?Por qu¨¦ gay?
A veces, el diccionario de la Academia Espa?ola parece el vertedero de Valdeming¨®mez. Les ha dado por endosar todo tipo de expresiones, vulnerando, a mi perplejo juicio, el lema de la docta banda. No se trata de fijar, limpiar y dar esplendor al lenguaje, sino de incrementar su patrimonio sea como sea, sin el reposo y buen criterio inherentes a tan alta funci¨®n, como si fueran promotores inmobiliarios. En cualquier novela o narraci¨®n de los grandes siglos aparecen docenas, centenares de vocablos referentes a piezas del atav¨ªo indumentario, ¨²tiles de trabajo, referencias gastron¨®micas, palabras correspondientes a menesteres ca¨ªdos en desuso, que se mantienen en las columnas del vocabulario como prestigio y confirmaci¨®n de su riqueza y antig¨¹edad. No es seguro que merezcan acogida las que se atribuyen al argot que no hayan pasado el examen de una temporada y su utilizaci¨®n en el mundo literario. Es decir, para alcanzar carta de naturaleza oficial, parecer¨ªa prudente una determinada vigencia y el padrinazgo por parte de algunos escritores reconocidos.
Hasta la ¨²ltima -o quiz¨¢s pen¨²ltima edici¨®n del DRAE- no ha sido adoptada la palabra "gay". Su definici¨®n -un poco hospiciana- nos dice en la primera acepci¨®n que es lo perteneciente o relativo a la homosexualidad; en la segunda, escuetamente: "Hombre homosexual". Poca atenci¨®n a cosa que tanto y com¨²nmente se cita. Es, a mi entender, el fallo permanente de esa gu¨ªa oficial del idioma. Despachan los asuntos con breves alusiones al origen: "procede del arameo, del catal¨¢n, del griego, del lat¨ªn, del finland¨¦s, alem¨¢n, ingl¨¦s o del caldeo". Hay que ir a las enciclopedias, la mayor¨ªa de las cuales son meras transcripciones de un diccionario o de otra enciclopedia.
La homosexualidad es un hecho que convive con la raza humana. Un amigo de talante excesivo llega a decir que Ad¨¢n era gay, sin especificar si antes o despu¨¦s de Eva. No deseo entrar en la operatividad de la inclinaci¨®n personal y creo que lo mejor ser¨ªa dejarlo clasificado como cosa de dos, bien que sucesivamente. No entraremos en la teor¨ªa del tama?o de cierto n¨®dulo alojado en el hipot¨¢lamo. Ni peores ni mejores que el resto. Quiz¨¢s se?alar, al hilo de la horripilante actualidad, que la llamada violencia de g¨¦nero disminuye cuando se trata de uno solo. Lo ¨²nico que plantea cierta perplejidad fue se?alado por el escritor franc¨¦s Yves Mirande cuando observ¨® que su n¨²mero crece continuamente, aunque no se reproducen jam¨¢s. Han dejado de ser perseguidos y denostados, y puedo asegurar que durante la dictadura franquista cada cual ten¨ªa en el c¨ªrculo de sus amistades alg¨²n o algunos homosexuales, perfectamente instalados en los respectivos c¨ªrculos. ?Hombre, con algunas restricciones, como ocurr¨ªa en muchas actividades que nada ten¨ªan que ver con el sexo! Recuerdo el caso de aquel gran artista llamado Miguel de Molina, de quien era entusiasta admiradora mi propia madre. Se pasaba un pel¨ªn, dadas las circunstancias, cuando acud¨ªa a los oficios de Semana Santa con vestido de seda negro, zapatos de tac¨®n, mantilla y peineta. Y no de inc¨®gnito, lo que demostraba un valor personal temerario. Son un colectivo respetable para los dem¨¢s. Me viene a la memoria una pintada que vi hace a?os en la calle de Hortaleza y que encierra buena cantidad de humorismo de excelente calidad: "Y t¨², ?por qu¨¦ eres heterosexual?". ?Toma lim¨®n!
Volvamos al prop¨®sito inicial, la ra¨ªz de la palabra gay y su adscripci¨®n actual. En una de sus magistrales y divertidas pel¨ªculas, aparece Cary Grant abriendo la puerta de su apartamento a otro personaje. Le recibe vestido con una fastuosa bata de casa, que llevaba como nadie, y una deslumbrante y simp¨¢tica sonrisa. El reci¨¦n llegado comenta: "Parece usted un hombre ga
, que en ingl¨¦s significa hombre alegre, optimista, pues tal era la impresi¨®n que daba. En su ambiente -y fuera- el estupendo actor era conocido por su inclinaci¨®n, que no se molestaba en ocultar, incluso subrayaba. Hay gente que refiere la palabra gay a ese momento y yo no hago m¨¢s que comentarlo con ustedes. El diccionario omite los significados positivos. En la literatura, en el teatro, en la televisi¨®n, los personajes gay suelen ser agradables, ocurrentes, perfectamente instalados en su condici¨®n. No veo motivos para dramatizar algo tan asumido e incrustado en la sociedad. All¨¢ cada cual.
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