Desde la terraza
Coger distancia es siempre saludable. De modo que uno lo hace en cuando puede. Claro que, para que la distancia adquiera sentido, uno debe saber de qu¨¦ alejarse. Y, en verano, uno debe evitar las bicicletas y las playas. Por ejemplo. De modo que aqu¨ª me tienen en un hotelucho de tres al cuarto entre monta?as, con una excelsa terraza, eso s¨ª, frente al Pisanino. Eso alivia -lo de la proximidad de la monta?a- y quiz¨¢, templa las ideas. Y, si el calor aprieta, siempre puede uno coger altura (Vinca o Resceto).
Enfermos como estamos de civilizaci¨®n, al atardecer nos reunimos unos cuantos y charlamos. En la terraza, claro est¨¢, con alguna bebida para entretener las manos m¨¢s que otra cosa; y hielo, mucho hielo. Con frecuencia sale a colaci¨®n el paisito -"enfermo de pa¨ªs es lo que est¨¢s vos", dice alg¨²n argentino-. Hablamos, c¨®mo no, del Plan Ibarretxe. Una entelequia, dec¨ªa uno, un disparate. ?Por qu¨¦ no?, dec¨ªa otro, ?acaso no ir¨¢n arreglando sus cosas all¨¢ si se rompe el nudo gordiano, as¨ª por las bravas?
Nos van a romper el nudo y la nuez si no nos aferramos a nuestro derecho a la libertad, le respond¨ª. ?Cree acaso que el problema all¨¢ es de autogobierno? Tenemos un grav¨ªsimo problema de libertad pol¨ªtica e incluso civil: populares y socialistas tienen serias dificultades para presentarse a las elecciones: matan a su gente por serlo simplemente. Y hay ¨¢mbitos en que se practica cierta forma de apartheid contra los individuos por sus ideas y adscripciones.
Hablamos de las opciones pol¨ªticas de la gente, de su voto, y de la tendencia a refugiarse luego en lo privado, en lo particular. Siempre ha sido as¨ª. Tambi¨¦n contra Franco. Y lo est¨¢ siendo en el Pa¨ªs Vasco de hoy, cosa que algunos no entienden. Claro que es la madre de muchas reticencias pasivas y ego¨ªsmos sociales, dijo uno, creo que con gran acierto. Y nos habl¨® de Banfield, un soci¨®logo norteamericano que sostiene que si la desconfianza se impone en una sociedad, es imposible generar una sociedad civil articulada. Y esta desarticulaci¨®n estar¨ªa en el origen del atraso de algunas sociedades. El Plan Ibarretxe (un plan hueco y posmoderno, por lo dem¨¢s: basta con la proclama sin conceptuarla, sin darle contenido) genera desconfianza a raudales en nuestra sociedad. ?Nos estar¨¢ condenando al atraso? A falta de perder eficacia econ¨®mica, ?no estaremos perdiendo la eficacia pol¨ªtica que cierta cultura c¨ªvica, cierto civismo, debe generar permanentemente? ?No redundar¨¢ finalmente todo ello en una p¨¦rdida de eficacia econ¨®mica y en cierto atraso general? ?No se arruinar¨¢n, por desistimiento precisamente, nuestras propias ambiciones particulares por las que desistimos de involucrarnos en la cosa p¨²blica? Morir por tenerle miedo a la muerte.
Y salieron tambi¨¦n a colaci¨®n los socialistas vascos. Qu¨¦ grotesca esa expresi¨®n de Rodolfo Ares acusando a Rosa D¨ªez de hablar "como el PP". El PP de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar resulta verdaderamente mostrenco. Cierto. Todo vale en la finca del se?orito grosero. Puede decir, tras hablar con el Rey, que los socialistas basan su pol¨ªtica en ?los cad¨¢veres que puedan llegar de Irak! Semejante idiotez cruel s¨®lo puede salir de una mente perversa. O puede, tambi¨¦n, basar su campa?a electoral en machacar la convivencia en el paisito. Todo vale. Pero, dije, conozco a populares vascos, y son dignos de todo respeto, adem¨¢s de ser perseguidos y con derecho a la protecci¨®n social.
El tema de fondo era si los socialistas, con sus ¨²ltimas propuestas, estaban por la "superaci¨®n del Estatuto" o por "completar el Estatuto". Nos tranquilizaban algo noticias que nos llegaban sobre Emilio Guevara (un nacionalista con buen sentido, juntero con los socialistas), que aseguraba que el Estatuto de Gernika tiene a¨²n mucha trayectoria. Alguien dijo que es la interpretaci¨®n que asum¨ªa Patxi L¨®pez, secretario general del PSE. Si as¨ª fuera, bien est¨¢.
Hab¨ªa otra cuesti¨®n: ?con qui¨¦n llevar adelante esta iniciativa? Con quien se sume a ella, suger¨ªa alguno. Pues no est¨¢ bien, aduc¨ªa otro, empezar demonizando al PP. Me consta que hay muchos en el pa¨ªs que estar¨ªan por ello. ?Por qu¨¦ arruinar una coalici¨®n PSE-PP vasco con un programa para reforzar las autonom¨ªas? No ser¨ªa muy dif¨ªcil en la era post-Aznar. Y ser¨ªa muy saludable como alternativa de gobierno. (Lo que se deb¨ªa haber ensayado en ?lava, por cierto; esto creo que lo dije yo.)
Ya ven que miento. Y cuando creo coger distancia, no puedo evitar volver sobre lo de siempre (a pesar del Pisanino).
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