¨ªs, lo encontr¨® muy diferente, con calles llenas de actividad, miles de coches, hoteles y cientos de nuevas f¨¢bricas "de due?os extranjeros en su mayor¨ªa y de r¨ªgidas normas de administraci¨®n capitalista, pero en un pa¨ªs comunista que cobra impuestos, distribuye ingresos, crea empleos, desarrolla la educaci¨®n y la salud... una revoluci¨®n humana por excelencia".
Condenas a disidentes
El presidente cubano anunci¨® este a?o a los diputados que, "en el terreno de la econom¨ªa, se aplicar¨¢n nuevas experiencias adquiridas en los ¨²ltimos a?os", palabras que fueron interpretadas por los m¨¢s optimistas como "una muestra de realismo y de compromiso con el proceso de reformas iniciado en 1993".
Sin embargo, pocas semanas despu¨¦s de aquel discurso, las autoridades condenaron a 75 opositores y periodistas independientes a penas de hasta 28 a?os de c¨¢rcel por "conspirar" con EE UU. Posteriormente fusilaron a tres j¨®venes que secuestraron un barco para viajar a Miami. La condena mundial fue un¨¢nime y provoc¨® un grave deterioro de las relaciones entre Cuba y la Uni¨®n Europea.
En medio de un creciente aislamiento internacional, en momentos en que la isla no tiene acceso a cr¨¦ditos internacionales y se encuentra ante el dilema de introducir reformas de calado o limitarse a poner parches a la crisis galopante, Fidel Castro cumple 77 a?os, y las interrogantes no son pocas.
En lo pol¨ªtico nada parece que vaya a cambiar a corto plazo: Estados Unidos sigue empecinado en su pol¨ªtica de embargo, que asfixia pero a la vez justifica al Gobierno cubano; el reciente enfrentamiento con Europa alimenta a los que proponen para la isla un futuro a lo Numancia, y, mientras en la isla se encarcela a la disidencia, Fidel Castro asegura que "el socialismo en Cuba es intocable".
Hay en juego otras variables. Y tienen que ver con lo que el propio Comandante llam¨® en alg¨²n momento "las leyes inexorables de la vida". Si bien el prop¨®sito declarado es estar al pie del ca?¨®n hasta el ¨²ltimo instante. "Ni un minuto menos, ni un segundo m¨¢s".
![Fidel Castro hace ondear una bandera cubana en una manifestaci¨®n en La Habana en julio de 2002.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/EHCBYJTOYQLQIIZJ4OX4Q7BL3I.jpg?auth=1a8379be652631c1f4c9b3ccee93bdbb09309e4e913bdb617ce45be1a7cdcb0b&width=414)
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