Una cura de adelgazamiento p¨²blico
El FMI recomienda a Uruguay que privatice empresas estatales y bancos p¨²blicos para impulsar la econom¨ªa
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha recomendado a Uruguay que privatice empresas estatales y que acelere la reestructuraci¨®n de los bancos p¨²blicos como medidas necesarias para poder relanzar el crecimiento econ¨®mico. Este organismo mundial opina que este pa¨ªs suramericano debe recortar el sector p¨²blico y ceder parte al sector privado.
Uruguay entr¨® en recesi¨®n en 1999 por la crisis de Brasil, que sufri¨® la fuerte depreciaci¨®n del real, y el comienzo de la depresi¨®n de Argentina
Uruguay, con sus tres millones de habitantes y un tercio de la superficie de Espa?a, ha sido uno de los pocos pa¨ªses latinoamericanos que resisti¨® la ola de privatizaciones que con tanta popularidad arrib¨® a la regi¨®n en la d¨¦cada pasada. En un pa¨ªs que recuerda el Estado de Bienestar que construy¨® a principios del siglo XX, la mayor¨ªa de la poblaci¨®n ha seguido defendiendo la propiedad estatal de las empresas p¨²blicas, pese a que los a?os dorados pasaron. De todos modos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha insistido con su discurso a favor de las privatizaciones y el lunes pasado recomend¨® a Uruguay disminuir el tama?o del Estado mediante la venta de sus empresas, para afianzar la lenta recuperaci¨®n de una crisis profunda.
Pese a la crisis del consenso de Washington, sobre las reformas econ¨®micas liberales para Latinoam¨¦rica, el FMI insiste con ellas. Dos tercios de los ciudadanos de la regi¨®n considera que las privatizaciones no les han generado beneficios, seg¨²n una encuesta realizada por Latinobar¨®metro en 17 pa¨ªses, y hasta el Banco Mundial (BM) ha comenzado a dudar de sus efectos positivos. "Nunca ha existido una pol¨ªtica en s¨ª que diga que uno debe privatizar todo lo que se mueve, pero alguna gente lo interpret¨® as¨ª", admit¨ªa el vicepresidente del Banco Mundial para el desarrollo del sector privado, Michael Klein, en The Wall Street Journal.
La misma medicina
El FMI, no obstante, sugiri¨® a Uruguay la misma medicina que sucesivos Gobiernos intentaron beber, pero que su gente ha venido rechazando. "M¨¢s esfuerzos para fortalecer la competencia, la gobernabilidad y los marcos regulatorios, y aumentar el espacio para la actividad del sector privado en la econom¨ªa ser¨¢n claves para mejorar la colocaci¨®n de recursos, elevar las inversiones y atraer mayores niveles de inversi¨®n extranjera directa (IED)", se?al¨® la evaluaci¨®n anual del FMI sobre Uruguay, conocida como art¨ªculo IV. Este texto hab¨ªa sido finalizado, aunque no difundido, el 11 de julio pasado, el mismo d¨ªa en que el FMI entreg¨® a Uruguay 204 millones de d¨®lares al finalizar la tercer revisi¨®n de su programas stand-by (sujeto a condiciones).
Los directores del FMI -la mayor¨ªa de ellos, de pa¨ªses industrializados- indicaron la "necesidad de reducir el tama?o del sector p¨²blico, mejorando su eficiencia y abriendo a la actividad privada a aquellos sectores reservados actualmente para el Estado". Como si no quedara claro, en el art¨ªculo IV se considera que "la movilizaci¨®n de apoyo para la privatizaci¨®n de empresas pertenecientes al Estado debe ser una prioridad" para crear consenso entre la poblaci¨®n sobre la conveniencia de las reformas.
Uruguay creci¨® a un buen ritmo del 3,9% anual en los a?os noventa. Se benefici¨® de la creaci¨®n de Mercosur y de la expansi¨®n de Argentina y Brasil, que constituyen el destino de la mitad de sus exportaciones. A diferencia de la mayor¨ªa de sus vecinos, mejor¨® sin necesidad de vender empresas estatales. El Gobierno de Luis Lacalle lo intent¨®, pero un refer¨¦ndum -m¨¦todo de democracia directa muy utilizado en este pa¨ªs- derog¨® la ley de privatizaciones. Uno de los pocos proyectos que sali¨® adelante ha sido el traspaso del sistema de pensiones del sector p¨²blico al privado.
La econom¨ªa uruguaya entr¨® en recesi¨®n en 1999 por la crisis de Brasil -que sufri¨® la fuerte devaluaci¨®n del real- y el comienzo de la depresi¨®n de Argentina. Al a?o siguiente, el nuevo presidente de Uruguay, Jorge Batlle, lleg¨® al poder con renovados br¨ªos privatizadores. Las ventas proyectadas inclu¨ªan la compa?¨ªa de refino y comercializaci¨®n de combustible ANCAP, la telef¨®nica ANTEL, la el¨¦ctrica UTE y la operadora de agua potable OSE. Su transferencia al sector privado sigue pendiente.
Batlle pudo privatizar parcialmente la terminal de contenedores del puerto de Montevideo, planea ceder en concesi¨®n el aeropuerto de esta capital, pero debi¨® derogar la desregulaci¨®n telef¨®nica para impedir un plebiscito que el sindicato del sector impulsaba para rechazarla. Los trabajadores petroleros han juntado las firmas necesarias para que los uruguayos voten este a?o sobre la decisi¨®n del Gobierno de terminar con el monopolio del refino que manten¨ªa ANCAP.
El sindicato de la empresa de aguas pretende celebrar otro plebiscito el a?o pr¨®ximo para derogar las actuales concesiones de filiales regionales a privados y prohibirlas definitivamente.
