Los caballos de Febos
Las carreras de Sanl¨²car, que se celebran desde 1845, se reinician hoy en las playas de Bajo de Gu¨ªa y las Piletas
Langostinos, manzanilla y carreras de caballos. La oferta de Sanl¨²car de Barrameda (C¨¢diz) es dif¨ªcil de superar. En eso coinciden los cientos de personas que acuden a las playas de Bajo de Gu¨ªa, la barriada de pescadores, para presenciar un espect¨¢culo ¨²nico: las competiciones de velocidad de un centenar de caballos de pura sangre sobre las arenas h¨²medas durante la bajada de la marea con Do?ana recortada al fondo.
Sanl¨²car celebra cada verano dos ciclos de carreras. El segundo est¨¢ a punto de comenzar. Ser¨¢ en los d¨ªas 22, 23 y 24, por la tarde, a la ca¨ªda del sol. Las carreras constituyen el espect¨¢culo, pero la diversidad del p¨²blico que convoca no lo es menos.
Gentes de distintas edades y poder¨ªo econ¨®mico se disputan un metro cuadrado de arena para presenciar, en pie, las pruebas equinas. La mayor parte son turistas que han pasado el d¨ªa en la playa y que a¨²n llevan encima la toalla y el peri¨®dico. El concejal de turismo del Ayuntamiento de Sanl¨²car de Barrameda, Miguel ?ngel Ruiz L¨®pez, asegura que la mayor¨ªa de los visitantes son sevillanos. Enrique es uno de ellos. Vive en la calle Castilla, cerca de la iglesia de la O, y reconoce que no entiende nada de caballos pero sostiene que verlos correr es toda una experiencia que quiere compartir con su familia. Su hijo, que no comenta nada, sigue el paso de los caballos con los ojos muy abiertos.
Este a?o, entre el p¨²blico sevillano se incluye tambi¨¦n el alcalde de Sevilla Alfredo S¨¢nchez Monteseir¨ªn, que se desplaz¨® hasta Sanl¨²car durante la primera tanda de carreras porque el programa oficial de las mismas incluye, por vez primera, la concesi¨®n del Premio Ciudad de Sevilla. Monteseir¨ªn se limita a entregar el premio y hacerse la t¨ªpica foto porque la suya no es una visita protocolaria sino, seg¨²n dice, de car¨¢cter privado.
Negocios infantiles
Entre el p¨²blico, bajo las sombrillas a¨²n montadas, aparecen, cada pocos metros, ef¨ªmeros establecimientos de apuestas. No son sofisticados centros de negocio, sino puestos de cart¨®n montados sobre mesas de playa. La ventanilla est¨¢ hecha en una caja de vinos vac¨ªa, toscamente recortada y decorada con las banderas de Andaluc¨ªa y de Espa?a clavadas en el cart¨®n.
Tras la ventanilla no hay un experto asesor en juegos, sino una ni?a, en ba?ador y camiseta roja, que mira atentamente los dorsales de los caballos que pasan. Se llama Luc¨ªa y es de Sanl¨²car. Est¨¢ haciendo lo que su hermano, que ya es mayor para esto, hac¨ªa antes: organiza apuestas sobre el resultado de las carreras. "El ya no viene, pero me ense?¨® a m¨ª", aclara la ni?a.
El negocio no es muy complicado. Pagas por un caballo y si gana recoges los ingresos de todas las apuestas realizadas, excepto los que se queda el ni?o-empresario. La cuesti¨®n ha sido institucionalizada. El Ayuntamiento de Sanl¨²car concede tres premios a las mejores casetas de apuestas infantiles instaldas sobre la arena.
Pero la gran aportaci¨®n de las carreras al "ambientillo" sanluque?o es la de lograr que se confundan personas dispares, aunque se respetando unas reglas. Los famosos no pisan la arena, sino las carpas instaladas por los organizadores para celebrar "fiestas sociales" a las que s¨®lo se acude previa invitaci¨®n, aunque en el primer ciclo de las carreras no se instalan los palcos.
S¨®lo est¨¢n disponibles en la segunda ronda, de manera que este fin de semana el espect¨¢culo ser¨¢ doble: los caballos y los famosos. "S¨®lo montan los palcos una vez para que no se cansen", asegura un sanluque?o de edad, Manuel Romero, curtido en el mar.
La duquesa de Fernandina se equivoc¨® y lleg¨® a Sanl¨²car en el primer ciclo. Parec¨ªa un poco perdida. De todas formas, salvo sorpresas, este a?o se esperan s¨®lo famosos de medio pelo. De esta forma se cierra el c¨ªrculo. Los ni?os pretenden la atenci¨®n de los turistas y estos est¨¢n pendientes de los famosos que, a su vez, est¨¢n ocupados en ellos mismos. Mientras, contin¨²an las carreras que se celebran desde 1.845, aunque puede buscar un origen m¨ªtico para los amantes de la leyenda.Cuenta la mitolog¨ªa que el dios Febos desenganchaba los caballos de fuego de su carroza al llegar a las costas de Sanl¨²car para que corriesen a su aire.
Carreras de Sanl¨²car. D¨ªas 22, 23 y 24. Suelen comenzar sobre las 17.30, con la bajamar, y concluir a las 21.00.
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