El disidente cubano Elizardo S¨¢nchez niega las acusaciones del Gobierno

Elizardo S¨¢nchez, el disidente cubano acusado esta semana de trabajar para la Seguridad del Estado, ha reconocido que mantuvo encuentros frecuentes con la polic¨ªa pol¨ªtica, pero asegur¨® que "nunca" dio informaci¨®n sobre terceros. L¨ªder de la Comisi¨®n Cubana de Derechos Humanos y Reconciliaci¨®n Nacional (CCDHRN), S¨¢nchez aparece como el agente Juana de la Seguridad en el libro El camaj¨¢n (vividor), presentado el lunes en La Habana por dos periodistas progubernamentales que afirman que proporcion¨® informaci¨®n al r¨¦gimen sobre disidentes y diplom¨¢ticos.

S¨¢nchez, de 59 a?os, calific¨® el libro como una "infamia" que pretende desprestigiar a la oposici¨®n interna, y atribuy¨® la responsabilidad ¨²ltima de su publicaci¨®n a Fidel Castro.

Este reconocido disidente, que mantiene frecuentes contactos con embajadas y prensa extranjera, relat¨® en su entrevista que sus primeros encuentros con la Seguridad del Estado datan de 1988, tras cumplir una condena de diez meses de prisi¨®n y antes de ser detenido y condenado a otros dos a?os, en 1989.

Retom¨® las conversaciones en 1997, "cuando un oficial vino a verme a mi casa", y las mantuvo hasta el pasado enero, siempre -seg¨²n dice- con el objetivo de abrir un canal de comunicaci¨®n para lograr un proyecto de "reconciliaci¨®n y di¨¢logo nacional, sin exclusiones".

"Hablar¨ªa con Satan¨¢s"

S¨¢nchez explic¨® que en su momento inform¨® de estas conversaciones a "media docena de jefes de delegaciones diplom¨¢ticas europeas y de Am¨¦rica", a quienes no quiso identificar. S¨¢nchez reconoci¨® que sus conversaciones con la Seguridad no dieron el resultado que esperaba, pero afirm¨® que "volver¨ªa a hablar con ellos ma?ana mismo, para ser coherente con mi apuesta por una soluci¨®n por cauces pol¨ªticos".

"Hablar¨ªa con Satan¨¢s si hace falta, si eso puede lograr la libertad de mis hermanos presos de conciencia, sobre todo de los enfermos", reiter¨®. S¨¢nchez, que se dijo dispuesto a seguir con su labor de oposici¨®n en Cuba, ret¨® al Gobierno cubano a presentar pruebas contundentes de sus supuestas actividades como agente de la Seguridad, si bien admiti¨® que el libro reproduce algunos documentos fidedignos y fotograf¨ªas de varios de sus encuentros con responsables de la polic¨ªa.