Suposiciones alrededor de la paz
Supongamos que la paz es posible, que dialogando comienza la paz. Supongamos que, desde sus diferencias, el lehendakari del Pa¨ªs Vasco y el presidente de Navarra se re¨²nen con un representante oficial del Departamento de los Pirineos Atl¨¢nticos. Supongamos que convienen realizar una consulta democr¨¢tica entre sus ciudadanos.
Supongamos que los gobiernos espa?ol y franc¨¦s tambi¨¦n dialogan y reconocen el derecho de estas comunidades hist¨®ricamente separadas (pongamos Baskeland), a decidir desde lo que son su propio futuro. Que cada comunidad, individuo y agrupaci¨®n pol¨ªtica expone libremente sus propuestas, planes y proyectos. Supongamos que todos aceptan la consulta y garantizan el cumplimiento del resultado.
Supongamos que la paz no se impone con amenazas militares ni discursos armados; que, desde el respeto a la pluralidad, en democracia la palabra constituye la ¨²nica voluntad leg¨ªtima de una sociedad. Supongamos que la paz se construye dialogando todos los d¨ªas del a?o. Que imaginarla nos acerca m¨¢s a un sue?o, a un deseo capaz de convertirse en realidad.
Supongamos que hoy comienza la paz.
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