El Gobierno del presidente Batlle, mientras tanto, ha decidido rescindir en forma "ordenada" el contrato que manten¨ªa con Uragua (una empresa participada por Aguas de Bilbao, Iberdrola y BBK), que gestionaba el servicio de aguas en el departamento de Maldonado, que incluye el lujoso balneario de Punta del Este. Uraguay hab¨ªa argumentado que sin aumento de tarifas le resultaba imposible cumplir con las inversiones comprometidas, dado el efecto de la devaluaci¨®n y la crisis financiera del a?o pasado.
Contagiado por el derrumbe de la econom¨ªa Argentina y la inestabilidad de Brasil, Uruguay profundiz¨® su crisis en 2002 con una fuerte depreciaci¨®n del peso y la congelaci¨®n de dep¨®sitos de ciertos bancos en problemas. La econom¨ªa se contrajo el a?o pasado el 10,8%, con lo que se perdi¨® todo el crecimiento logrado en los a?os noventa, seg¨²n el ¨²ltimo informe del Fondo Monetario Internacional (FMI). Este organismo intent¨® rescatar al Gobierno de Batlle, de buenas relaciones con el presidente norteamericano George W. Bush, con tres cr¨¦ditos: uno concedido en marzo de 2002 por 594 millones de d¨®lares; el siguiente, tres meses despu¨¦s, por 1.160 millones; y el restante, en agosto de aquel a?o, por 521 millones. Uruguay se comprometi¨® a elevar su equilibrio fiscal primario (antes del pago de la deuda) a un super¨¢vit del 3% este a?o y del 4% en el mediano plazo. Para ello, el FMI ha recomendado que las autoridades ajusten "las pol¨ªticas fiscales a medida que sea preciso".
Un club selecto
Este pa¨ªs constitu¨ªa, con Chile y M¨¦xico, el selecto club de pa¨ªses latinoamericanos que pod¨ªan acceder sin inconvenientes y a bajos tipos de inter¨¦s al cr¨¦dito en los mercados internacionales. La crisis del a?o pasado termin¨® con ese privilegio. Uruguay tambi¨¦n dej¨® de ser un refugio seguro para las reiteradas fugas de capitales de Argentina y el FMI le ha pedido que corrija las deficiencias que a¨²n subsisten en el sistema bancario. El Estado corr¨ªa el riesgo de suspender pagos, como Ecuador en 1999 y su vecino rioplatense en 2001, pero el Gobierno del presidente Batlle lo evit¨® mediante un canje de bonos de deuda externa (5.400 millones de d¨®lares) que aplaz¨® los vencimientos. El 93% de los tenedores de t¨ªtulos acept¨® la operaci¨®n.
La econom¨ªa uruguaya -dependiente de la agricultura, la ganader¨ªa, el turismo y el sistema financiero- necesita reformas, seg¨²n el FMI, pero est¨¢ recuper¨¢ndose. La reactivaci¨®n de Argentina supuso un impulso. El producto interior bruto (PIB) caer¨¢ este a?o el 1% por el efecto de la crisis de 2002, pero la inflaci¨®n se ha estabilizado, la recaudaci¨®n impositiva sube, el paro baja del 18,3% al 17,5% y las exportaciones, beneficiadas por la devaluaci¨®n y la mejora de las cotizaciones de las materias primas, crecen a un ritmo del 50%.
La ola privatizadora en Latinoam¨¦rica pierde fuerza
El presidente brasile?o, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, ha declarado que la etapa de ventas de empresas estatales ha finalizado. Su par argentino, N¨¦stor Kirchner, se ha enfrentado a las privatizadas por la congelaci¨®n de las tarifas. El peruano Alejandro Toledo debi¨® suspender el a?o pasado la transferencia de dos el¨¦ctricas sure?as a la belga Tractebel ante violentas y masivas protestas en contra. Toledo, sin embargo, insiste con su plan privatizador. Una pol¨ªtica econ¨®mica neoliberal, no muy distinta a la aplicada por Alberto Fujimori en los a?os noventa, y una conducta ¨¦tica cuestionada han deteriorado seriamente la popularidad de Toledo. La econom¨ªa peruana se sit¨²a entre las que m¨¢s crecen en Latinoam¨¦rica, pero eso no se percibe en la poblaci¨®n.
El presidente reaccion¨® el mes pasado con cambios en su gabinete que, sorpresivamente, apuntan a reanudar las privatizaciones. La primera ministra, Beatriz Merino, dijo el martes que el proceso de ventas acelerar¨¢ la expansi¨®n, pero deber¨¢ acompa?arse de una labor de persuasi¨®n a la ciudadan¨ªa.
"El concepto pol¨ªtico que se tiene es que con la venta de empresas se crearon monopolios, se pusieron tarifas abusivas, hubo despidos de trabajadores y los fondos se los llevaron en malet¨ªn", admiti¨® Merino. El reto de Toledo, seg¨²n la primera ministra, radica en demostrar que puede haber privatizaciones transparentes, bien hechas, ventajosas para las regiones, que generen empleos y sin imposiciones a la poblaci¨®n. El Ministerio de Econom¨ªa, que pas¨® de manos de Javier Silva Ruete a las de Jaime Quijandr¨ªa, cuenta con una lista de empresas por subastar: la central hidroel¨¦ctrica Yunc¨¢n, cuatros distribuidoras el¨¦ctricas del centro y norte del pa¨ªs, una red de gasoductos, aeropuertos regionales, seis proyectos de infraestructura vial, nueve de miner¨ªa y las compa?¨ªas de aguas de Piura y Tumbes.
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